Administrando la Red Universitaria de Diabetes — aceptando la diabetes


 2016-04-07

Me levanto a las 5 a. m., me doy la vuelta para revisar mi MCG; excelente, el estrés ha aparecido y mi nivel está a más de 300.  No es de extrañarse por qué fue tan difícil despertarme. Hago una corrección y brinco de la cama para rápidamente prepararme y ponerme mi “vestuario de trabajo”, maquillarme, ponerme zapatos de tacón, etc…  y lista para irme. Son las 6 a. m.

Me apresuro para ir a Starbucks, compro mi usual café #1 excesivamente grande y un yogurt griego, me administro un bolus y entonces reviso mis notas. Reviso mi pantalla, ¡por Dios! Son las 6:30 a. m. Ordeno otro café (#2) excesivamente grande, me administro otro bolus rápidamente y salgo a toda prisa.

Camino rápido por la cuadra de la ciudad de Nueva York  a un edificio intimidantemente bonito y me dirijo hacia el piso 50 y algo que está en la lista de la invitación.  Verifico mi MCG y no hay alguna sorpresa, el resultado final es alto, con un latte y la comida he mantenido bien y estable mi nivel, aproximadamente de 280. Resistiéndome a administrarme el bolus en forma arrebatada, meto mi MCG de vuelta a mi bolsa. Y así, esto empieza.

La diabetes no define mi vida, pero mi vida gira alrededor de ella. Aunque no en la forma que tú pensarías.

Entro a la sala de reuniones para 20 personas que tiene vista al Parque Central, me cuesta creer que es aquí donde estaremos elaborando estrategias para nuestros planes para los siguientes años, por segundo año consecutivo. Mucho trabajo y muchas noches hasta tarde se han necesitado para lograr el éxito de hoy, ¡sólo 8 horas más para esa copa de vino! Meghan, nuestra gerenta de desarrollo se ha asegurado ya de que todo esté listo, así que preparo mi laptop, saco mis notas y respiro.

Entonces el equipo empieza a llegar. Una a una, las personas que se han convertido en amigas, mentoras y promotoras apasionadas de nuestra misión, entran y se instalan para un día largo de discusiones.

Me diagnosticaron con diabetes cuando tenía 14 años, pero mi “vida” con diabetes como la conozco ahora no empezó realmente si no que hasta que estuve en el primer año de la universidad y fue entonces cuando encontré a otras personas con diabetes y cuando la CDN (Red Universitaria de Diabetes, por sus siglas en inglés) se convirtió en “algo”. Ahora, a la edad de 26 años, he fungido como directora ejecutiva de la organización (ahora organización nacional sin fines de lucro) por más de 3 años. Mi relación con la diabetes incluye el día a día normal y la rutina de minuto a minuto que es esta condenada enfermedad. Pero también incluye la administración de esta organización para conectar y empoderar a una comunidad entera de adultos jóvenes con diabetes, para cambiar sus vidas, para hacer la universidad un lugar más seguro y más ameno y para que sea posible para ellos tomar el sector de la diabetes en forma exitosa conforme se vayan uniendo a la fuerza de trabajo después de su graduación.

Siento una energía desenfrenada y formidable cada día gracias a mi trabajo; energía que me da motivación para cuidar de mí misma para continuar enfrentando todo lo que esta enfermedad me presenta. Cuando se trata de esta enfermedad, lo hago condenadamente bien en comparación de la mayoría de las personas con diabetes y voy a hacer todo en mi poder para tratar de extender la misma oportunidad a los demás. Esa es mi misión, mi pasión personal. Nadie debería tener que experimentar la diabetes de la manera en que una vez lo hice, la forma en que muchas personas todavía lo hacen.

En realidad, soy una persona relativamente descoordinada y moderadamente en forma. Si estamos siendo honestos, nunca voy a entrar a un cuadrilátero de boxeo con alguien y ser como Mohammed Ali, pero caramba, así me siento cuando voy a las reuniones como ésta. También podría haber traído mis guantes de box rosados (y sí, verdaderamente tengo unos).

Hoy es nuestra GRAN reunión de la junta directiva del año, en la cual todas las personas apasionadas, ridículamente listas y simplemente maravillosas que forman parte de la junta vuelan a una ciudad lejana para que todos nos juntemos en una sala durante horas. Es cuando revisamos nuestros logros recientes, discutimos todo lo que hemos planificado para el próximo año, pero lo más importante es determinar a dónde vamos  en los próximos 2, 5 y 10 años y cómo llegaremos allí.

