Las guitarras Hot Licks y Ready Wheels crean comunidad en Nashville


 2017-08-09

 

¿Hay alguna palabra más poderosa que inspirador? No estoy seguro. He estado tratando de encontrar una, pero no lo he logrado. Quiero describir el día que tuve en Nashville. Fue, según mis estándares, un día perfecto.

Beyond Type 1 me ha cautivado desde que descubrí la organización a principios del año pasado. Han hecho lo imposible. Han hecho que la diabetes tipo 1 sea genial. He tenido diabetes Tipo 1 desde 1983, pero antes de BT1. No sé si lo hubiera gritado fuerte y con orgullo desde los puntos altos como lo hago en la actualidad.

Cuando escuché por primera vez acerca de la campaña Bike Beyond, quise participar. Desafortunadamente, debido a otra condición médica, el ciclismo no me fue imposible. No obstante, tenía que hacer algo. Estas personas que recorrieron 4,828 millas por todo el país teniendo diabetes Tipo 1 eran héroes empeñados en recaudar fondos, aumentar la concientización y romper estereotipos. Imaginen andar en bicicleta desde Nueva York hasta San Francisco mientras manejan la diabetes Tipo 1. Imaginen lo difícil que es eso por un momento. Tenía que conocerlos. Tenía que agradecerles. Así que mi esposa y yo salimos de nuestra casa en Charlotte, Carolina del Norte, y fuimos a Nashville el martes por la noche. Estaba nervioso. Iba a conocer a todas estas personas que sentía que ya conocía por el hecho de seguirlos en sus redes sociales y las actualizaciones del recorrido.

¡Lo primero en la agenda de mi aventura con Beyond Type 1 fue hacer yoga con el equipo! Habíamos comprado boletos para participar en el Inner Light Studio en una sesión, instruidos por otra maravillosa persona con diabetes Tipo 1, Sarah Jane Holmes. El problema, además de no tener experiencia con el yoga, era que todavía estábamos acostumbrados a nuestra hora local, hora del este, mientras que Nashville funciona en el horario central. Pensábamos que habíamos llegado súper temprano y, al final, nos presentamos cuando solo faltaban aproximadamente 30 minutos de la sesión. No era la primera impresión que quería dar. Sin embargo, nos sentamos de todos modos e intentamos hacerlo. En general, la gente hacía movimientos corporales hermosos y fluidos, y parecía que yo no me había estirado desde la última vez que actualicé mi página de MySpace. Genial. Después de la sesión, en forma real, Sarah Lucas y el equipo nos dieron una calurosa bienvenida. Sarah dijo que tenía dos “invitados especiales” para darles la bienvenida, y para nuestra sorpresa, ella estaba hablando de nosotros. ¿Cómo era posible que en esta sala llena de guerreros nosotros eramos invitados especiales?

Dejamos el yoga un poco avergonzados. Salimos a almorzar y nos preparamos para lo que sería una noche increíble. Beyond Type 1 había planeado una noche de música en The Listening Room Cafe con los músicos con diabetes Tipo 1 Eric Paslay y Crystal Bowersox. Los activistas Dylan Altman y Corey Crowder se unieron a ellos. Hubo una aparición temprana especial del dúo Love and Theft, la mitad del cual también tiene diabetes Tipo 1.

Mientras estábamos en fila antes del espectáculo, noté que la familia que teníamos delante se había detenido específicamente para saludar a Elliot Gatt, fundador de Good Glucos. Good Glucos es una compañía de suscripción de medidores y tiras reactivas con mucho corazón. Por cada 12 suscripciones que venden, regalan una a alguien con necesidades financieras. Héroes. Le pregunté a la familia cómo conocían a Elliot. Dijeron que eran de Edmonton, Alberta y que su hija Savannah tenía diabetes Tipo 1 y que se habían cruzado con Elliot en el camino. Nos divertimos mucho conociéndolos, hablando sobre la diabetes Tipo 1 y, por supuesto, hockey.

Cuando abrieron las puertas y nos acercamos al frente, nos recibió Mary Lucas con su cálida sonrisa. Descubrimos rápidamente que una vez más habíamos hecho lo incorrecto. Aparentemente, con los boletos que compramos no debíamos estar en línea. Tal vez estaba un poco nervioso. Tal vez estaba un poco confundido por el huso horario diferente. Tal vez mis niveles de azúcar en la sangre estaban jugando conmigo. Pero prometo que normalmente no soy tan desordenado. Lo curioso es que estaba agradecido por el error, ya que nos permitió hacer, una vez más, otra conexión con alguien con diabetes Tipo 1 que no tiene precio que de otro modo no habría podido pasar. Esta es mi gente, y quiero estar rodeado de mi gente. Un positivo en muchos negativos definitivamente.

