Los mejores 5 ejercicios de yoga que salvaron mi vida
He estado practicando el yoga desde que tenía 17 años; justo hasta mi diagnóstico repentino de diabetes tipo 1 a la edad de 42 años, yo estaba convencida que el yoga me hacía invencible. Después de mi diagnóstico, todo cambió. En vez de pensar que el yoga alejaría al Coco (figura ficticia que asusta a los niños), tomé responsabilidad y llegué a un acuerdo con el papel que el yoga jugó en mi vida.
Descubrí que el yoga es más que un buen estiramiento. Es un árbol con muchas ramas, cada una es un camino a la armonía y el balance, una manera de mitigar el estrés. El yoga no es una tendencia, ha estado presente por más de 5000 años.
Los ejercicios de yoga son poderosos porque son sutiles. El aspecto físico es solamente un componente de una metodología de múltiples capas que busca el flujo de energía en el cuerpo. La fortaleza e inmunidad pueden ser cultivadas y construidas a través de la postura, la respiración, la meditación, la dieta correcta y los ajustes en el estilo de vida.
La palabra yoga significa “integridad, plenitud, unidad”. El yoga no es un estado. Más bien, es el estado natural de todo en la creación, incluyéndonos a nosotros. Nosotros naturalmente somos pacíficos, felices y completos. Son solamente nuestros pensamientos acerca de algo y nuestra identificación con esos pensamientos que crean la sensación de estar incompletos.
La práctica del yoga hace dos cosas: nos saca del hábito de identificarnos con nuestros pensamientos y nos recuerda nuestra verdadera naturaleza. Cuando te sientes todo “zen” (lleno de paz y relajado) después de clase, no es la práctica la que lo está haciendo. Los ejercicios simplemente te recuerdan que la paz, la quietud y la armonía que sientes al final de cada práctica, son tu estado natural. Para mí, profundizarme más en el yoga me ha permitido manejar mejor mi relación con la diabetes y controlar el estrés asociado con la diabetes.
Así que ¿cuáles son mis mejores 5 ejercicios de yoga que me ponen en mi zona cada día?
La postura
Disponible en cualquier lugar, a cualquier hora. En línea, en el camino, en el gimnasio, en la playa. La palabra en sánscrito para postura es Asana y significa estable y asiento cómodo. Sentirte en casa en tu propio cuerpo y allí, sentirte feliz y relajado. Mi postura favorita es “el perro hacia abajo”. Un ejercicio total en una pose. Es un estiramiento espinal que lubrica las vértebras, una inversión que calma la mente y baja la presión sanguínea. Una pose para fortalecer los hombros, brazos y muñecas. Abre los músculos isquiotibiales y tonifica las muslos y relaja la espalda baja. También es una postura de transición y una pose de descanso. Y no importa cuál sea tu edad o habilidad, hay una variación que puede funcionar para ti. He puesto un pequeño tutorial en mi blog para la postura del perro hacia abajo AQUÍ.
La respiración
La respiración es algo enorme. Ya sea que seamos conscientes de ella o no, sin la respiración no hay vida. En el yoga usamos la respiración a nuestro favor. La respiración y la respuesta del estrés están íntimamente conectadas. Así que si la respiración es superficial y rápida, definitivamente es un indicativo que algo no está bien en el mecanismo del cuerpo y mente. La mejor manera para reducir la velocidad de todo es respirar completa y profundamente. Lo puedes hacer ahora mismo. Detente, pon tus manos en tu vientre, toma una inhalación y siente tu vientre crecer y liberarse. En tu próxima inhalación, llena tu vientre y siente la respiración expandir tu caja torácica y la parte superior de tu pecho. En la exhalación todo se suelta al mismo tiempo sin algún orden en particular. He encontrado que respirar de esta manera, especialmente cuando me estoy volviendo loca por cualquier cosa, me ayuda a permanecer con los pies en la tierra y relajada.
La meditación
Piensa en la meditación como concentración. Nosotros estamos concentrados en diferentes formas a lo largo del día. De hecho, el único momento en que no nos estamos concentrando es cuando estamos dormidos. La meditación es una forma elegante de la concentración. En vez de enfocarse por casualidad en una multitud de actividades, tu tomas cada porción de tu energía y la enfocas en un objeto en particular, ya sea tu respiración, una imagen, un sonido, un movimiento.
La fórmula clave es:
- desempeñar una actividad repetitivamente (lo cual puede ser cualquier cosa, desde tejer hasta correr ú observar la respiración) con la intención de dejar ir los pensamientos de la mente.
Eso es correcto, no tienes que DEJAR de pensar. Todo lo que necesitas es la intención de dejar de pensar.
Los mudras
Los mudras son gestos con las manos que calman el sistema nervioso. Son los movimientos naturales que tus manos hacen cuando estás en descanso, jugando, en una conversación o desempeñando tareas. Los científicos han categorizado las diferentes funciones del cerebro en tres partes:
- El cerebro reptiliano, situado cerca de la base del cráneo, coordina las funciones autónomas tales como respirar, dormir, digerir, etc.
- La corteza cerebral o cerebro frontal es responsable de las funciones superiores del pensamiento, razonamiento, cálculo, etc.
- El cerebro leopardo, el cual se sitúa entre los dos anteriores, coordina el movimiento físico y las emociones.
Los niños naturalmente colocan sus manos en forma de mudras cuando están dormidos. Es parte del desarrollo temprano del cerebro. Como adultos, colocar conscientemente las manos y dedos juntos, nos ayuda a mantenernos calmados y balanceados.
Prueba este simple mudra
Junta la mano izquierda y derecha con todos los dedos extendidos y tocándose. Esto se llama el “mudra Anjali”, un gesto universal que simboliza la unión del sol y la luna, masculino y femenino y los dos aspectos del sistema nervioso, el parasimpático (relajado) y simpático (luchar o huir).
Los mantras
El yoga del sonido es representado por la palabra en sánscrito mantra. A través de la repetición de un sonido, la mente se relaja y se enfoca sin mayor esfuerzo. El gran mantra que todo el mundo conoce es AUM.
El aum es el sonido del océano, el retumbo de la respiración en tus oídos. El silencio entre los sonidos. Una de mis maneras favoritas para trabajar con mantras es practicar la meditación con un zumbido.
Coloca tus manos sobre tus orejas (coloca tus manos en forma curva sobre tus orejas) y haz el sonido um. Conforme repites el sonido una y otra vez, escucha el retumbo del sonido en tus oídos. Solamente necesitas hacer esto por un minuto o dos. Luego relaja tus manos sobre tu regazo, cruzando los dedos con las puntas de los pulgares tocándose. Siéntate calladamente observando las sensaciones a través de tu cuerpo. Esta simple práctica es perfecta para cuando estás pensando demasiado en algo y necesitas presionar un botón de reinicio.
Lee Todo lo que necesitas es Yoga por Rachel Zinman.