¿Los “días malos de diabetes” afectan tus relaciones?


 2017-02-22

Permítanme comenzar definiendo un “día malo de diabetes” como uno en el cual tus niveles de azúcar están fuera de control. Creo que es seguro decir que la mayoría de nosotros hemos experimentado al menos un día en el que, sin importar qué tan “buenos” diabéticos intentemos ser, nuestros números simplemente no parecen cooperar. Permítanme aclarar diciendo que no creo que haya una forma “correcta” o “incorrecta” de ser una persona diabética o de vivir una vida con diabetes. Aceptamos con los brazos abiertos nuestras circunstancias de varias maneras. Al usar el término “buen” diabético, me refiero a la idea errónea habitual que muchas personas parecen tener sobre lo que significa ser un “buen” diabético.

Es decir, alguien que cuenta carbohidratos, hace ejercicios y se inyecta la insulina cuando se supone que debe hacerlo. Sí, todo eso es útil, pero no es suficiente. Me refiero a la mentalidad engañosa de “tú puedes controlar lo que comes, para poder controlar tus números”. Contar carbohidratos e inyectarte insulina no es suficiente para “controlar” los números. Eso no es todo lo que se necesita. Honestamente, a veces siento que no hay una forma real de tener un control total sobre ellos. No es tan fácil como algunas personas piensan que es. Nuestros números no dependen solo de lo que comemos. Algunos días, no importa cuánto lo intentemos, el mundo simplemente nos empujará hacia otro lado. Sentirse desesperado e indefenso durante estos días es comprensible, y está bien sentirse así de vez en cuando. Lo que no está bien es ocultar por qué nos sentimos cómo nos sentimos.

Yo digo que esconder “por qué nos sentimos cómo nos sentimos”, en lugar de simplemente ocultar “cómo nos sentimos” porque a veces es casi imposible ocultar el “cómo”, especialmente cuando nuestros niveles de azúcar están fuera de control. Para muchos de nosotros cuando esto sucede, ese “cómo” se refleja en acciones como cambios inesperados de humor, irracionalidad, distracción constante, falta de concentración, bajo rendimiento o mera irritabilidad sin razón aparente. Ocultar la razón detrás de estos comportamientos y no ser abiertos acerca de nuestra diabetes, abre la puerta para que otros malinterpreten estas acciones.

Debo confesar ahora que soy culpable de ocultarlo yo misma. En muchos casos, mis acciones, o la falta de acciones, han sido malinterpretadas. Muchas veces, estas interpretaciones erróneas me hacen sentir que estoy decepcionando a los demás. Por ejemplo, no poder concentrarme cuando un amigo me está hablando ha surgido como una falta de interés, el rendimiento bajo en una tarea, examen, presentación escolar se ha revelado como una falta de responsabilidad, ser fácilmente irritable en una salida nocturna se ve como una falta de entusiasmo. No puedo controlar las interpretaciones de mis acciones por parte de otras personas más de lo que puedo controlar estos síntomas (sí, todo ese malhumor, irracionalidad, distracción e irritabilidad son síntomas de azúcar en la sangre fuera de control). Sin embargo, lo que puedo hacer es ayudar a las personas a entender un poco mejor el “por qué” detrás del “cómo” que a veces siento y actúo de la manera en que lo hago.

La razón por la que escribo esto es porque hoy tuve un mal día de diabetes. Como siempre, lo oculté, lo que me llevó a sentir que decepcioné a algunos amigos, profesores y familiares por diferentes motivos personales, que finalmente fueron malinterpretados como falta de interés, responsabilidad o entusiasmo. Aunque me gustaría que la gente supiera que mi aparente falta de todo esto se debe en parte a mis niveles altos de azúcar y la frustración que viene con ellos, nunca había usado esto como excusa. Mi reacción siempre ha sido dar alguna otra explicación no relacionada con la diabetes en intentos (fallidos) de excusar mis acciones. Algo sobre culpar a mis niveles de azúcar por mi malhumor o mi bajo rendimiento me parece mal. Esto es porque me gusta pensar que mis números no afectan cómo me siento o actúo pero, en realidad, generalmente así es. En mi opinión, tener niveles altos o bajos de azúcar en la sangre nunca será una buena excusa, sin embargo, hoy me di cuenta de que podría ser una buena razón.

Es una razón suficientemente buena solo en el sentido de que ofrece una explicación de por qué estoy actuando (o no actuando) de cierta manera. Después de sincerarme por primera vez hoy, me di cuenta de lo importante y útil que es hablar sobre cómo mis números afectan mi comportamiento. No siempre puedo controlar ese comportamiento, pero puedo facilitar la comunicación con aquellos que me importan, con aquellos que siento que decepciono con mis acciones basadas en mis números. Está bien buscar comprensión. Está bien pedir ayuda. Todos reaccionamos de manera diferente a nuestros números. Todos tenemos diferentes necesidades en lo que respecta al tipo de comprensión y apoyo que queremos o necesitamos de los demás. No ser abiertos con respecto a nuestra diabetes perjudica nuestras relaciones con otras personas, ya que abre la puerta a muchos malentendidos. En lugar de ocultar o descuidar nuestra diabetes y sus efectos sobre nuestro comportamiento, deberíamos estar dispuestos a hablar sobre ellos. Deberíamos estar abiertos a hablar sobre cómo y por qué nos sentimos y actuamos de la manera en que lo hacemos durante esos malos días de diabetes para lograr que nos comprendan.


Lea: la Guía para novios y novias para cuidar a alguien con tipo 1.

 

ESCRITO POR Valerie Joly Chock, PUBLICADO 02/22/17, UPDATED 09/11/18

Valerie Joly Chock nació en la ciudad de Panamá, Panamá, pero actualmente vive en Jacksonville, Florida. Ella es una estudiante universitaria de 20 años que se especializa en Diseño Gráfico y Filosofía en la Universidad del Norte de Florida. Algunos de sus intereses incluyen jugar al fútbol y tomar fotografías. Ella fue diagnosticada con diabetes Tipo 1 cuando tenía 8 años. Gracias a Beyond Type 1, ha podido conectarse y compartir experiencias con mucha gente que entiende lo que es vivir con diabetes.