La foto del recuerdo #TBT que nadie quiere ver


 2016-07-29

Casi dos años. Ahora más de la mitad de los que ha vivido. Todos los días. Por siempre.

Sentada en la silla metálica del hospital, veo a Isabella. Todo parece igual… la única diferencia era que en lugar de una cuna ahora estaba en una cama con ruedas. ¿Acaso no acabamos de estar aquí? ¿Acaso no acabamos de experimentar la misma extracción de sangre, la inserción intravenosa y  el proceso de estabilización?

¿Acaso no acabamos de ver con impotencia cómo caían lágrimas de su rostro… su pequeño torniquete envuelto en su brazo mientras tendía su mano para alcanzarnos mientras gotas de sangre caían en  diferentes vías para ser examinada? ¿Acaso no acaban de decirnos que nuestra hija está muy enferma y lo afortunados que somos por haberla traído a la sala de emergencias justo a tiempo?

Muchas veces desde el diagnóstico de Isabella hemos escuchado historias de amigos y extraños sobre las complicaciones que pueden aparecer con la diabetes tipo 1. Y muchas veces hemos hablado de lo afortunados que debemos ser porque Isa tiene casi dos años de haber sido diagnosticada y no ha sufrido ninguna complicación. ¿Acaso no merecemos algún premio por ser “páncreas suplente del año”? somos como el señor Miyagi en cuanto al control de la diabetes…. dominándola de izquierda a derecha.  Me refiero a que si hemos hecho todo correctamente, tendría sentido creer que todo iría bien  ¿Qué puede pasar que no podamos prever?

De hecho, puede pasar de todo. Esa es la cuestión con esta enfermedad, que es impredecible. No importa cuántos dispositivos utilicemos para controlar, manejar o dosificar, siempre hay algo que nos toma desprevenidos.

Isabella fue ingresada en el hospital en diciembre con una cetoaciosis diabética (CAD) luego de que varios exámenes realizados en la sala de emergencias revelaran que tenía grandes cantidades de cetonas en su torrente sanguíneo. Si no se trataba, la cantidad de toxinas en la sangre podrían provocar un coma que podría ser fatal. La causa de la CAD varía y como en el caso de Isa, puede desarrollarse rápidamente.

Luego de dos días en el hospital Isabella volvió a hacer la misma de siempre. Pero nosotros no pudimos. Porque ahora sabemos. Sabemos que la DM1 no tiene favoritos. No hay tal cosa como “ser afortunados”. Esta es una enfermedad que hace que el cuerpo se ataque a sí mismo. Sí, a SÍ MISMO.  Es impredecible y peligrosa. Y para Isabella, ésta es su vida por ahora.

“Primero aprende a levantarte, luego a volar”. El Sr. Miyagi es un hombre sabio.


Lee más escrito por Kristina:  El órgano que más importa y Buscando a Isa.

ESCRITO POR Kristina Dooley, PUBLICADO 07/29/16, UPDATED 01/11/23

Kristina Dooley y su esposo Greg son los orgullosos padres de trillizos: Mía, Isabella y Max. Kristina es una planificadora educativa certificada durante el día y pasa su “tiempo libre” creando conciencia sobre la diabetes tipo 1 con la esperanza de encontrar una cura para Isabella, quien fue diagnosticada con DM1 a los dos años, y los muchos afectados por esta enfermedad. Puedes seguir la historia de la familia Dooley en InspiredByIsabella.com o en Facebook (InspiredByIsabella), Twitter (@InspiredByIsa) y en Instagram (@InspiredByIsabella).