Contar ovejas y dormir para niños pequeños con diabetes Tipo 1 y sus padres

 2017-12-12

Todos los padres de niños pequeños saben que la hora de dormir con frecuencia puede ser una batalla cuesta arriba. Lo has escuchado todo: todavía no está cansado, quiere que le leas un libro de cuentos más o que quiere permanecer despierto por otros cinco minutos. Lanzar el manejo de la diabetes a la mezcla puede hacer que lograr que los niños se acuesten a una hora específica sea un reto aún más grande; y las necesidades o preocupaciones relacionadas con la diabetes durante la noche pueden hacer que sea difícil dormir toda la noche. Sin embargo, las rutinas constantes a la hora de acostarse y los planes para la atención durante la noche pueden ayudar a suavizar las horas de la noche.

La cantidad de horas para dormir que necesita un niño pequeño varía según la edad y el desarrollo. Según la National Sleep Foundation (fundación nacional del sueño), las recomendaciones de sueño dependen de la edad del niño.

Horas de sueño recomendadas…

  • Niños pequeños: 11 a 14 horas (incluidas las siestas diurnas)
  • preescolares: 10 a 13 horas
  • niños mayores en edad escolar: 9 a 11 horas

A la edad entre 3 a 4 años, la mayoría de los niños dejan de tomar sus siestas por la tarde, por lo que es posible que los padres tengan que hacer que la hora de acostarse sea antes para asegurarse de que los niños reciban las 10 a 13 horas que necesitan. Dormir es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, y también es igualmente importante para tu propia salud y bienestar. Se recomienda que los adultos duerman al menos siete horas por noche, lo que puede ser difícil para cualquier padre de un niño pequeño. Aunque priorizar el sueño no eliminará todo el estrés, definitivamente puede ayudarte a manejar mejor tus tareas y retos diarios, incluido el manejo de la diabetes de tu hijo.

Estos son nuestros consejos antes, durante y después de ir a la cama para ayudar a que tú y tu(s) hijo(s) con diabetes se duerman y permanezcan dormidos:

Durante el día/antes de acostarse

  • Durante el día, trata de pasar un tiempo al aire libre con el niño. Darle el tiempo para estar activo y jugar durante el día hará que conciliar el sueño sea más fácil por la noche. Para los adultos: trata de hacer actividades físicas todos los días, incluso si solo es durante 20 a 30 minutos.
  • Trata de evitar la cafeína (que se encuentra comúnmente en los refrescos o el chocolate), especialmente después de la cena o como un bocadillo antes de acostarte. Para los adultos: también trata de evitar la nicotina y el alcohol.
  • Comienza a limitar las actividades de mucha energía (juego brusco, jugar afuera) aproximadamente una hora antes de acostarse.
  • También es importante limitar la tecnología dentro de los 30 a 60 minutos de la hora de acostarse; trata de minimizar el tiempo frente a cualquier pantalla brillante. Apaga las luces y trata de involucrar a tu hijo en actividades más tranquilas, como leer un libro, dibujar o escuchar música.
  • Establece una “hora para acostarse” y una “hora para despertarse” constantes y haz todo lo posible para cumplirlas, incluso los fines de semana. Si sabes que tu hijo necesita más tiempo para calmarse y adaptarse a la hora de acostarse, trata de aumentar el tiempo adicional cuando sea la hora de prepararse para acostarse.

A la hora de dormir

  • Establece una rutina que funcione bien para tu hijo y tu familia. Tu hijo puede ayudarte a crear un ritual para la hora de dormir que incluya tareas de manejo de la diabetes y otras actividades más relajantes (como leer un cuento antes de dormir o compartir partes favoritas sobre el día de cada miembro de la familia).
  • Para los adultos: trata de usar una estrategia de relajación antes de ir a dormir, como la respiración consciente, para calmar la mente y reducir las preocupaciones de la noche sobre la diabetes de tu hijo.
  • Crea el ambiente adecuado para dormir: tu habitación y la de tu hijo deben ser oscuras, silenciosas, cómodas y frescas. A veces, un “compañero para ir a la cama” u otro tipo de objeto de transición o animal de peluche puede ser reconfortante para los niños y puede facilitar la transición.
  • El manejo de la diabetes a veces puede llevar más tiempo de lo esperado: valores persistentes de glucosa fuera de rango que no cambian, cambios inesperados en el sitio de infusión y cosas similares pueden retrasar la hora de acostarse. Crea un poco de tiempo de contingencia en la rutina del manejo de la diabetes por la noche para permitir las necesidades imprevisibles e impredecibles relacionadas con la diabetes a la hora de acostarse.
  • Mantén la paciencia. Muchos niños se portan mal a la hora de acostarse y los problemas de manejo de la diabetes pueden aumentar el estrés: controla tu frustración respirando profundamente, diciéndote un mantra positivo o alternando con otros cuidadores con el objetivo de mantener la calma.
  • Si tu hijo ha tenido valores de glucosa fuera de rango de la noche a la mañana, habla con su equipo de atención para observar esos patrones y analizar cómo ajustar el plan de cuidado nocturno de la diabetes.

