5 Habilidades que me Enseñó la Diabetes para Convertirme en Médico
Como médico, aprender es parte de nuestra vida diaria, el aprendizaje no solo viene de los libros o los maestros, incluso transitar por los pasillos del hospital te deja enseñanzas. Pero, tener diabetes y ejercer medicina es como vivir en constante contacto con un maestro invisible, a veces puede guardar silencio por algún tiempo y de repente regresa para recordarte cosas.
Mientras estudiaba medicina y ahora, como especialista, sigo poniendo en práctica habilidades que la diabetes me ha enseñado y las cuales intento seguir reforzando hoy en día para ejercer medicina, estas son las 5 más importantes:
- Responsabilidad: Tomar responsabilidad de la enfermedad desde el comienzo fue fundamental. Un ejemplo de esto fue el hecho de inyectarme a mí misma. A los 8 años cuando hicieron mi diagnóstico, parecía algo difícil pero necesitaba aprenderlo desde el primer momento, aunque mis médicos y mis padres me dieron el tiempo necesario para empezar a hacerlo, debía tener el conocimiento desde el principio y si ocurría alguna eventualidad, tenía que ser lo suficientemente responsable y valiente para administrarme mi medicamento.
- Preparación: Esto va más allá de simplemente empaquetar jeringas adicionales si nos vamos de viaje. Se trata de tomar conciencia del ambiente y el medio en el que te desenvuelves y dependiendo de este, adaptarlo a ti, porque encontraremos que adaptarnos al medio es a veces sinceramente imposible, por lo que debemos estar preparados para cambiar nuestro ambiente de ser necesario.
- Lidiar con la frustración: No compararnos, sí, ya sabemos que es difícil, pero esto sí lo aprendí cuando empecé a estudiar medicina. No todas las personas con diabetes son iguales, por lo tanto, no podemos exigirnos lo mismo que a otras personas. Nuestras exigencias deben ser acorde a nuestras capacidades, estilos de vida, e incluso personalidades, siempre por su puesto, tratando de obtener el mejor control posible, sabiendo incluso que, aunque se esté haciendo todo bien, las cosas a veces pueden complicarse, por lo que se debe continuar hacia adelante quitándole fuerza al sentimiento de frustración que puede ser muy común. Ningún paciente Tipo 1 tiene todo “bajo control siempre”, ni siquiera los doctores Tipo 1.
- Sacrificio: Después de 26 años con diabetes, no sé mucho de sacrificio ya que se ha transformado en un estilo de vida. De hecho, otras personas son las que me han señalado el gran sacrificio que hago para ejercer medicina teniendo diabetes, pero en realidad no lo veo así, no veo sacrificio, veo realmente un estilo de vida con el cual crecí que me permitió llegar al mismo punto o más lejos que a muchas personas que están sanas. Entonces supongo que, para lo que otros es sacrificio, para mí solo ha significado hacer las cosas de manera distinta, que en muchas ocasiones es incluso más saludable que la manera regular.
- Disciplina: Ejercer medicina requiere un alto grado de compromiso y disciplina para lo cual la diabetes ya me venía preparando. Horarios, números, meriendas, trasnochos, metas, citas, cuidados especiales, todo eso que ya me resultaba natural y cotidiano facilitó mi carrera en un mundo donde muchos estudiantes apenas comienzan a lidiar con tales situaciones, así que si se quiere, puede convertirse en una ventaja.
Como especialista, definitivamente ponerse en el lugar de los pacientes es más fácil para mí y aunque no tengo manera de saberlo, supongo que eso es gracias a la diabetes. Debo agradecer haber lidiado con tantas situaciones previas al inicio de mi carrera que me prepararon para atender mejor a los pacientes. Así que, adelante, ¡no todo es malo!, seguramente todos podemos aprovechar algo de la diabetes y aplicarlo a nuestra vida laboral, aunque sea compartiendo nuestras experiencias.
