El rol de los cuidadores. La historia de Carolina y Pablo
Uno de los pilares fundamentales en manejo de la diabetes tipo 1 es la familia. Que el círculo cercano tenga el conocimiento necesario para poder reaccionar a posibles emergencias es primordial para el desenvolvimiento y seguridad de la persona que vive con diabetes. Te invitamos a conocer a Carolina y Pablo Londoño, Carolina es mamá de Amalia, quien vive con diabetes tipo 1 y Pablo, su tío, ha sido figura fundamental en su diagnóstico, pues se ha educado y empapado con el tema para poder ser de ayuda a su familia y en especial a su sobrina Amalia.
Conociendo a la familia
Carolina es mamá de Amalia y Agustín de 12 y 8 años. Le gusta pasar tiempo de calidad con su familia. Le gusta salir al campo, estar en contacto con la naturaleza, los animales. Le gusta leer y estudiar, por eso es ingeniera biomédica, y tiene una maestría en bioquímica y biotecnología y un doctorado en ciencias médicas. Siempre le ha llamado la atención entender las enfermedades desde la base, de las proteínas y moléculas y usando la tecnología. Actualmente, Carolina es Directora de investigación e innovación de una universidad de Medellín. Le hace feliz conseguir lo que se propone, educar y estar en contacto con su entorno. Pablo, su hermano, es publicista, aunque estudió medicina, le gusta pasar tiempo con su familia, leer, hacer ejercicio e ir al cine.
Su historia de diabetes, los retos y los aprendizajes
La diabetes llegó a la familia en 2014, cuando Amalia a la edad de 4 años fue diagnosticada con diabetes tipo 1: “desde ese momento inició una etapa de muchos aprendizajes, conocimientos, aciertos y desaciertos, pero, sobre todo de retos para la familia por la edad en la que se encontraba Amalia” cuenta Carolina. Pablo nos comparte que al momento del diagnóstico la familia se convirtió en un punto de apoyo, de entendimiento y de educación frente a la diabetes tipo 1.
Carolina nos comparte que el reto más grande fue al principio, cuando recibió la noticia, después fue aprender de la diabetes, de su tratamiento, de su manejo. Así como el reto de pasar por citas médicas y procesos en el sistema de salud para conseguir su tratamiento. Para Carolina, el mayor aprendizaje ha sido “que todo se puede y que todo llega en la vida para algo”. Para Pablo, uno de los mayores retos ha sido el desconocimiento, la gran cantidad de mitos y temores que existen, que generan desinformación y afectan la cotidianidad de todos los que tienen una relación con la diabetes tipo 1.
La importancia de la familia
Para Carolina la familia lo ha sido todo, pues para Amalia, la familia es su equipo, su respaldo, su acompañamiento: “nos educamos para ayudarla para que ella pueda tener una vida independiente y normal. La empoderamos, hemos aprendido con ella.” Pablo considera que ha sido una oportunidad para dimensionar la condición, acompañar, ver diferentes perspectivas y aprender mucho unos de otros. También les ha ayudado a hacer los vínculos familiares más estrechos, pues a Amalia de su papá le ha llegado el gusto por el deporte y de su tío Pablo, el gusto por la disciplina, la expresión corporal y la oratoria.
Un mensaje para las familias.
Carolina y Pablo nos comparten un mensaje para las familias con diabetes tipo 1.
Carolina: “todo llega a la vida para algo, al principio no entendemos las cosas que nos pasan, pero con actitud, trabajo en equipo y tiempo todo sale adelante y se convierten en aprendizajes que nos cambian la vida.”
Pablo: “la diabetes tipo 1 es una condición que no define a la persona. No es un límite, una dificultad o un condicionante. Hay que cuidarse y estar atentos, pero que no se vuelva una excusa para dejar de luchar por lo que queremos. Todos somos capaces de lo que nos propongamos.”
Te invitamos a conocer más de la experiencia de Carolina y Pablo en nuestro próximo TypeOneNation Summit de JDRF el próximo miércoles 2 de marzo. Inscríbete aquí.
