Menopausia y diabetes tipo 1


 2022-05-19

Como persona con diabetes que menstrua, una de las cosas más complicadas con las que podrías luchar es la fluctuación constante de los niveles hormonales a lo largo de tu ciclo menstrual. Desafortunadamente, el comienzo de la menopausia no simplifica esta lucha.

La transición de la menstruación a la perimenopausia y a la menopausia ocurrirá en el transcurso de muchos años, lo que significa que el impacto en tus necesidades de insulina y glucosa (azúcar) en sangre será gradual e impredecible.

Al igual que la menstruación, no existe un enfoque único para ajustar las dosis de insulina y medicamentos en respuesta a la menopausia, pero hay una variedad de expectativas generales y cosas que debes tener en cuenta.

Aquí, analizaremos de qué manera la menstruación puede afectar el manejo de la diabetes y consejos para ayudar a manejar el impacto en tu salud y bienestar general.

¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA?

La menopausia es, en términos simples, la fase de la vida durante la cual ya no estás ovulando y ya no puedes quedar embarazada.

Si bien tendemos a pensar en el sistema reproductivo femenino como menstruante comparado con menopáusico, no es así de simple.

  • Menstruación: Tus años fértiles, generalmente comenzando en la adolescencia temprana hasta mediados de los 40 años.
  • Perimenopausia: El comienzo de la menopausia donde la fertilidad disminuye gradualmente y los periodos se vuelven irregulares. Tiene una duración de 2 a 10 años.
  • Menopausia: Comienza entre los 40 y los 50 años cuando han pasado 12 meses desde tu último periodo, con una duración promedio de 5 años. Las mujeres con diabetes tienen una mayor prevalencia de menopausia precoz.
  • Posmenopausia: La continuación de la menopausia, cuando han pasado al menos 12 meses desde tu último periodo. Esta fase continúa por el resto de tu vida.

Los síntomas de la menopausia pueden incluir:

  • períodos irregulares
  • disminución del deseo sexual (libido)
  • sequedad vaginal y dolor durante las relaciones sexuales
  • sofocos, sudores nocturnos
  • insomnio y sueño interrumpido
  • escalofríos
  • irritabilidad, ansiedad, depresión
  • peso y metabolismo lento
  • adelgazamiento del cabello y piel seca
  • senos que parecen menos llenos
  • sensibilidad en los senos
  • aumento del riesgo de infecciones urinarias
  • disminución de la capacidad de concentración y memoria

Y por último, pero no menos importante: fluctuaciones notables en los niveles de glucosa (azúcar) en sangre y las necesidades de insulina que pueden cambiar de una semana a otra y de un mes a otro durante esta transición a la menopausia.

Si pensabas que manejar tu nivel de glucosa (azúcar) en sangre en torno a tu ciclo menstrual relativamente predecible era un reto, las hormonas fluctuantes de la perimenopausia y la menopausia te mantendrán trabajando arduamente de igual manera.

ANALICEMOS LAS HORMONAS

Si bien la menopausia generalmente comienza cuando una persona tiene entre 45 y 60 años, los niveles hormonales que regulan la menstruación en realidad comienzan a cambiar a finales de los 30.

Para comprender lo que le sucede a tu cuerpo durante la menopausia, es importante comprender estas cinco hormonas.

Hormona Función Durante la menopausia
Estrógeno Estimula el crecimiento de los folículos del óvulo, mantiene el grosor de la pared vaginal y la lubricación, mantiene la membrana mucosa que recubre el útero La producción fluctúa de manera impredecible durante muchos años, y con el tiempo disminuye a niveles muy bajos
Progesterona Prepara el revestimiento del útero para aceptar un óvulo fertilizado La producción se detiene completamente cuando no hay ovulación y después del periodo menstrual final
Testosterona Contribuye a la producción de estrógeno, manteniendo la libido y la masa ósea y muscular La producción disminuye gradualmente a partir de los 20 años, alcanzando la mitad de su punto máximo en la menopausia
Hormona luteinizante (HL) Activa la ovulación y los niveles hormonales para apoyar el embarazo La producción aumenta gradualmente a medida que disminuyen los niveles de estrógeno y progesterona
Hormona estimulante del folículo (FSH, por sus siglas en inglés) Estimula el crecimiento de los óvulos en los ovarios La producción aumenta gradualmente a medida que disminuyen los niveles de estrógeno y progesterona

CÓMO AFECTA LA MENOPAUSIA LA RESISTENCIA A LA INSULINA Y LOS NIVELES DE GLUCOSA (AZÚCAR) EN SANGRE

Tus necesidades de insulina cambiarán no solo de una semana a otra como has experimentado con tu ciclo menstrual, sino también durante las diferentes fases a medida que tu cuerpo pasa de la perimenopausia a la posmenopausia.

