Buscando mi visto bueno


 2017-07-04

Claramente recuerdo cuando me sacaron de la piscina en una excursión en tercer grado, para llevarme de emergencia al hospital y más tarde diagnosticarme con diabetes Tipo 1. Tan pronto como fui dada de alta del hospital en Nochebuena, fui, más adelante en esa semana, a un juego de hockey y supe a la temprana edad de ocho años que todo iba a cambiar. Cuando escuché la palabra diabetes, supe lo que significaba: supe que significaba la muerte de mi abuela por complicaciones de diabetes antes de que yo naciera; y tener la misma enfermedad fue una realidad aterradora.

Soy muy dichosa de tener padres que me permitieron aprender a controlar mis niveles de glucosa, resaltando la consecuencia que eso representaba en mis desempeño en el hielo. Me comunicaba con mi madre, en el público, con un simple pulgar hacia arriba dando el visto bueno; el que significaba que estaba jugando bien y mis niveles de glucosa estaban bien o un pulgar hacia abajo para indicarle que no estaba jugando con todo mi potencial y necesitaba monitorear mi nivel de azúcar. En hockey de ligas menores, la señal del pulgar arriba era un gran alivio para el juego y para mi control de glucosa. Además, fue hasta que me fui de mi casa, cuando tenía 15 años que tuve que ser más diligente con mi diabetes.

Cuando asistí como internada a medio país de distancia, mi objetivo principal era mejorar mis habilidades en el hockey y en lo académico, pero estaba en desventaja con mis compañeros, porque tratar de controlar mis niveles de glucosa en la sangre era de hecho una tarea difícil. Digamos que no siempre tenía el pulgar arriba. Sabía que si trabajaba duro todos los días y seguía avanzando a pesar de la adversidad podría alcanzar mi meta de jugar en el Campeonato de la División I de Baloncesto Masculino (NCAA por sus siglas en inglés).

Pude lograr mi meta y jugar para la División 1 de hockey en la NCAA por la Universidad Robert Morris. Entrenamientos temprano en la mañana, juegos ya entrada la noche, largos viajes, al mismo tiempo que ser una estudiante universitaria se mostró como tal,  un gran desafío para el control de la diabetes. Solo las personas con diabetes pueden entender lo que es levantarse a media noche con todo el cuerpo sudado, débil y tratando de tomar o comer cualquier forma de glucosa por la hipoglucemia; esto es muy aterrador. Otro caso, también aterrador, es levantarse muchas veces durante la noche para ir al baño y tomar un galón de agua por la hipoglucemia. Es un círculo vicioso que puede ocurrir muchas veces durante la noche, dejándote con pocas horas de sueño, levantarte de todos modos a la práctica de las 7 a.  m. y tener que dar lo mejor de tu potencial .

Peor aún, tener hiper o hipoglucemia durante las actividades físicas da una perspectiva completamente diferente de luchar contra la adversidad. Lo que más me molestaba, era que la diabetes me venciera, pues era cuando me perdía parte de la práctica por mis niveles de glucosa y por no tener control sobre mi cuerpo. Una vez me desmayé durante el calentamiento porque olvidé programar un índice basal temporal. Mentalmente siempre sentía como si decepcionaba a mis compañeros del equipo, cuando no podía controlar mis niveles de azúcar. Mis compañeros nunca entenderán que la diabetes es una responsabilidad de 24/7 que puede ser controlada simplemente con insulina y jugos en caja. Es una enfermedad que te mata de manera lenta, física y mentalmente.

Así sea triste, levanto el pulgar cada vez que puedo, porque sé que soy privilegiada por estar en donde estoy ahora. Este año fue el primero que deje de jugar hockey de competencia porque tengo la nueva meta de ser endocrinóloga o dentista. Quiero ayudar a otros con  diabetes para que se den cuenta que somos gente unida y extraordinaria. Quiero que mis futuros pacientes sepan que pueden hacer lo que sea que esté en su mente. Puede ser más difícil que para la persona que está a la par tuya, pero yo puedo ayudarte a que te des cuenta que puedes hacerlo con el pulgar hacia arriba dándote el visto bueno.

Este año participé en Connected in Motion (conectados en movimiento), el cual me da aliento para la educación en la diabetes. En agosto, 13 increíbles personas y yo nos vamos a embarcar al North Coast Trail para promover la prevención, la inversión y el autoconocimiento. Para mí, es increíble ver programas como Connected in Motion o Beyond Type 1, el cual reúne a la comunidad con diabetes y promueve estilos de vida saludables y positivos. A veces, ser diabético es aterrador, extenuante y solitario, entonces es la comunidad de personas con diabetes, la que te ayuda a superar esos días que son duros física y mentalmente. Ahora la próxima vez que muestres un pulgar arriba, acuérdate de tí, que estás vivo, saludable y agradecido.


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ESCRITO POR ANISSA GAMBLE, PUBLICADO 07/04/17, UPDATED 06/26/18

Anissa Gamble tiene diabetes Tipo 1 desde que tiene ocho años. Ella creció en Nueva Brunswick, Canadá, de donde se fue de su casa a la edad de quince para ir a la escuela de Ontario llamada Appleby College. Después de la escuela preparatoria, ella jugó hockey en la División 1 NCAA en la Universidad de Robert Morris ubicada en Pittsburgh, Pensilvania. En la actualidad ella cursa una maestría en cirugía experimental en la Universidad de Alberta investigando el trasplante de células islote. Su meta es aplicar su conocimiento y experiencia al campo de la diabetes y ayudar a otros con diabetes a combatir esta enfermedad.