Pasamos las siguientes horas escuchando música increíble e impactantes historias sobre la diabetes Tipo 1 de artistas que han vivido con ella. A pesar de estar entre las estrellas de la industria de la música, nada se sentía socialmente estratificado en la sala. Todos éramos personas, unidas por un vínculo en común, uno tan fuerte que trascendía la fama, la clase económica, el trasfondo e incluso la diferencia étnica y cultural. Entre los ciclistas que recorren el país, cinco países diferentes estuvieron representados. Todos somos la diabetes.

Cuando el espectáculo terminó, trajeron a los 22 ciclistas al escenario. El momento fue tan impresionante como escuchar a Crystal Bowersox cantar sus poderosas notas altas. Te toca hasta el alma. Quería aplaudirles hasta que mis manos ya no pudieran más. Se merecían eso y más. Cuando bajaron del escenario, pude hablar con algunos ciclistas más. Conocí a Matt, otro asombroso canadiense, aunque no hablamos de hockey. Conocí a Walt y supimos que era su vez número 418 en bicicleta por todo el país. OK, tal vez esa es una exageración, ¡pero este tipo es un in-cre-í-ble!

Realmente habíamos estado esperando conocer a los Peppers, compañeros de Carolina del Norte. De alguna manera, a través de todos nuestros movimientos y activismo para la diabetes Tipo 1, no nos habíamos encontrado cara a cara y solo nos conocíamos a través de las redes sociales. Así que no podía irme sin hablar con Abby y Cheryl y decirles lo agradecidos que estábamos de que representaran a Charlotte. Ninguna otra ciudad tiene dos ciclistas, entonces, ganamos.

En este punto eran más de las 11:00 de la noche, y sabía que los ciclistas tenían que levantarse a las 7:00 a. m. al siguiente día para andar en bicicleta otras 100 millas al día siguiente, así que les imploré que fueran a descansar. Héroes. ¿He mencionado eso?

Mientras salíamos del lugar, me encontré con Neil Greathouse nuevamente. Neil es el cineasta documentalista que viaja con el equipo Bike Beyond. Probablemente lo conozcan mejor como #hackthebetes, con sus graciosas e informativas publicaciones en Instagram y como la fuerza creativa detrás de Type 1 Day 1. Creo que lo más importante que hablamos fue cómo Beyond Type 1 ha cambiado no solo nuestras vidas, sino las vidas de tantas personas en la comunidad. Su teoría, y es buena, fue lo que mencioné antes. Al hacer que la diabetes tipo 1 sea genial, une a nuestra comunidad. Nos hace fuertes. Nos permite abogar por todo el mundo sin sentirnos avergonzados. Nunca deberíamos sentir vergüenza, pero tal vez se necesita algo como Beyond Type 1 para mostrarles a todos. Estamos mejor por eso, y me acuerdo de una cita de Khalil Gibran que amo: “Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes; los personajes más grandes están sellados con cicatrices”.

Decidí en ese mismo momento que este no iba a ser mi último encuentro con el equipo. Esto fue muy satisfactorio, y simplemente divertido. Mi esposa dice que ahora somos #BikeBeyondGroupies, y orgullosamente seré eso. Entonces, para mis nuevos amigos en el equipo de Beyond Bike, y para los que aún no pude conocer, los veré en Denver.

Nota del editor: Este artículo ha sido adaptado para Beyond Type 1 de la publicación de blog original de Aaron Johnson, que se puede encontrar aquí.


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ESCRITO POR Aaron Johnson, PUBLICADO 08/09/17, UPDATED 10/15/18

Con diabetes Tipo 1 desde 1983, Aaron Johnson ha pasado toda su vida con niveles subiendo y bajando por la diabetes Type 1, viendo cómo el mundo de la diabetes cambia de escalas deslizantes e insulina de cerdito, a circuito cerrado y viendo su nivel de azúcar en la sangre en su Apple Watch. Vive para abogar por su comunidad y se desempeña como presidente de FFT1 (Families Fighting Type 1), una organización benéfica pública sin fines de lucro 501(c)3 que opera en Charlotte, Carolina del Norte, y sus alrededores, donde también vive.