Hemos llegado muy lejos desde 2009, ahora tenemos más de 75 sucursales  afiliadas con base en el campus universitario (¡con otras 25 en desarrollo!), un programa de membresía gratis para estudiantes, sociedades con organizaciones nacionales como la ADA (Asociación Americana de la Diabetes, por sus siglas en inglés), la JDRF (Fundación para la Investigación de la Diabetes Juvenil, por sus siglas en inglés) y muchas otras, los recursos para cada aspecto de la diabetes para los adultos jóvenes, un grupo de Facebook para ayudar a los padres de los estudiantes para que se conecten; algunas veces todo esto hace que mi cabeza gire. Estoy tan agradecida de que ya no somos solamente yo y mi colega/amiga Jo Treitman las que trabajamos las 24 horas del día y los 7 días a la semana. Ahora tenemos un equipo increíble en la oficina nacional, unos pasantes sorprendentes y una red nacional de líderes estudiantiles creando su propio impacto en todo el país. Esto me recuerda una reacción en cadena; el impacto sigue expandiéndose y desarrollándose.

Recuerdo dónde estaba yo en 2009, estudiando una carrera en psicología, y dónde estoy ahora, administrando una organización y siendo responsable de todo lo que venga con ella. Es extremadamente gratificante prosperar en la forma de dar apoyo y generar oportunidades para miles de adultos jóvenes con diabetes y crear una plataforma entera para sostener a las futuras generaciones.

Me vino a la mente una diapositiva que presentó el conferencista clave en la conferencia reciente de CWD (Niños con Diabetes, por sus siglas en inglés) y que ahora tengo guardada en mi fondo de pantalla. La diapositiva tenía las características necesarias para manejar exitosamente la diabetes. Del lado izquierdo estaban las características que la diabetes presenta y del lado derecho estaban las características que los directores ejecutivos importantes de grandes compañías identificaron. Todas fueron las mismas. Orientadas a los detalles, independientes con deseos de dar apoyo cuando se necesita, “planificador”, etc. ¿Suena familiar?

Me encantó esa diapositiva ya que ilustra perfectamente cómo terminé donde estoy hoy y el papel inesperado que la diabetes ha jugado al traerme aquí. Más allá de eso, ilustra cómo la conexión de la comunidad de líderes estudiantiles de la CDN con el mundo de la diabetes promoverá un cambio para todos nosotros y por qué no podemos dejar de hacer todo lo que estamos haciendo para desarrollar esta red.

Así es como acojo la diabetes. Así es como lucho contra la diabetes. Y esta es mi pequeña parte de colaboración para tratar de hacer una vida mejor para cada persona con diabetes.

La CDN (Red Universitaria de la Diabetes, por sus siglas en inglés) es una organización no lucrativa cuya misión es brindar programas innovadores de colegas que conectan y empoderan a los estudiantes y los profesionales jóvenes para que prosperen teniendo diabetes. Para conectarse con otros adultos jóvenes o para encontrar más información, regístrate AQUÍ.


Lee La CDN cambió mi vida de Mindy Bartleson.

 

ESCRITO POR Christina Roth, PUBLICADO 04/07/16, UPDATED 06/20/18

Christina es la directora ejecutiva y fundadora de la CDN. La diagnosticaron con diabetes Tipo 1 a los 14 años. Se convirtió en una activista mientras estuvo en la universidad donde inició la CDN como un grupo universitario en 2009. Debido a la respuesta abrumadora que tuvo el grupo inicial, Christina expandió la CDN en una organización nacional no lucrativa ayudando a adultos jóvenes con diabetes. Ahora vive en Boston con su perra labrador negra Arya y cuando no está trabajando está montando caballo o haciendo yoga. Después de graduarse de la universidad de Massachusetts Amherst, Christina trabajó en el Centro de Diabetes Joslin y dio asesorías a la T1D Exchange. Christina fue presidenta de la CDN hasta 2013 cuando la nombraron directora ejecutiva de la organización. Como directora ejecutiva frecuentemente habla sobre temas tales como los programas de la CDN, la investigación sobre la población de adultos jóvenes y la forma de satisfacer sus necesidades específicas, el manejo no lucrativo, las mujeres en los negocios, la innovación y las organizaciones tipo startup.