Efectos y beneficios de la actividad física en personas que viven con diabetes.


 2021-10-18

 

En combinación con un plan de alimentación personalizado, la actividad física regular contribuye a mantener un peso adecuado al reducir las necesidades de insulina. Se ha documentado una mejora de los factores de riesgo cardiovascular (perfil lipídico, presión arterial), y la eficacia del ejercicio sobre los niveles de hemoglobina glicosilada HbA1c se encuentran en investigación constante. 

Aunque el ejercicio provoca una reducción de la glucosa en sangre y de la resistencia a la insulina, muchos factores, como el aumento de la ingesta calórica, la reducción de la dosis de insulina y el estrés, pueden empeorar las tendencias glucémicas, contrarrestando así los efectos beneficiosos del ejercicio. 

Los beneficios en la calidad de vida son innegables. El ejercicio físico y los deportes organizados permiten a las personas con diabetes tipo 1 participar en diversas actividades al mismo nivel que sus compañeros, lo que favorece la socialización y aumenta la autoestima.

De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes (ADA), las personas con diabetes tipo 1, deben tener la oportunidad de realizar actividad física, de acuerdo con sus deseos y aptitudes. Sin embargo, la condición a menudo interfiere con la práctica de ejercicio físico debido al miedo, sentido especialmente por los padres, a las complicaciones metabólicas agudas, en particular las hipoglucemias.

No se debe prohibir ningún ejercicio físico, incluidos los deportes de competición, a un niño con diabetes. La actividad física en una persona con diabetes tipo 1 está necesariamente dictada por la aplicación por parte del individuo de estrategias que le permitan realizar la actividad física elegida lo mejor posible a la par que otros individuos que no viven con diabetes.

A continuación encontrarás una lista de posibles modificaciones a tener en cuenta. Recuerda platicarlo con tu equipo de profesionales al cuidado de la salud antes de realizar cualquier modificación. 

– Reducir el bolo de insulina antes del ejercicio

– Reducir la insulina basal antes del ejercicio

– Tomar carbohidratos antes y durante el ejercicio

– Esprintar al principio o al final de la sesión

– Reducir la insulina basal después del ejercicio.  

Estas recomendaciones pueden ser útiles, ya que reducen el riesgo de hipoglucemia, disminuyen la necesidad de carbohidratos, reducen el riesgo de hipoglucemia nocturna, pero todo esto debe ser bien planificado por el niño o deportista con diabetes junto con su equipo de profesionales. 

¿Qué ocurre cuando hacemos deporte si no hemos logrado un manejo óptimo de nuestra diabetes? 

La respuesta metabólica del organismo, debida a unos niveles inadecuados de insulina circulante, puede verse alterada si las cantidades se prescriben de forma incorrecta y la terapia se ajusta de forma incorrecta.

El ejercicio físico realizado en presencia de bajas concentraciones de insulina (un sujeto con menos insulina de la que se necesita) provoca un riesgo de hiperglucemia paradójica grave debido a una mayor movilización de la glucosa desde los lugares de almacenamiento (alteración del almacenamiento muscular y exaltación de la glucogenólisis hepática), pero también un aumento de la utilización de sustratos no glucídicos y su mayor conversión en la mitocondria hepática en cuerpos cetónicos, lo que puede provocar una cetoacidosis grave. 

Además, al final del ejercicio se produce un rápido e intenso aumento de los ácidos grasos libres, liberados por el tejido adiposo como consecuencia de la hipertensión simpática. En tales condiciones, el ejercicio no es beneficioso y debe posponerse, también porque los valores glucémicos >250 mg/dl y la presencia de cetonas en la orina sólo agravan aún más la descompensación glucometabólica. 

Por el contrario, la hiperinsulinemia (sujetos excesivamente insulinizados) inhibe la producción fisiológica de glucosa por parte del hígado y, por tanto, aumenta la exposición a las crisis hipoglucémicas graves.

Por lo tanto, para poder hacer ejercicio con seguridad, la persona con diabetes tipo 1 debe adquirir una gran cantidad de conocimientos filtrados a través de la experimentación diaria e inteligente del autocontrol glucémico (medición antes y al final del esfuerzo físico para evaluar la adecuación del programa terapéutico establecido) de la autogestión de la ingesta de insulina e hidratos de carbono, hasta el punto de sustituir por el razonamiento el automatismo de la función pancreática. 

A pesar de las muchas variables a considerar, este proceso lleva al deportista con diabetes tipo 1 a un ejercicio continuo de educación terapéutica que puede producir ventajas sobre la compensación metabólica ciertamente mayores que las producidas por el propio ejercicio físico.

 

ESCRITO POR Davide Cirelli , PUBLICADO 10/18/21, UPDATED 10/18/21

Davide Cirelli, tiene 29 años y es licenciado en ciencias de la motricidad y el deporte, con especialización en actividad motriz preventiva y adaptada. Vive con diabetes desde los 6 años y es miembro de ANIAD, el equipo nacional de diabéticos de Italia, como atleta. Es futbolista de la selección nacional, además de corredor y ciclista. Siempre ha practicado deporte de competición jugando al fútbol, al fútbol sala, y realizando entrenamientos cruzados como el running, el ciclismo y la gimnasia. Utiliza el sensor cgm freestyle libre como soporte para la diabetes y el sistema omnipod como bomba. Contáctalo a [email protected]