La vida que te tocó vivir: enfrentarla con valentía


 2019-09-17

Mi nombre es Denisse Pérez, tengo 40 años. Vivo en Puerto Rico. Fui diagnosticada con diabetes tipo 1 a los 10 años. Siempre fui asmática y utilicé medicamentos con cortisona para tratar los episodios de asma. En una complicación respiratoria sufrí una pulmonía doble. Luego de dos semanas en el hospital, mi salud comenzó a deteriorarse rápidamente. Me sentía muy débil, con una sed que no se quitaba con nada, hambre constante y una pérdida de peso significativa. Mamá me llevó a mi pediatra y él me envió al laboratorio para la prueba de 5 horas de azúcar. No necesito decir lo horrible que fue esa prueba y encima de todo obligué a mi mamá a hacerse la prueba también. Después que ella se pinchaba…. entonces, yo dejaba que me pincharan a mí. Tal vez todavía me recuerdan en el laboratorio. ¡Yo le tenía terror a las agujas!

Huracán, llamada y hospital

A mi mamá la llamaron del laboratorio para decir que me debía llevar de inmediato al hospital. Mi nivel de azúcar era de 33.7 mmol/L607 mg/dL. En esa época no se conocía mucho de la diabetes tipo 1 en poblaciones infantiles y no aparecía un hospital que me recibiera. También aún estábamos recuperándonos del embate del devastador huracán Hugo. Finalmente después de un mes y medio en el hospital, regresé a mi quinto grado. El camino a partir de ahí fue diferente….

De vuelta al Colegio con y diabetes tipo 1

Era la única estudiante en un colegio grandísimo, con diabetes tipo 1. Bajé mis notas, dejé de ser alegre, comencé a sentirme diferente y estuve muy triste. En mi adolescencia fui rebelde. Sentía vergüenza de tener que explicar mi enfermedad y comencé a ocultarla, huyendo de los sermones de todo el mundo.

A mis 23 años descubrí que estaba embarazada y no fue hasta ese momento que tomé responsabilidad sobre mi salud y entendí que la vida que llevaba en mi vientre merecía llegar al mundo bien y tener una mamá sana. Hoy mi niña tiene 16 años. Mi embarazo fue complicado y ella llegó al mundo antes de lo previsto, pero aquí estamos.

Dando batalla

A los 37 años fui diagnosticada con un tumor en la médula espinal y tuve que someterme a una cirugía. En medio de múltiples resonancias magnéticas descubrieron lesiones de esclerosis múltiple en mi cerebro. Los mareos y los problemas de visión, entre otras cosas, siempre se los había achacado a la diabetes. Jamás pensé algo así. Entré en un estado de pánico, de desesperación y de depresión. La esclerosis múltiple es también una condición autoinmune que ataca el sistema nervioso central. Mi sistema inmunológico no se ha portado nada bien conmigo pero yo sigo y seguiré dándole la batalla.

La vida que me tocó vivir

En la búsqueda de estar lo mas cómoda posible, he hecho un alto en mi vida. Me he dedicado a educarme aún más sobre mi situación de salud. Me atreví a hacer el cambio a la bomba de insulina y mis números han mejorado dramáticamente. Llevo más de un año en un tratamiento inmunomodulador para la esclerosis.

He aceptado sin vergüenza, recibir ayuda para estabilizar mi salud mental y no me arrepiento. Somos seres humanos integrales y si la mente no está en óptimas condiciones, el cuerpo no funciona. ¡Yo merezco sentirme bien!

Ha sido duro, aún más que antes. Me ha sorprendido mucho, recibir el rechazo y la ignorancia de mucha gente al respecto de las condiciones invisibles. Específicamente la ignorancia sobre la diabetes, aún en este momento de la historia, es abrumadora.

No hay soluciones mágicas para esto, no es tu culpa y no es que tu fe esté débil. Tampoco hay tés sanadores, rituales, ni ungüentos, etc. Sí, es incómodo y conlleva mucho sacrificio. Pero es la vida que te tocó vivir y hay que enfrentarla con valentía.

 

ESCRITO POR Denisse Pérez, PUBLICADO 09/17/19, UPDATED 10/03/23

Mi nombre es Denisse Pérez, tengo 40 años. Vivo en Puerto Rico. Fui diagnosticada con diabetes Tipo 1 a los 10 años. A los 37 años fui diagnosticada con esclerosis múltiple. Esta es mi historia.