Los cambios entre tu uso diario total de insulina durante la menstruación frente a la perimenopausia frente a la menopausia pueden ser solo unas cuantas unidades de diferencia o pueden ser muchas unidades. Estos cambios deben hacerse con cuidado y gradualmente con el apoyo de tu equipo de atención médica.

Menstruación: La mayoría de las personas ven una mayor necesidad de insulina en los días previos al comienzo de su periodo. Encuentra más información sobre la menstruación y la diabetes.

Perimenopausia: “Tus necesidades diarias totales de insulina probablemente aumentarán durante estos años de transición gradual a la menopausia”, explica Jennifer C. Smith, enfermera registrada, Especialista Certificada en Educación y Cuidado de la Diabetes (CDCES, por sus siglas en inglés), entrenadora de diabetes en Integrated Diabetes Services y coautora de Pregnancy with Type 1 Diabetes (Embarazo con diabetes tipo 1).

Las mismas hormonas que fluctúan cada 28 días durante tu ciclo menstrual ahora fluctúan en un horario mucho menos predecible. Esta naturaleza impredecible significa que tus necesidades de insulina también fluctuarán. Este es, sin duda, el aspecto más retador de la transición a la menopausia.

“Algunos meses, es posible que tengas un ciclo más pesado, sangrado más abundante”, explica Jennifer. “Cuanto más intenso sea tu ciclo, es probable que sean mayores tus necesidades de insulina. Otros meses, tu ciclo podría ser más ligero y no experimentarás síntomas y mucha menos resistencia a la insulina”.

Tal como lo hacías durante tu ciclo menstrual, puede ser útil llevar un seguimiento de lo que experimentas, los ajustes que haces en tus dosis de insulina con el apoyo de tu equipo de atención médica y de qué manera esos ajustes ayudaron a tus niveles de glucosa (azúcar) en sangre.

Menopausia y posmenopausia: Una vez que estés verdaderamente en la menopausia (han pasado 12 meses desde tu último periodo), es probable que tus necesidades de insulina disminuyan y se vuelvan más predecibles.

“Cuando ocurra el final dramático de la producción de estrógeno y progesterona, ya no experimentarás esos ataques repentinos de resistencia a la insulina”, explica Jennifer.

“Una vez que esas hormonas ya no estén en esa montaña rusa de transición, las cosas se equilibrarán. Muchas personas notarán que sus necesidades generales de insulina basal disminuyen durante la menopausia y la posmenopausia”.

*Ten en cuenta: Habla con tu equipo de atención médica antes de hacer cualquier cambio en tu régimen de insulina. Los ajustes de la dosis de insulina deben hacerse con cuidado y consideración para evitar una hipo e hiperglucemia inesperada.

LAS PREOCUPACIONES DE SALUD A LARGO PLAZO DE LA MENOPAUSIA

Si bien los síntomas más infames de la menopausia son los sofocos, el aumento de peso y el insomnio, también puede afectar tu memoria, la fortaleza de tus huesos, tu capacidad para disfrutar del sexo y tu estado de ánimo en general.

Sin embargo, además de la controvertida terapia de reemplazo hormonal (que puede ser segura para algunas y no para otras), manejar tus hábitos de estilo de vida puede ayudar a disminuir la gravedad de los síntomas clásicos de la menopausia.

“La menopausia es universal”, dice Felicia Gersh, doctora en medicina, ginecóloga de Integrative Medical Group.

“No hay forma de que puedas escapar a medida que envejeces. No se trata solo de que terminen las funciones reproductivas, se trata de una etapa de vida completamente nueva para una persona cuando no tiene hormonas ováricas para respaldar cada sistema de órganos de su cuerpo. Puedes ayudar a contrarrestar el impacto si comienzas la terapia de reemplazo hormonal y si te enfocas en cada opción de estilo de vida para optimizar la salud”.

“Hay un estado crónico de inflamación de bajo grado asociado con la progresión de la menopausia y el proceso de envejecimiento de las personas que menstrúan. Entonces, hay una gran variedad de síntomas, y realmente puede cambiar la vida de una persona y crear una calidad de vida reducida”.

La Dra. Gersh señala que las hormonas están muy relacionadas con el funcionamiento del cerebro.

“En algunos, los sudores nocturnos y los sofocos pueden continuar hasta por 20 años”, dice la Dra. Gersh. “El promedio es de cuatro a cinco años, lo cual es bastante malo”.

“Y, por supuesto, otros síntomas de la menopausia nunca se resolverán. En realidad, solo empeoran con el tiempo, por ejemplo, la sequedad vaginal y la disfunción sexual. Para algunas, su estado de ánimo nunca vuelve a la normalidad”, dice la Dra. Gersh sin rodeos.

“La mayoría de las personas, a medida que pasan a la menopausia, tendrán un poco de dificultad para encontrar las palabras. No pueden recordar los sustantivos, dicen, ‘¿Cómo se llamaba eso?’ Ese tipo de cosas. Simplemente no pueden pronunciar el sustantivo, pero son muy buenas con los adjetivos. Eso generalmente se estabiliza”.

