Eres tú. El único autor de tu vida y de tu diabetes.
Hola, mi nombre es Nora Ortega, tengo 32 años. Y fui diagnosticada con diabetes tipo 1 a los 9 años. Fue un 31 de octubre de 1998, día de Halloween. Aquí en donde yo vivo (Monterrey, México), es un día en que te disfrazas, por lo regular, de algo que de “miedo”, y sales a la calle a tocar puertas y pedir dulces. Así que ese día acostumbraba disfrazarme de brujita, y salir con mis primos o amiguitos a pedir dulces. Me encantaba juntar una bolsa enorme de dulces, y me los comía poco a poco. Me divertía mucho; pero el Halloween de 1998, la pasé en la consulta con el endocrinólogo, y de ahí directo al hospital. Ese día cambiaría el rumbo de mi vida para siempre.
Crecer para convertirme en quien soy ahora
Ví a mis padres llorar y tratar de aprender lo más posible acerca de la diabetes. Lamentablemente me tocó una época en la que no predominaba mucho la educación en diabetes, y menos las redes sociales y grupos.
Crecí rodeada de muchos “no”, “no puedes, “no podrás”, principalmente de la gente a mi alrededor como mis compañeros de escuela, maestros, vecinos, amigos de mis padres, etc. Era cansado y muy agotador. Pero, sobre todo, muy doloroso.
Estudié Psicología y me gradué en el 2011. La terapia psicológica me dio muchas herramientas para salir adelante.
Comencé mi primer trabajo, en una clínica privada, y para fortuna mía me convertí en Educadora en Diabetes. Todo esto me empoderó y pude adquirir mucha valentía, no solo para cuidarme a mí misma, sino para también orientar y ayudar a los demás, a los que habían pasado por una experiencia como la mía.
La educación en diabetes fue lo que trajo luz a mi vida. Fue esa antorcha que necesitaba para darme cuenta de que realmente no había nada que no pudiera hacer, que solo dependía de mis decisiones, de si yo lo quería hacer o no. Pero no por la diabetes.
Paciencia y adaptación
Mi vida siguió mejorando, y conocí a las bombas de insulina. Me conectaron a una, y para mí fue una de las mejores experiencias de mi vida. Al principio fue duro, porque el cambio del tratamiento y cuidados es totalmente diferente. Pero con paciencia, ayuda de mi médico y aprendizaje, logré perfectamente adaptarme a mi bomba de insulina.
Meses más tarde, conocí a mi esposo “el amor de mi vida”, creo que mucha gente lo conoce, porque definitivamente él ha marcado mi vida, solo para bien.
Él jamás me juzgó, o me hizo menos por la diabetes, al contrario, desde el primer día buscó aprender todo lo relacionado al cuidado de la diabetes. Siempre he recibido su apoyo sobre todo en los días más difíciles y oscuros. Él me alienta a seguir, me escucha y, sobre todo, me acompaña.
Mi esposo me hace sentir que no estoy sola con la diabetes, al igual que mis padres, y esto definitivamente es una pieza clave para el tratamiento de la diabetes.
Actualmente soy Instructora Certificada de Producto (microinfusoras de insulina) y ayudo a pacientes con bombas de insulina y sensor. Estudié la maestría en Psicología Clínica.
Ser mamá y los cambios en mi vida
La cereza final del pastel, es que me convertí en mamá hace 2 años. Ser mamá ha sido la bendición más grande de mi vida. El embarazo fue todo un reto, y la maternidad lo sigue siendo. He tenido que ajustar la diabetes a todos los cambios que ha habido en mi vida.
Mi bebé conoce la bomba de insulina, me ve cuando me coloco las cánulas o el sensor, y se queda muy atento, le llama “pin” (como de piquete o inyección) a todo lo que tiene que ver con bomba, sensor, o cánula.
Ya sabe que no debe de tocar la cánula o el sensor, pero la bomba no puedo evitar que le encante moverle a algunos de sus botones.
El camino es la educación
La conclusión de mi historia es que el camino de la Diabetes es la Educación. Hay un antes y un después en mi vida a partir de la educación en diabetes. Es lamentable escuchar o ver personas que aún creen que la diabetes es un impedimento, o que es igual a complicaciones, sufrimiento, a no poder ser mamá o papá, entre muchos otros mitos.
Depende de ti, de lo que tú hagas día con día con tu diabetes, de tus decisiones, y la primera responsabilidad es Educarte.
Diabetes es valentía, decisiones, empoderamiento, autonomía, solución de problemas, etc. Y tú mente, tu gran aliado, si tú estás convencido de que no podrás, que no vivirás, que no saldrás adelante, es bastante probable que así sea. Decide cambiar esa “profecía”, no permitas que los demás y la ignorancia se apoderen de tu vida. Acude con profesionales de la salud, especializados en diabetes. Mi endocrinóloga (Dra. Gabriela Morales), es como una amiga para mí, y me alienta y me apoya en cada consulta. No es por nada, pero ¡me encanta ir a mi consulta médica!
Cambia los “no, no podrás”, y demuéstrales de todo lo que eres capaz. Y siéntete orgulloso de tu “Pin” (sea cual sea, jeringas, plumas de insulina, bomba, sensor…)
Tú eres el único autor de tu vida y de tu diabetes.