La magia del campamento de la diabetes


 2016-07-21

Fogatas, jugo de bichos (bebida azucarada), juegos de pelota, mejores amigos; estos son los ingredientes que revuelves para que un campamento de verano sea exitoso. Ya sea que tu favorito esté en las montañas, o en la playa, en el campus de la universidad o en un parque de la ciudad, los campamentos de verano han enriquecido vidas de jóvenes desde 1861. La burbuja del campamento nunca será estallada. Dentro de ella hay una mezcla mágica de riesgo y seguridad; amistad y respeto; risas y lágrimas; conciencia de uno mismo y confianza en uno mismo. El “mundo real” nunca pondrá en peligro la magia del campamento.

Para jóvenes con diabetes, la elección no es si ir a un campamento o no, porque toda persona jóven con diabetes debería ir a un campamento. Es decidir si ir a un campamento de la diabetes y un campamento no relacionado con diabetes, y cuándo empezar a ir. Los campamentos de día son una buena transición para niños pequeños. Los programas de fines de semana, de una semanas, de un mes, o de todo el verano son una buena opción para jóvenes mayores. La elección debería ser una decisión familiar hecha con mucha cautela. El tiempo es el correcto cuando así lo siente cada niño y su familia. Normalmente, los campamentos en donde se debe pasar la noche, comienzan a aceptar jóvenes alrededor de los 8 años, pero tu hijo quizás no esté listo hasta bastante tiempo después. Hay muchos factores que influencian esta decisión. Si no estás inseguro, habla con los profesionales en la vida de tu hijo, como su pediatra, su maestro o su consejero escolar. Lo más importante es que hables con tu hijo. La exhortación de los padres siempre es aceptable pero la asistencia forzada podría hacer que tu familia se tope con un mal resultado.

Seamos claros con la diferencia de la “diabetes”. Los campamentos vienen de todas formas y tamaños: solo de día o como residentes; de deportes y artes; viajes y bosques; y más. Los campamentos de diabetes y los no relacionados con la diabetes son de la misma manera diversos. La diferencia clave es que en los campamentos de diabetes, los participantes principales tienen diabetes y el programa está desarrollado alrededor de sus necesidades. Los campamentos de la diabetes podrían ser de este tipo:  “puedes traer a tu hermano o amigo” o “trae a tu familia”. Aún así, el programa está desarrollado alrededor de los participantes principales, los jóvenes con diabetes. En un campamento que no tiene que ver con diabetes, el programa está creado en base a la misión del campamento y aunque pueden aceptar a un niño con diabetes y cuiden de manera segura al niño, la esencia es muy diferente.

Yo viví, literalmente, en un campamento de diabetes por 20 años y una de las cosas que más me impresionaba era cuando los campistas decían: “el campamento de la diabetes es como unas vacaciones de la diabetes. Me hace sentir como que no tuviera diabetes porque todos comprenden. No tengo que explicar todo, o recordar todo, o tomar decisiones todo el tiempo. Siempre hay alguien para ayudarme”. La belleza del campamento de la diabetes es que tienes los maravillosos elementos de un campamento, como la motivación, la toma de riesgos, aprender nuevas cosas, los amigos, empacados en un lugar donde todos entienden la diabetes y que está equipado en todo tiempo para lidiar con alguna situación de diabetes tal y como un nivel bajo o alto, un sitio de bomba de insulina despegado, un cálculo de bolo, un día de enfermedad. Un campista con diabetes nunca está solo sin algún otro experto en diabetes para ayudar, un consejero modelo a seguir, una enfermera, un doctor, un amigo. Es difícil medir la comodidad de eso, y la comodidad de los padres al saber que su hijo está bajo el cuidado más competente. En una presentación de la Fundación para la Investigación de la Diabetes Juvenil (JDRF, por sus siglas en inglés) que hice la otra noche, un padre dijo: “Cuando dejé a mi hija de 8 años en el campamento el verano pasado, solamente supe que ella se encontraba en manos expertas. Ellos me hicieron todas las preguntas. Me siento muy bien acerca de mandarla este verano por 2 semanas al campamento”.

Aún, hay otras opciones. Tal vez haya un campamento en donde tu familia completa pueda asistir, o un campamento específico de deportes y artes que pueda interesarle a tu hijo. Los campamentos no específicos para diabetes son cada vez más capaces de manejar la diabetes. Muchos darán fe del hecho que ellos tienen una enfermera o enfermeros, en el lugar,  que entienden la diabetes (y las bombas de insulina). Muchas enfermeras son las que los estudiantes con diabetes tienen durante el año escolar. Y, si un padre es realmente afortunado, el campamento podría tener miembros del equipo que tienen diabetes. La clave de mandar a tu hijo con diabetes  a un campamento tradicional es que investigues.

Considera lo siguiente:

  • ¿Cuál es el número de enfermeras por campistas?
  • ¿Quién será entrenado y equipado para manejar la diabetes de tu hijo cuando ellos no estén en el centro de salud?
  • ¿Cómo será administrada y ajustada la insulina?
  • ¿Quién tratará los niveles bajos?
  • ¿En dónde serán conservados los suministros para un nivel bajo?
  • ¿El menú es amigable para tu hijo, puedes verlo con anticipación para hablar sobre las opciones con tu hijo antes de que vaya?
  • ¿El campamento tiene un procedimiento para manejar la diabetes cuando estén en la orilla del río, en paseos fuera del campamento y en actividades de alto riesgo?
  • ¿Cuánta presión habrá en tu hijo para la toma de decisiones de automanejo sin intervención de algún adulto?
  • En los campamentos por día que ofrecen transporte, ¿hay alguien en el bus equipado para lidiar con alguna necesidad urgente de diabetes?
  • ¿Cómo el campamento maneja la transición del niño de su casa al campamento?
  • ¿Cuáles fueron los valores de la glucosa en la sangre durante la noche y cómo afectan en las actividades de hoy?
  • ¿El campamento sabe cuidar?
  • ¿Te parecen bien las respuestas?

 

Al investigar hará que esta opción sea una magnífica opción y preservará la magia del campamento para siempre. En conclusión, no olvides llevar a tu posible campista a una visita cuando sea día de recepción de posibles nuevos campistas. La mayoría de campamentos, ya sea que estén por el día o como residentes, los tienen. Conoce al personal y a otros campistas, experimenta el campamento. Tu sabrás cuando sea el adecuado.

Cual sea que escojas, al final del verano habrá fogatas, jugos de bicho (bebida azucarada), juegos de pelota y mejores amigos de los que escucharás y , por supuesto, canciones del campamento en la mesa de la cena. Feliz campamento.

Para más información


Lee: Por qué amo el Campamento de la Diabetes de Kip Nilsson, 9 años.

 

ESCRITO POR SHELLEY YEAGER, MASTER, TRABAJADORA SOCIAL CLÍNICA, PUBLICADO 07/21/16, UPDATED 09/14/22

Shelley Yeager, máster y trabajadora social clínica es la especialista en desarrollo y programas de la Diabetes Education and Camping Association (Asociación de la educación sobre la Diabetes y Campamentos). Ella hace consultorías con programas de jóvenes con diabetes y puedes ser contactada en [email protected].