El juego de la espera


 2018-04-20

Nota del editor:  Este es el cuarto artículo en la serie “Mi batalla con la FIV” de Katie


katie_solovey_10Adelanto… Aún no estoy embarazada. Terminamos el ciclo dos sin éxito. No hay razón por la cual no funcionara esta vez. La fertilización In Vitro no es una ciencia perfecta, así que nunca hay una garantía a pesar del dinero, tiempo, ciencia y experiencia invertida en el proceso. Saber esto, no cambia el hecho de que otra prueba de embarazo negativa, sea completamente devastadora.

Ahora, esperamos hasta que podamos probar otra vez, lo que me hizo pensar acerca de la peor parte del tratamiento de fertilización In Vitro y la diabetes tipo 1. Es el interminable e incesante juego de la espera.

Como personas con diabetes tipo 1, esperamos que nuestro medidor de glucosa lea nuestra gota de sangre. Esperamos que la insulina se produzca. Esperamos que la caja de jugo haga efecto. Esperamos que nuestro nivel de azúcar en la sangre se eleve o disminuya. Esperamos por los resultados de las pruebas. Esperamos que los sensores de nuestro monitor continuo de glucosa se reinicien. Esperamos en la fila en la farmacia. Esperamos en línea con nuestra compañía de seguros. Esperamos por una cura que se ve tan cercana que casi podemos saborearla.

Durante el tratamiento de fertilización In Vitro, la peor parte no es la física. Eso puedo manejarlo. Yo literalmente tengo una piel dura gracias a los cinco años de los pinchazos en mis dedos. No, la peor parte es la tortuosa espera.

Hay espera en el vestíbulo con toda las otras mujeres ansiosas y con ojos rojos, esperando a entrar para sus pruebas sanguíneas y ultrasonidos. Esperando los resultados.  Esperando los siguientes pasos y qué medicamentos tomar. Esperando entrar a “cirugía” para la extracción del óvulo. Esperando escuchar cuántos embriones tenemos. Esperando escuchar cómo están los embriones y si serán transferidos. Y, después, está la espera de dos semanas, la peor espera, para saber si funcionó.

Es hasta esta última espera de dos semanas que finalmente me permití tener esperanza. Empecé pensando en nombres y cómo decoraremos el cuarto de los bebés. Pensé acerca si se parecerán más a mí o su padre. Si serán felices y sanos en el hogar que hemos hecho para ellos.

Al finalizar dos semanas, entras para que te realicen una prueba de sangre y te vas con la promesa de que la enfermera te llamará tan pronto como sea posible con los resultados. Así que espero y el teléfono suena y lo sé incluso antes de que ella lo diga. No funcionó.

Todo el mundo continúa diciéndome que “todo pasa por alguna razón” y que mi diagnóstico de diabetes tipo 1 y ahora infertilidad es “todo parte de un gran plan” (como un aviso a toda esa gente bien intencionada que dice esto, por favor paren. No ayuda en nada.). Así que continúo esperando una cura, un examen de embarazo positivo y un futuro que no involucre tanta espera.

Lee la parte I: La FIV y la diabetes tipo 1 – empieza un nuevo viaje parte II, Aprendiendo a vivir con temor, la diabetes tipo 1 y los tratamientos de fertilización parte III, El primer ciclo, lo que nunca me imaginé sobre el tratamiento de FIV

 

 

 

ESCRITO POR KATIE SOLOVEY, PUBLICADO 04/20/18, UPDATED 02/24/23

Katie fue diagnosticada con diabetes Tipo 1 en 2011 a la edad de 25 años. Actualmente está recién casada y vive justo afuera de Washington D.C. en donde trabaja en una agencia de relaciones públicas. Ella hace lo mejor por abordar la vida con un sentido del humor y encuentra felicidad en su familia, amigos, reality shows malos y una línea estable con su Dexcom (monitor continuo de glucosa). Aunque ella anhela los días cuando podía comer sin contar los carbohidratos y las unidades de insulina, ella cree que vivir con diabetes Tipo 1 la ha hecho una persona más fuerte y preparada para tomar cualquier reto que se le presente.