Después de acostarse y durante la noche

  • Asegúrate de que tu hijo sepa qué esperar durante la noche y cuándo ESTÄ BIEN que tu hijo salga de su habitación o te llame. Elogia a tu hijo por avisarte si no se siente bien durante la noche, pero trata de limitar las interacciones en ese momento al manejo de la diabetes (y tratamiento si es necesario) y luego vuelve a la cama, para evitar otras razones para estar fuera de la cama. Asegúrate de que él o ella ahora estará BIEN y podrá volver a dormirse.
  • Las mediciones ocasionales de los dedos durante la noche o el uso de la monitorización remota de la glucosa pueden ayudar a los padres a vigilar la diabetes durante la noche sin que el niño se levante con demasiada frecuencia. Si es necesario, puedes alentar a tu hijo a permanecer en su cama o dormitorio toda la noche proporcionando un pequeño incentivo en la mañana: pegatinas o pequeños premios entregados a primera hora de la mañana pueden funcionar bien para los niños pequeños.
  • Si rutinariamente revisas los niveles de glucosa en la sangre durante la noche, considera compartir esta responsabilidad con otro cuidador, si es posible, para poder dormir toda la noche cada pocas noches.
  • Puede ser hora de verificar con el equipo de diabetes de tu hijo para ver bajo qué circunstancias es obligatoria una medición de glucosa en la sangre durante la noche, y cuándo puede estar BIEN o no medir la glucosa en la sangre durante la noche.

Algunos niños requieren apoyo adicional para dormirse solos, o permanecer en su propia cama o dormitorio durante toda la noche, ¡pero la buena noticia es que los retos para dormir por lo general se pueden manejar! A medida que aprendas más sobre los patrones únicos de glucosa en la sangre de tu hijo, también aprenderás más sobre qué rutinas son las mejores para ti y tu familia. Si tienes alguna pregunta o inquietud, asegúrate de hablar con el proveedor de atención para la diabetes de tu hijo sobre el sueño de tu hijo y sobre tu propio sueño, y haz lo que puedas para asegurarte de que cada uno tenga suficiente sueño reparador todas las noches. ¡Dulces sueños!

Para recibir más información, consulta estos recursos:

Weissbluth, M. (2005) Hábitos de sueño saludables, niño feliz: un programa paso a paso para una buena noche de sueño. Nueva York, Nueva York: Ballantine Books.

Mindell, J.A. (2005) Dormir toda la noche: cómo los bebés, los niños pequeños y sus padres pueden dormir bien por la noche. Nueva York, Nueva York: HarperResource.

Aplicaciones para dormir: Breathe (respira), Calm (calmado), Smiling Mind (mente sonriente)

Esta obra está financiada por NIH DP3DK103998 y R01DK102561

Marisa E. Hilliard, PhD, es una psicóloga pediátrica y científica del comportamiento cuyo trabajo se centra en la atención clínica e investigaciones con jóvenes con diabetes Tipo 1 y sus familias. Su pasión es promover la resiliencia, y su investigación se centra en cómo los jóvenes y las familias superan los retos de la diabetes para mantener una buena calidad de vida, cumplir con las recomendaciones de tratamiento y tener un control óptimo de la diabetes. Está especialmente interesada en los tiempos de transición en el manejo de la diabetes, como adaptarse a la vida con un nuevo diagnóstico de diabetes, la forma en que el manejo familiar de la diabetes cambia durante la niñez y la adolescencia, y cómo los adolescentes se preparan para manejar su diabetes cuando son adultos jóvenes. La Dra. Hilliard es Profesora Asistente de Pediatría en el Baylor College of Medicine, en la Sección de Psicología del Texas Children’s Hospital en Houston, Texas.

 

Randi Streisand, PhD, CDE, es una psicóloga de la salud infantil y recibió su doctorado en psicología clínica en la Universidad de Florida. Completó su pasantía en la Universidad de Brown y una beca en el Hospital de Niños de Filadelfia antes de unirse a la facultad en el hospital Children’s en 2000. La Dra. Streisand también es profesora de Psicología y Salud del Comportamiento, y Pediatría en Children’s National Medical Center, es Directora de Conducta e Investigación Comunitaria en el Centro de Ciencia Traslacional, y se desempeña como Directora de Investigación Psicológica en la institución.  La Dra. Streisand actualmente está financiada por NIH con esfuerzos de investigación relacionados con la diabetes infantil. Su trabajo se centra en el cumplimiento del manejo de la diabetes, el ajuste de padres e hijos y el manejo de la diabetes en niños pequeños. Ella tiene publicaciones múltiples en el área de la salud infantil, y específicamente relacionadas con la diabetes infantil.

 

Caitlin Shneider, BA, es asistente de investigación clínica con la Dra. Randi Streisand en el Children’s National Medical Center en el Centro de Ciencia Traslacional. Se graduó con honores en Biopsicología, Cognición y Neurociencia en la Universidad de Michigan en 2016. Caitlin actualmente está trabajando en un ensayo de intervención financiado por NIH en varios sitios para padres de niños pequeños con diabetes Tipo 1. Sus experiencias de investigación pasadas incluyen el funcionamiento psicosocial familiar después del trasplante de hígado pediátrico y las alergias alimentarias en niños pequeños. Caitlin piensa obtener un doctorado en psicología clínica con un interés particular en la psicología pediátrica.

 


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