“Es complicado” – Mi relación con la comida como persona con diabetes tipo 1 y celiaquía


 2017-06-05

La diabetes Tipo 1 llegó a mi vida hace casi 17 años cuando fui diagnosticada a los 13. Una de las cosas que recuerdo haber pensado era “¿Y ahora qué puedo comer? Siempre me encantó la comida, salir a comer a la calle, consumir bocadillos y por supuesto cocinar. Conforme fue pasando el tiempo tuve claro el impacto que tenían los alimentos en el manejo de mi diabetes tipo 1 y por lo tanto en mi vida. Descubrí que, la comida, podría salvar mi vida cuando mis niveles estuvieran bajos pero que también me haría sentir letárgica, enferma e inútil cuando mis niveles estuvieran altos.

Luego, hace cuatro años, como parte de mis análisis rutinarios para la diabetes Tipo 1, fui diagnosticada con enfermedad celiaca, o celiaquía. Una biopsia confirmó el diagnóstico y pasé por pruebas adicionales para demostrar que mi densidad ósea era menor debido a la mala absorción de nutrientes como consecuencia de la enfermedad celiaca. No me sentía del todo bien con este diagnóstico y una vez más me pregunté qué podría comer y lo que debería comer a partir de ahora. Empecé a estudiar los componentes de los alimentos cuando los compraba y me impresionó encontrar los ingredientes innecesarios en muchos de estos alimentos, y el gluten innecesario. Vaya, gluten en cacahuates ¡cuál era la razón!

Elegí entonces en concentrarme en alimentos no procesados y que excluían muchos de los alimentos del pasillo con opciones libres de gluten. Empecé a obsesionarme con lo que comía y los macro nutrientes (carbohidratos, grasa y proteína) y el contenido se convirtió en el aspecto más importante de cada una de mis comidas. Aunque esto pareciera ser un enfoque saludable, se convirtió en una obsesión poco saludable.

 

Había yo pasado de ser alguien a quien le encantaba comer fuera, tanto por los alimentos como por el aspecto social, a alguien quye intentaría evitar comer cualquier cosa que no hubiera preparado mi. El miedo de consumir algo con gluten (para aquellos que vivimos con enfermedad celiaca hasta la más mínima cantidad de gluten no digerido puede ocasionar daño en el recubrimiento del intestino delgado y resulta en molestos síntomas) y esto me generaba pánico por lo que evité situaciones sociales que involucraran comida.

Como persona con diabetes Tipo 1, me preocupa realizar un conteo de carbohidratos preciso y ahora con enfermedad celiaca me preocupa enfermarme. En alguna ocasión salí a comer con compañeros de trabajo. Antes de dirigirme hacia el restaurante llamé “Sí, podemos servir alimentos aptos para personas con celiaquía” indicaron así que realicé mi pedido con anticipación para asegurarme de que todo estuviera en orden y cuando llevaron mi plato confirmé que mi platillo era una opción segura y libre de gluten. Cuando llegamos al postre empecé a sentir dolor estomacal que no parecía detenerse y cada vez era más intenso. Tuve que retirarme. Tristemente, era claro que mi comida había sido contaminada de alguna forma. Me sentí avergonzada y tuve que retirarme mientras conversaba con alguien. No disfruté sentirme así. Comer fuera ya no era una experiencia divertida era algo que me causaba ansiedad y paranoia.

Cuando apliqué para  Bike Beyond muchos pensamientos corrían por mi mente, muchas razones que tenía que pensé que esto evitaría que yo participara. La comida y mi ansiedad al respecto, especialmente con otras 19 personas que no conocía realmente, era lo que encabezaba mi lista de preocupaciones. Me gusta tener control absoluto sobre lo que como. Peso mis alimentos para tener contenos de hidratos de carbono precisos y reviso tres veces que los alimentos no contengan ningún rastro de gluten. Esas 10 semanas serían complicadas, comiendo distintos alimentos de diversas fuentes (gracias a todos los que nos alimentaron a medida que realizábamos nuestro recorrido).

 

En la esucela donde trabajo enfatizamos a los niños que “La práctica se convierte en progreso” y tomo este consejo para mi participación en Bike Beyond. A pesar de que no espero ser demasiado social en la mesa cuando comamos el día 2, espero que para el día 60 yo pueda comer fuera, relajarme y disfrutar la comida y la compañía. No sólamente me demostraré a mi misma que con diabetes Tipo 1 y enfermedad celiaca puedo recorrer 4,200 millas sino podré demostrarle a otros qeu también pueden hacerlo. La diabetes Tipo 1 y la enfermedad celiaca son obstáculos, no barreras por lo que podremos vencerlas.

 

ESCRITO POR Helen Mepham, PUBLICADO 06/05/17, UPDATED 04/28/18

Helen is a Teacher Aide for children with disabilities (and INCREDIBLE abilities) in Christchurch New Zealand. She has had type 1 since 2000 and Coeliac Disease since 2013. She moved from the UK to NZ to follow her dream to live close to the mountains and the sea. She loves the outdoors and joins 19 others this summer cycling across the USA as part of Team Bike Beyond. Follow Helen on Instagram: @helenmephamt1d