Exámenes de grado y diabetes tipo 1


 2017-10-30

Cuando fui diagnosticada con diabetes tipo 1 no entendía de qué me hablaban. Las únicas inyecciones que conocía eran las vacunas  y jamás había escuchado el término. Mis padres fueron grandes activistas que desde el día de mi diagnóstico y defendieron mi derecho a la vida. Se abrieron camino en un país donde no había información y había muy pocos especialistas. Aún así, en esos ancestrales tiempos, los niños diagnosticados con diabetes tipo 1 no teníamos buen pronóstico. Culpemos a la poca información y a la falta de posibilidades inmediatas para compartir lo que pasaba en otros países. Qué afortunados aquellos diagnosticados en la época del internet donde ya no sólo resulta fácil buscar información básica sino también es posible, con un par de clics, encontrar a otros con quien compartir experiencias.

Tristemente, en el pasado se pensaba que había muchas barreras para llegar sanos y salvos a la edad adulta y tampoco se nos hablaba con mucha esperanza sobre estudiar y formar una familia. Se nos permitía faltar a la escuela  y se alegaba que podríamos hacer “lo que quisiéramos” pues finalmente no se aseguraba si viviríamos muchísimos años.  

Para algunos, imaginarse dejar de ir a la escuela resultaba catastrófico. Y un “no se puede” se convirtió en un “claro que puedo, claro que quiero”. Algunos perdimos la cabeza  y no hemos dejado de estudiar y nos hemos dedicado de forma saludable a hacer todo eso que en teoría “no íbamos a poder hacer nunca”.

Planear, organizar, comunicar es parte esencial de un estilo de vida peculiar (por no decir distinto). Te pondré un largo ejemplo a continuación: 

El día viernes debía presentar mi examen general de egreso de mi segunda licenciatura. Este es un examen que se aplica en México como requisito para la titulación de una carrera universitaria. Es un examen escrito en dos bloques que suman 7 horas. La instrucción del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior es clara, “no se puede ingresar con alimentos, ni con dispositivos electrónicos, tu bolsa deberá permanecer al frente, sólo puedes entrar con goma, lápices del 2 1/2 y sacapuntas”.

En el caso de una persona que vive con diabetes hay varias dificultades en un examen como este.

Avisar, confidencialidad, seguridad

De inmediato mi diabetes y yo pegamos de gritos. ¿Sin alimentos? ¿Y si me da hipoglucemia? ¿Sin dispositivos electrónicos? ¿Y mi medidor continuo, mi medidor convencional y mi microinfusora de insulina? ¿A quién le aviso? ¿Me harán salir a cada rato para medir mi nivel de glucosa? ¿Distraeré al resto del salón examinado con mis alertas? ¿Tendré que dejar la microinfusora y volver a inyecciones ese día? ¿7 horas? ¿Y la colación, y si me da sed?

En fin, estoy segura de que al resto del grupo le preocupaba cualquier cosa menos cómo planear su día en el examen. La persona con diabetes no sólo debe prepararse para presentar exámenes sino preparar la dosis de insulina basal, recordar revisar el nivel de glucosa en el monitor, llevar insumos extra y solicitar cartas diferentes y diversas para justificar que las pastillas de glucosa  y los dulces estén sobre el escritorio. No es sencillo.

En un país como el mío, no se ven muchos medidores de glucosa en público. La gente prefiere no dar aviso a los examinadores. No es culpa suya pero no tienen idea de que se trata algo vital y que cualquier cambio brusco en la glucosa podría afectar nuestro desempeño en el examen.

Al final todo resultó bien, no pude evitar ver mi medidor continuo de glucosa cada 10 minutos y no distraje a nadie. de no haber traído un MCG hubiera hecho lo mismo pero pinchando mi dedo. De no haber avisado con una carta quizá habría sido expulsada por intentar copiar y habría sido expuesta. Nadie quiere ser expuesto y menos en un examen de grado. CENEVAL tardó varias semanas en entender lo que les estaba explicando. Al final su trato fue fabuloso y el examinador incluso se acercó más de una vez para preguntarme si todo estaba bien.

Las hormonas contrarreguladoras

Yo creía que la glucosa sólo subía cuando la liberación de adrenalina era tal que era imposible calcular una dosis de insulina temporal. Creí que para que se liberara tanta adrenalina había que hacer algo muy emocionante como: saltar de una avioneta en paracaídas o colgarse de la tirolesa más alta de América Latina. Un examen de grado no sólo libera grandes cantidades de adrenalina sino que además hará que tu glucosa suba mucho y de forma abrupta.Sólo mencioné la adrenalina pero a decir verdad son varias las hormonas que preparan al cuerpo para “el peligro”. Claro, este examen era un peligro y el cuerpo tendría (en teoría) que estar preparado.

La preparación

Una noche antes cambié el catéter de mi bomba, revisé dosis basales y cambié las pilas. No podría haber nada más estresante que descubrir que el reservorio está vacío a medio examen o que se desconecte el set de infusión a medio examen. Por supuesto que, todo eso de todos modos estaba en mi bolsa gigante (que me habían pedido no llevar). Mi estrés una noche antes fue francamente peor que durante la aplicación del examen. Si me preguntan, no tengo idea de cómo hace alguien para presentar un examen de tantas horas sin un medidor continuo. Me impacta y me entristece saber que muchos lo necesitan y que a pesar de que la evidencia ya está sobre la mesa sólo algunos tenemos acceso y que contamos monedas para poder distribuir inteligentemente su uso para situaciones especiales (como un examen de grado).

El sueño, el medidor, la infusión

Puedo confesar, y por supuesto presumir que aún después de todo eso me fue mejor de lo que yo esperaba. Luego de un examen de tantas horas uno se siente como después de una hipoglucemia, el cansancio es tal que uno sólo piensa en dormir por dos días. Al llegar a casa me esperaba una familia orgullosa para dar ánimo y mi almohada que decía “ven, rápido”.

Dormí tan profundo que quizá me habría perdido de un par de alertas. Comunicar y trabajar en equipo también con tu familia es importantísimo.  

Tu plan de vida

No permitas jamás que nadie te diga que no puedes hacer lo que tienes en mente como plan de vida. Como siempre digo, no son tareas sencillas, no son tareas a las que uno tendría por qué estar acostumbrado pero, de que se puede, se puede.

No permitas jamás que nadie te diga que no puedes hacer lo que tienes en mente como plan de vida. Como siempre digo, no son tareas sencillas, no son tareas a las que uno tendría por qué estar acostumbrado pero, de que se puede, se puede.

ESCRITO POR Mariana Gomez, PUBLICADO 10/30/17, UPDATED 08/03/22

Mariana es psicóloga y educadora en diabetes. Es la creadora de Dulcesitosparami, uno de los primeros espacios en línea para personas con diabetes tipo 1 en México. Ella fue diagnosticada con diabetes tipo 1 hace más de 30 años. Es mamá de un adolescente.