Aclaremos el “le dio diabetes por un susto”.
Que levante la mano quien no haya escuchado que a su tío, primo, vecino o compañero de trabajo le dio diabetes tipo 2 por un susto. En este equipo de trabajo intentamos no levantar la mano y ninguno lo logramos y es quizá porque este es uno de los mitos que escuchamos con mayor frecuencia. Si visitas este sitio con frecuencia es seguramente porque vives con diabetes tipo 1 o alguien a quien quieres vive con esta condición. Sabemos bien que la diabetes tipo 1 es una condición autoinmune cuya causa aún desonocemos. Ciertamente, los sustos no tienen nada que ver aquí pero, estamos seguros de que al igual que nosotros te has encontrado en conversaciones donde sientes la necesidad de derrumbar el mito del “susto y la diabetes”.
En algunos casos, cuando escuchamos estas historias pareciera que el susto hizo que la diabetes tipo 2 apareciera. O ¿es coincidencia? Y si fuera así, ¿cómo es que fue tan oportuna?
Vamos a platicarte sobre este tema.
Como has leído anteriormente, la aparición de la diabetes tipo 2 es multifactorial. Multifactorial significa que son muchas y diferentes causas (o factores) las que nos llevan a desarrollar diabetes tipo 2. Podemos dividir los factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 en dos:
- Modificables: en esta categoría entran los factores relacionados con nuestro estilo de vida. En muchos casos podemos modificar qué tanta actividad física realizamos y cuánto nos movemos, cómo nos alimentamos, cuántas horas de sueño saludable tenemos, cómo manejamos nuestro estrés y otros. Son factores que muchas veces sí podemos cambiar.
- No modificables: Se refiere a los factores que no podemos modificar. Entre ellos se encuentra nuestra genética, los factores hereditarios y nuestra raza.
Como verás, los expertos aún no han incluido a los sustos o emociones fuertes dentro de los factores de riesgo pero, vamos a desglosar el tema un poquito:
La diabetes tipo 2 es una condición de vida silenciosa. Esto se refiere a que muchas veces no presentamos sintomatología antes de recibir el diagnóstico formal.
Digamos que si la población general realizara una revisión de su salud general al menos una vez cada seis meses, los diagnósticos de esta condición de vida se realizarían de forma más oportuna.
Desafortunadamente, muchas veces el diagnóstico de la diabetes tipo 2 se lleva a cabo cuando se diagnostican complicaciones o cuando hay alguna situación de emergencia. Esto quiere decir que en muchos casos se ha vivido por mucho tiempo con esta condición pero que el cuerpo no había presentado sintomatología o la persona no se había percatado de ella.
Entonces, ¿diabetes por un susto?
La respuesta resumida es “no”. Cuando nos asustamos pasan diferentes cosas en nuestro cuerpo. Seguramente has recibido una noticia muy impactante o un susto o disgusto en la vida y has identificado sudoración, ritmo cardíaco acelerado y otros síntomas pero, ¿sabes por qué se presentan esos síntomas?
Bueno, la respuesta resumida es que cuando nos enfrentamos a un susto, una noticia tremenda, un chisme alocadísimo o hacemos un coraje infrahumano en la oficina nuestro cuerpo produce diferentes hormonas. La función de estas hormonas es, literalmente, prepararnos para responder o actuar: para pelear o para huir, literalmente.
Lo interesante en nuestro caso es que estas hormonas (en mayor concentración la Adrenalina y el Cortisol) también son conocidas como hormonas contrarreguladoras. El efecto de estas hormonas es justamente contrario al efecto de la insulina.
Es entonces que, cuando vivimos ya con diabetes de cualquiera de sus tipos tener un susto, una noticia fuerte, un momento de estrés y emociones intensas generará una elevación en nuestros niveles de glucosa en sangre.
Ahora bien, si has vivido con diabetes tipo 2 ya por algún tiempo pero no has recibido el diagnóstico un susto podrá hacer que tus niveles de glucosa en sangre se eleven aún más y entonces presentarás toda la sintomatología que dará pie a tu diagnóstico formal. Digamos que, ya vivías con diabetes tipo 2 y el susto solo facilitó tu diagnóstico.
Habiendo dicho lo anterior, podrás concluir que el estrés y las emociones fuertes tendrán un efecto en tus niveles de glucosa en sangre aún tras tu diagnóstico y aún siguiendo las instrucciones de tu equipo de profesionales al cuidado de la salud.
Como siempre, recuerda consultar esta información con tu equipo médico y este Día de Muertos, prefiere reunirte con amigos a crear calaveritas que entrar a casas de susto donde inevitablemente tu glucosa podrá darte un tremendo susto.