PARTE DOS: EL HOSPITAL Y NICK JONAS


 2016-08-10

P: ¿Así que tengo diabetes para siempre?

Y: Sí. Loa vas a tener para siempre.

P: ¿Mami, qué significa para siempre?

Y así, estamos en el hospital. Dos semanas después de dejar la sala de maternidad con una nueva personita (o un poco después), estábamos en el área pediátrica, esta vez con una personita menos pequeña. Jim y P ingresaron como a las 9:30 p.m. y como a las 10:45, P recibía su primera inyección de insulina de las muchas que recibiría en su vida.

Estaba en casa con O y con Q esa primera noche y cuando escuché a O comenzar a moverse en su cama la siguiente mañana, me metí a la cama con ella y nos acurrucamos mientras le decía dónde estabna su papá y P y qué era lo que iba a suceder en los próximos días. Yo le dije que yo estaba asustada y que estaba bien si ella también lo estaba, pero que todo iba a estar bien. Espero que haya sido más convincente de lo que me sentía.  Por suerte, mi padre pudo venir y cuidar a O (¡muchas gracias al abuelo y a Libby!), para que ella pudiera mantener su rutina lo más intacta posible. También ayudó a cuidarme al forzarme a comer algo cuando llegué a casa del hospital esa primera noche y juntar la ropa para lavarla y dejarla en Fluff y Fold para que todos por lo menos tuviéramos ropa interior limpia. (¡aplausos a la ropa interior limpia!)

Considerando que estábamos allí para recibir un diagnóstico que cambiaría nuestras vidas acerca de la condición crónica de nuestra preescolar, la estancia en el hospital fue bastante tranquila. Los doctores fueron maravillosos y las enfermeras fueron increíbles. Todos (los educadores en diabetes, los nutricionistas y los especialistas en la vida de los niños) los que se reunieron con nosotros nos trataron con compasión y respeto. Cuando mis ojos estuvieron bien, algunos de ellos hasta lloraron conmigo. Todos me dijeron que Nick Jonas tenía diabetes tipo 1. No es un chiste. Todos me lo dijeron incluyendo el conserje.

kate_felton_7.2-1Nos dijeron que detectamos la diabetes de P rápidamente. Nos dijeron que la mayoría de los niños vienen deshidratados y en cetosis (significa que tu cuerpo está quemando grasa para usarla como energía. Cuando mantienes una dieta baja en carbohidratos se minimiza la cantidad de glucosa en la sangre después de las comidas) y terminan pasando tiempo en cuidados intensivos con una línea intravenosa. Básicamente P estaba bien. El nivel de su azúcar estaba altísimo y no se sentía bien, pero después de la primera inyección de insulina estaba lista para irse a casa. Los siguientes dos días en el hospital realmente fueron para Jim y para mi. Tuvimos que recibir un curso intensivo sobre el cuidado de la diabetes en niños, aprender cómo medir y administrar las jeringas con insulina, cómo contar los carbohidratos con exactitud y cómo detectar signos de hipoglucemia. Hacíamos todo esto mientras cuidamos a una niña de dos semanas en la esquina de su cuarto de hospital y frenéticamente usando Google para buscar bombas, hemoglobina A1c, pautas de días de enfermedad y CGM (monitoreo continuo de glucosa, por sus siglas en inglés) en nuestros iPhones.

Y después, a casa con nuestros ocho frascos de insulina, 10 cajas de de jeringas y nuestra dulce y pequeña P qué tuvo que faltar a su primer recital de ballet porque su tonto sistema inmune decidió atacar a su tonto páncreas (más del tonto páncreas después).

Constantemente siento una combinación confusa de agradecimiento y enojo. Estoy tan agradecida que tenemos los recursos y la tecnología para cuidar esto, ser el páncreas que P se merece y al mismo tiempo estoy tan enojada que tenga que vivir así, o una versión de esto, para el resto de su vida, nuestra nueva normalidad.

Estoy tratando de respirar a través de mi enojo. Estoy tratando de enfocarme a ser agradecida.  Algunos días son mejores que otros.

Todavía no estoy segura cómo va a terminar el día de hoy.


Nota del Editor:  Esta historia es la segunda parte de la serie titulada “La Nueva Normalidad”. Lee la otra publicación de la serie de Kate La Nueva Normalidad:

ETIQUETAR: DIAGNÓSTICO PARA PADRES

ESCRITO POR Kate Felton, PUBLICADO 08/10/16, UPDATED 08/18/17

Kate Felton es una escritora y una artista que vive en Los Ángeles con un perro muy bien educado, tres maravillosos y revoltosos niños y su eternamente paciente esposo. Su hija Penny fue diagnosticada con diabetes tipo 1 en diciembre de 2015 a la edad de tres años. Kate blogs en www.notsurehowtodayends.com y escribe en otros sitios. Cuando no está persiguiendo a sus hijos, hace teatro y participa en las directivas de varias organizaciones sin fines de lucro.