Amigas, Coincidencias y Diabetes Tipo 1.
– “Mamá, ella es Lucía”- dijo Blanca, aquélla niña de unos ocho años, presentándome a su mamá.
Luego añadió – “Ella dibuja muy bien”.
Inventar historias y juegos
Han pasado muchos años desde aquella escena, mas la recuerdo vívidamente. Después seguimos riendo y jugando en casa de Blanca, nos escondíamos debajo del escritorio y nos divertíamos inventando historias y juegos.
Nos reíamos. Mucho. Muchísimo, de las cosas más tontas. Bastaba decir cualquier palabra, por ejemplo “Roma” jajaj Roma, jajaja….para que algo tan neutro se convirtiera en…tirarse en el suelo con dolor de barriga y de mandíbula y aún así no poder parar de reír, seguir y seguir riendo.
Blanca era muy divertida y su mamá siempre nos abría la puerta de la casa a las dos para que, juntas jugáramos y nos divirtiéramos.
Dos niñas, unidas por tanto cariño
Un día se me diagnosticó diabetes Tipo 1 y todo cambió. Todo se volvió más gris. Yo sabía que Blanca tenía siempre que tomar unas pastillas para la “fibrosis quística”, ahora yo también padecía una condición de salud. Pasamos poco tiempo después juntas, porque el destino me llevó a un “internado” (Centro de Protección de menores) poco después.
Blanca desarrolló diabetes Tipo 1 un tiempo después. Ironía. Dos niñas pequeñas, unidas por tanto cariño, sin rastro de esta enfermedad, y las dos acabamos con ella de por vida. Creo que nadie podría haber predicho tal doble y perversa casualidad.
El otro día Blanca, a la que hace más de veinte años que no veo, me dijo por Facebook “a mi me diagnosticaron rápido porque mi mamá se dio cuenta rápidamente que algo pasaba: Bebía constantemente, y eso era precisamente lo que ella había visto que tú hacías”.
Ahora a ella le están por colocar la bomba. Le deseo mucha suerte en este proceso, y en la vida. Y ya que siempre me sigue… con la Diabetes…con la bomba… espero que ahora me siga para hallar en su vida todo el Amor con el que últimamente me he estado topando.
Y que me llena cada día el corazón.
