Hazte un examen de los pies para prevenir complicaciones
Detectemos a tiempo cualquier complicación en nuestros pies dándoles a un poco de amor adicional. ¡Los autoexámenes son fáciles, rápidos y efectivos! Sigue estos consejos para realizar una auto revisión o autoexamen diariamente si has perdido la sensación, si tienes antecedentes de heridas en los pies, o si simplemente quieres incorporarlos como una rutina semanal. Si tienes una flexibilidad limitada, pídele a un ser querido o amigo que te ayude.
Esta es la forma:
- Ponte en una posición para revisar tus pies – Después de limpiar tus pies, siéntate en una superficie cómoda con las piernas acomodadas frente a ti. Levanta un pie sobre tu pierna opuesta para que tengas una buena visualización del pie. La pierna de apoyo debe estar relajada delante de tu cuerpo. Si tienes dificultades para mirar la parte inferior de tus pies, puedes usar un espejo de mano o un espejo especial para pies para echarles un mejor vistazo.
- Seca tus pies – Sécalos con una toalla de baño o un paño suave. Seca suavemente entre los dedos de los pies.
- Revisa la parte inferior de tus pies – El siguiente paso es examinar la parte inferior de tus pies. Utiliza tus manos para girar el tobillo para que la planta del pie sea visible y en ángulo hacia arriba. Para evitar sobrecargar el tobillo, utiliza un espejo de mano para ver tu reflejo.
- Explora las siguientes secciones de tu pie
– Base de los dedos: busca cualquier protuberancia y textura irregular. La base de los dedos es sometida a un esfuerzo alto cuando caminas, lo que podría hacer que desarrolles callos o callosidades. Reduce el riesgo invirtiendo en calzado adecuado.
– Planta de los pies: palpa el área para ver si encuentras cualquier protuberancia. Estos podrían ser signos de lesiones musculares u óseas. Comunícate con tu proveedor de atención médica si los síntomas continúan o si notas heridas abiertas. Este tipo de heridas es conocido como úlceras.
– Talones: palpa para ver si tienes la piel seca, áspera o agrietada. ¡Incluso la más pequeña de las grietas puede infectarse! Para prevenir cualquier complicación, hidrátalos diariamente con crema. Evita la hidratación entre los dedos de los pies para evitar que entren bacterias.
- Siente tus pies – Dale a cada pie una buena frotada. Revisa la parte inferior y superior para ver si tienes cualquier golpe o cambio de temperatura de una parte del pie a otra.
- ¡Invierte en un termómetro para pies! Puedes medir las temperaturas en la superficie del pie con un dispositivo de mano. Un termómetro puede capturar lecturas altas o bajas, lo que puede indicar mala circulación o problemas de infección.
- Mira cuidadosamente tus pies – Utiliza tus ojos para determinar cualquier cambio inusual en la parte superior de tus pies. Busca cualquier costra, llaga, moretón o callo. Asegúrate de que los dedos y las uñas de tus pies sean del color y largo adecuados. Busca signos de disminución del flujo sanguíneo, tales como falta de vello anormal, variación de temperatura y piel delgada o brillante. ¡Mantener la glucosa en la sangre en su rango óptimo y la actividad física puede ayudar a impulsar el flujo!
- No te olvides de los dedos de los pies – Separa los dedos de los pies y mira entre ellos. Para probar el flujo de sangre en los dedos de los pies, suavemente exprime las almohadillas de los dedos de los pies. El color normal debe regresar dentro de cinco segundos. La decoloración podría indicar posibles problemas circulatorios. Examina las uñas de los pies para revisar el grosor, decoloración o descamación. Estos pueden ser signos de infección por hongos. tu proveedor de atención médica puede sugerir un tratamiento sin prescripción o de venta libre. Por último, mira alrededor de las uñas de los pies para ver si están encarnadas. Las uñas de los pies encarnadas estarán enrojecidas, la piel alrededor de la uña estará hinchada. Si se ignora, tu uña encarnada podría requerir cirugía.
- Dale seguimiento a cada examen con el tiempo – Sé tu propio médico y toma notas. Mantén un registro de las llagas, temperaturas inusuales y cortes, y asegúrate de que estas dolencias no empeoren. Observa cómo tus pies se ven, se sienten, y huelen, y sé conscientes de todo lo que parezca inusual. Si notas algún problema nuevo o en curso, comunícate con tu proveedor de atención médica.
- Mantén tus pies seguros al aire libre – El sol, las sandalias y una mayor actividad pueden estresar tus pies.
- Considera estos consejos cuando te prepares para salir:
– ¡Cúbrete! Siempre usa zapatos cuando estés al aire libre. Nunca se sabe qué objetos afilados acechan en el césped, el acceso del auto y otras superficies. Ten cuidado de quemarte los pies en asfalto caliente o arena.
– Las chancletas de playa y las sandalias son los zapatos perfectos para el clima más cálido, pero no para tus pies. La fricción puede causar ampollas y los diseños abiertos pueden dejar tus pies desprotegidos.
– ¡No te olvides de la protección solar en tus pies cuando la apliques! Las quemaduras graves pueden infectarse.
– El agua se siente bien con los pies descalzos, pero el revestimiento de la piscina y las playas de arena pueden tener superficies filosas y objetos ocultos. Protege tus pies y usa zapatos de agua dentro y cerca del agua.
– Revisa tus pies después de un día al aire libre. Las astillas, las picaduras de insectos y la hiedra venenosa pueden causar grietas en la piel que se infectarán sin tratamiento. ¡Limpia el área y trata los cortes y raspaduras tan pronto como sea posible!
Utiliza tijeras de uñas para las uñas gruesas – Invierte en tijeras que sean fáciles de controlar con una mano, como tijeras cortaúñas estilo pinzas. Estas tijeras son menos propensas a cortar la piel o a causar uñas encarnadas. Echa un vistazo en las farmacias para encontrar una opción barata. Si no puedes recortar correctamente tus uñas o tienes antecedentes de úlceras, busca cuidado profesional para las uñas. ¡Una pedicura es una gran manera de relajarte y mimar tus pies!
Lee el artículo: Las complicaciones de la diabetes.