Historias de Hipoglucemia: Consejos y Secretos de Vida


 2019-05-10

Uno pensaría, “bueno, si es Educadora en Diabetes seguramente jamás tendrá dificultades relacionadas con el manejo de sus niveles de glucosa”. Yo pensé por algún tiempo lo mismo. Ya tenía yo muchos pero muchos años viviendo con diabetes Tipo 1 y ya era Educadora en Diabetes. Trabajaba, además en una organización civil en mi país y vaya…me sentía, equivocadamente “sabelotodo de diabetes”.

Ahora confirmo que sumar 2 más 2 en diabetes nunca dará 4. Algunas veces dará más, algunas otras dará menos, lo cierto es que son tantas las variables que entran en juego que es imposible tener un absoluto control toda la vida. Se vuelve cansado. No nos verás reconocerlo con mucha frecuencia pero, se vuelve muy cansado.

Con el paso de los años aprendemos resiliencia, nos hacemos tolerantes a la frustración que genera no tener siempre 5.5 mmol/L100 mg/dL. Aprendemos, a la mala casi siempre, pero aprendemos.

De los miedos

Luego con los años uno genera miedos diferentes. Primero es miedo a desarrollar las “temidas complicaciones”. Si uno intenta informarse las fotos son todo menos alentadoras. No recibimos salvo amenazas y acabamos por tirar la toalla. Pero hay complicaciones de las que hablamos poco y que cobran una factura cara en nuestra salud emocional. La hipoglucemia.

Una historia para contar

Hace no muchos años decidí ausentarme a trabajar. Es algo que no haría jamás. Me ausenté pocas veces a la escuela en mi infancia y a trabajar quizá me haya ausentado dos o tres veces en la vida. Ese día no se porqué decidí que estaba muy cansada y que quería quedarme. La verdad es que no recuerdo ni haber decidido hacer eso. Quiero pensar que cuando dije “no, no iré me quedo gracias” mi glucosa ya estaba muy baja como para reaccionar “pero si yo jamás falto a trabajar”.

Mi esposo se fue a trabajar también pensando que era muy raro por lo que al cabo de un par de horas decidió llamarme para asegurarse de que todo estuviera bien. Dice la leyenda que contesté el teléfono y dije algo totalmente disparatado. Él preguntó en voz firme si había yo medido mi glucosa porque me escuchaba “baja” y yo, segura de mi misma respondí que había tomado cartas en el asunto. No recuerdo haber tomado una sola carta. Es más, no recuerdo haber despertado.

No conforme con el tono de mi respuesta decidió ir a casa para encontrarse con la sorpresa de que yo no abriría así que tuvo que pedir ayuda y junto con su padre, quien manejó desde muy lejos seguramente muy rápido derribó la puerta para encontrarme más muerta que viva. En casa, afortunadamente siempre tuvimos Glucagon. Sabemos, también tristemente que no todo mundo tiene acceso a él y que no siempre es fácil encontrarlo en un país como el mío.

Mi esposo odia las jeringas y las agujas. Se las ingenió para preparar Glucagon e inyectarlo.

Horas más tarde desperté  para darme cuenta de que ni siquiera estaba en mi casa, estaba en un hospital con suero en uno de mis brazos. Mi esposo me miraba fijamente. ¿Qué pasó?, preguntó. “No sé, no sé ni donde estoy” respondí preocupada. Después de eso mi rutina parecía normal, medía mi glucosa como siempre miles de veces, comía adecuadamente, me ejercitaba, leía sobre diabetes e iba a trabajar. Pero cuando llegaba la noche la simple idea de dormir tan profundamente que no me diera cuenta de una hipoglucemia que terminara con mi vida me parecía realmente aterrador. He trabajado este miedo por años y aún así hay noches en las que sin duda me faltan horas de sueño.

Consejos y secretos de vida

Si a ti te pasa algo similar quiero compartirte unos secretos de vida.

No es tu culpa

Es fácil culparnos de haber realizado un mal cálculo, de haber dejado la cánula un día de más, de no haber vuelto a medir la glucosa antes de dormirte por enésima vez. No es tu culpa. Cumple con la parte que te toca para evitar sentirte culpable pues muchas veces no lo serás.

Crea un plan

Si, a pesar de tener todo el cuidado del mundo crees no lograr atravesar la noche sin sobresaltos prepara un plan. Mide tu glucosa a las 3am. Sí, te quitará horas de sueño pero quizá descanses más tranquilo sabiendo que pasarás la noche sin sorpresas.

Surte tu mesita

Prepara junto a ti un kit de hipoglucemia. En tu mesita de noche coloca fuentes de hidratos de carbono. Un jugo siempre puede ser útil en la madrugada.

Glucagon

Ten siempre glucagon. Enseña a tus seres queridos a utilizarlo. Lo más probable es que nunca lo uses pero, más vale prevenir que lamentar.

Emociones y salud

Consulta con un experto de la salud emocional si no puedes obtener suficiente descanso. Sabemos que el miedo puede tener un efecto negativo en nuestros patrones de sueño y estos a su vez en nuestra salud en general.

Ayuda de tu tribu

Recuerda que no estás solo. El miedo que quizá tengas ahora alguien lo ha tenido antes, acércate  tu tribu y recibe consejos. Aquí estamos siempre para ayudarnos.

 

ESCRITO POR Mariana Gómez Hoyos, PUBLICADO 05/10/19, UPDATED 04/26/22

Mariana es psicóloga y Educadora en Diabetes. En 2008, Mariana comenzó un blog donde comparte su experiencia de vida con otros y comenzó con labores de abogacía a través de las redes sociales. Mariana trabajó con la Federación Mexicana de Diabetes como Gerente de Comunicación y en otros esfuerzos para ayudar a construir y empoderar a la comunidad de diabetes en línea en México. Hoy en día es Directora de Mercados Emergentes en Beyond Type 1. Es mamá de un adolescente.