La misma de ayer….sin ser incondicional.
La semana pasada tuve la oportunidad de ver uno de los capítulos de una serie muy de moda en mi país, y alguien me preguntó por qué me gustaba el video de esa canción en la que se basa el capítulo. En resumidas cuentas me gusta la idea del final del video. Creo que todos esperamos algo de las cosas y de las personas y que es mentira que actuamos incondicionalmente.
Creo firmemente que si no regamos nuestra planta todos los días, se seca; si no cuidamos y alimentamos nuestras relaciones, se acaban; de igual forma si no cuidamos nuestra diabetes, no podemos esperar tener una buena calidad de vida.
Llevamos un ritmo de vida tan acelerado, en el que solo queremos ver los resutados y disfrutar de los beneficios. No queremos realizar el mínimo esfuerzo para lograr las cosas. Queremos gozar de una buena salud y tener buen físico, pero no estamos dispuestos a hacer ejercicio y mucho menos a llevar una buena alimentación. Queremos tener una pareja pero no estamos dispuestos a modificar ciertos aspectos de nuestra vida de solteros y mucho menos a dedicar el tiempo que se necesita para conocerse o darse el tiempo para saber cómo podrán resolverse conflictos en una nueva relación. Queremos tener el mejor trabajo, jefe y sueldo del mundo, pero ni siquiera estamos dispuestos a llegar a tiempo todos los días.
Lo mismo pasa con el manejo de nuestra diabetes, queremos tenerla “bajo control”, queremos números perfectos y estar bien todo el tiempo, pero no estamos dispuestos a ponernos las pilas, no queremos educarnos, no queremos hacer el mínimo esfuerzo. Ponemos miles de pretextos para hacer ejercicio: que si la hipoglucemia, que si hace mucho calor, que nunca tengo tiempo, etc.
Tambien en cuanto a nuestra alimentación, no queremos aprender a contar carbohidratos, preferimos las dietas fabricadas con los menús de siempre , no sabemos ni queremos aprender cual es nuestro ratio o nuestra sensibilidad a la insulina, no queremos revisar nuestras glucosas. Lo triste, es que así no podemos exigir que los profesionales de la salud que nos atienden estén educados en diabetes (en cualquiera de sus tipos).
Obviamente es más fácil culpar a los demás (desde nuestros papás si son menores de edad, nuestra pareja o hasta al doctor) que tomar la responsabilidad en nuestras manos.
Les tengo una noticia, nosotros somos los que vivimos con esta condición, somos responsables de educarnos y hacer todo lo que está dentro de nuestras posibilidades y responsabilidad para estar bien. Tambien, es nuestra responsabilidad que nuestro círculo más cercano, esté educado e informado de lo que debe hacer en caso de cualquier emergencia.
Por último, la diabetes en cualquiera de sus tipos, no es la excepción, ella no es tu incondicional. Ella seguirá avanzando hacia las complicaciones si tú no la cuidas, te educas y la detienes… ¡la diabetes no espera!