Las cetonas y las dietas bajas en carbohidratos


 2017-02-01

Nota: Al ofrecer un lugar para que la comunidad comparta experiencias de la vida real, esperamos que encuentres inspiración y nuevas formas de pensar sobre tu control. Te recomendamos que te acerques a estas sugerencias como lo harías en un buffet: revisa las opciones, quizás prueba algunas cosas nuevas y vuelve a lo que funcione mejor para ti. ¡Buen provecho! Echa un vistazo a nuestra biblioteca de recursos sobre Comida.


Hacer la prueba de cetonas es algo que estoy segura que cada persona con diabetes tipo 1 recuerda haber hecho poco después del diagnóstico; constantemente haciendo coincidir el color en ese pequeño cuadrado al final de la barra para la orina con la rejilla de colores en la botella. A todos nos enseñan que las cetonas pueden ser el resultado de un nivel alto de glucosa (azúcar) en sangre o de una enfermedad, pero lo que he experimentado recientemente ha presentado otra causa para las cetonas: cortar carbohidratos.

No fue hasta cerca de tres años después de mi diagnóstico de diabetes tipo 1 que consideré la idea de una dieta baja en carbohidratos. Me encantaba la pasta. La pasta con mantequilla y queso parmesano había sido un elemento básico de mi dieta desde que fui lo suficientemente grande para comer alimentos sólidos. Me encantaban los perros calientes, los paninis, la noche de pizza ocasional y los pastelillos de Starbucks para el desayuno. Y realmente ¿quién no desea comer carbohidratos regularmente?

Los primeros años de mi vida con diabetes tipo 1 fueron relativamente sin problemas, aunque en gran medida debido a ese precioso “período de luna de miel”. Podía comer tantos carbohidratos como yo quería y mis niveles de glucosa en sangre parecían cooperar muy bien sin importar lo que hiciera o con qué frecuencia comiera bocadillos. Y entonces, de repente, empecé a notar los temidos niveles altos y los bajos subsiguientes. Se estaba haciendo más difícil evitar los niveles altos de glucosa en sangre después de esas comidas llenas de carbohidratos complejos. Un día mi mamá hizo salmón a la parrilla: algo nuevo. Mi glucosa en sangre se comportó como una campeona.

“Me pregunto qué pasaría si cortaras los carbohidratos por completo”, dijo mi madre, sobre todo como broma. Me encogí de hombros. Al menos estaba dispuesta a probar con más proteínas.

Definitivamente, el resultado de consumir cada vez menos carbohidratos fueron valores de glucosa en sangre cada vez más estables.

Pronto me fui a Manhattan a la universidad y a vivir por mi cuenta por primera vez. En esa época definitivamente todavía comía carbohidratos. Me encantaba ocasionalmente el sándwich de pollo a la parmesana de mi delicatessen favorita al otro lado de la calle, o los wontanes del lugar vegetariano del que me encantaba ordenar. Pero mientras más me acostumbraba a la idea de que estaba por mi cuenta, y en los días antes de que los MCG (medidores continuos de glucosa) fueran de uso común, más miedo me daba administrarme grandes cantidades de insulina. Empecé a recortar los carbohidratos de mi dieta aún más durante los siguientes años, y finalmente los eliminé completamente.

Además de comer casi exclusivamente proteínas y vegetales bajos en carbohidratos, encontré sustitutos de los carbohidratos que me solían encantar. Por ejemplo, los shirataki (fideos de tofu) en lugar de pasta tienen cero carbohidratos por porción. Hacía “panqueques” con proteína en polvo Quest. Me volví muy inventiva, y funcionaba bien para mí, o eso pensaba.

Aunque mis valores de glucosa en sangre siempre fueron excepcionalmente constantes, nunca me sentía completamente satisfecha después de comer, y la sensación sólo empeoró con el tiempo. Traté de ignorarlo, junto con la gradual pero preocupante pérdida de peso. Al final tuve que admitir que algo estaba mal. Empecé a sentirme tan débil que simplemente caminar por la cuadra hasta el supermercado parecía imposible. Yo me sentía continuamente temblorosa y hambrienta (y no, ¡mis niveles no estaban bajos!)

Sabía que iba a ir a casa a California pronto y que vería a mi endocrinóloga, así que sólo tenía que aguantar un poco más para averiguar lo que estaba pasando conmigo. Pero decidí hacer algunas investigaciones por mi cuenta. Lo que descubrí fue que, aunque estaba comiendo, me moría de hambre.

Algunos fisicoculturistas y levantadores de pesas serios evidentemente se esfuerzan por obtener pequeñas cantidades de cetonas. Esto se debe a que producir cetonas puede significar que tu cuerpo prácticamente consume y quema la grasa de tu cuerpo para conseguir combustible debido a la falta de carbohidratos o glucosa. Esto es lo que había empezado a sucederme, lo cual fue probado por la “pequeña” cantidad de cetonas que aparecieron en las tiras para medir cetonas en orina que salí a comprar por primera vez desde mi diagnóstico.

Cuando me reuní con mi endocrinóloga un par de días más tarde confirmó que yo tenía una desesperada necesidad de carbohidratos. Ella me contó una historia sobre uno de sus pacientes, otra persona con diabetes tipo 1 que trató de eliminar los carbohidratos por completo. Comenzó a producir pequeñas cantidades de cetonas como yo, pero después de contraer gripe le dio una cetoacidosis diabética (CAD) y tuvo que ser hospitalizada.

Mi endocrinóloga sugirió que poco a poco empezara a incorporar carbohidratos en mi dieta, comenzando con aproximadamente 20 carbohidratos por comida y partir desde allí. Así que eso es lo que hice.

“No te preocupes”, dijo, “¡El Dexcom seguro te pitará si algo sale mal!”

De muchas maneras ahora me siento como si tuviera que volver a aprender el conteo de carbohidratos y algunas de las cosas básicas sobre la vida con diabetes tipo 1 que uno experimenta al principio tras el diagnóstico. Pero todo está bien. Me siento mucho más sana, energizada y confiada aplicando mayores cantidades de insulina, y ahora con la tranquilidad de tener mi MCG. Me ha empoderado de una manera única siendo una persona con diabetes tipo 1.

Habrá muchas veces con esta enfermedad que todos tendremos que “vivir y aprender”, y para mí, esta fue sin duda una de esas veces.


Lee 6 cosas que debemos saber de las cetonas

ESCRITO POR ALEXI MELVIN, PUBLICADO 02/01/17, UPDATED 08/09/22

Alexi Melvin es una periodista independiente, escritora de ficción y guionista con sede en Nueva York y el área de la Bahía. Ella fue diagnosticada con diabetes tipo 1 en 2003, y le ha apasionado la concientización desde entonces. Sus otras pasiones incluyen el cine, la literatura, los animales y la curación espiritual. Instagram: @alexi_rm