Los problemas más preocupantes son los ataques cardíacos, las fracturas, el aumento de peso y la demencia.

“A los 65 años, alrededor del 75 % de [las personas a las que se les asignó el sexo femenino al nacer] tienen presión arterial alta”, explica la Dra. Gersh. “Y a los 75 años, el 85% tiene presión arterial alta. [Las personas a las que se les asignó el sexo femenino al nacer] constituyen el 80 % de todas las personas que terminan teniendo una fractura osteoporótica”.

El estrógeno también es muy importante para quemar grasa corporal, lo que significa que el cuerpo se vuelve mejor para almacenar grasa en la menopausia. El estrógeno también ayuda a regular el apetito, lo que contribuye aún más a mejorar la capacidad del cuerpo para aumentar de peso.

Estos duros mensajes de la Dra. Gersh pueden ser abrumadores, pero ella dice que cuanto más te enfocas en mejorar tus hábitos de estilo de vida y tu salud en general, más disminuyen los problemas de salud a largo plazo asociados con la menopausia.

HÁBITOS DE ESTILO DE VIDA PARA FACILITAR LA TRANSICIÓN DE LA MENOPAUSIA

En su trabajo para apoyar a las personas que experimentan la menopausia, la Dra. Gersh alienta apasionadamente a sus pacientes a centrarse en los hábitos de estilo de vida diarios que ayudan a cualquier edad, pero estos hábitos causan más impacto durante la menopausia.

“No podemos evitar la menopausia, pero podemos intentar retrasarla un poco teniendo la mejor dieta y estilo de vida durante los primeros años de vida y antes de la menopausia”, explica la Dra. Gersh.

“También debemos entrar en la menopausia con lo que yo llamo ‘una buena cuenta de ahorros para la salud’ porque no todas las personas tienen la misma experiencia en la menopausia. Algunas personas realmente parecen hacerlo bastante bien. No terminan quebrándose huesos ni teniendo demencia ni teniendo un ataque al corazón”.

La Dra. Gersh enfatiza que centrarse en hábitos saludables más temprano en la vida puede mejorar enormemente la salud general de los huesos, los músculos, el corazón, el cerebro y el nivel de condición física antes de llegar a la menopausia. Tu salud general antes de experimentar la menopausia determina en gran medida tu salud durante la menopausia. Puede reducir la gravedad de los síntomas de la menopausia, como los sofocos.

“Para aquellas que son muy obesas y metabólicamente poco saludables, estadísticamente tienen más sudores nocturnos y sofocos que las mujeres que tienen una salud óptima cuando entran en el año de la menopausia. Por lo tanto, debemos comenzar a hacer cosas saludables mucho antes de la menopausia con anticipación reconociendo que estas elecciones de salud más tempranas en la vida realmente son importantes para el resto de tu vida”.

Los hábitos de estilo de vida recomendados por la Dra. Gersh son cosas que probablemente hayas escuchado y leído un millón de veces antes. Antes y durante la menopausia, dedicar tu energía a adoptar y aceptar hábitos de vida saludables puede tener un gran impacto en los síntomas y riesgos que experimentas:

  • Suplementos: Para mantener tus huesos y músculos sanos, una cantidad adecuada de omega-3, vitamina D, magnesio, calcio y antioxidantes básicos de las vitaminas es fundamental.
  • Salud mental: Es importante trabajar en los niveles de estrés y el bienestar emocional. La meditación, la biorretroalimentación y el tapping son solo algunas herramientas que pueden ayudar a manejar la ansiedad y el estrés.
  • Manejo de peso: Perder peso si tienes sobrepeso o mantener tu peso actual será más difícil en la menopausia, pero puede afectar cualquier otra parte de tu salud. Hacer que el manejo del peso sea una verdadera prioridad en tu vida antes y durante la menopausia vale la pena.
  • Nutrición: Comer una dieta rica en plantas, incluyendo la soya, es vital para reducir el riesgo de presión arterial alta, ataque cardíaco y fracturas. La Dra. Gersh señala una investigación que descubrió que las personas que comían soya todos los días experimentaban menos sofocos durante la menopausia, ya que contiene fitoestrógenos que pueden ayudar a compensar la falta de estrógenos en el cuerpo.
  • Ejercicio: Hacer ejercicio a diario para contrarrestar la falta de estrógeno para quemar grasa en tu cuerpo ayudará a prevenir y reducir la tendencia a aumentar de peso en la menopausia. Hacer ejercicio con regularidad también es fundamental para manejar la presión arterial, el colesterol, la sensibilidad a la insulina y la salud cerebral a largo plazo.
  • Sueño: Dormir lo suficiente tiene un gran impacto en tu apetito, energía, estado de ánimo y más. Si tienes dificultades para dormir bien, habla con tu equipo de atención médica sobre las opciones. Recuerda que uno de los mejores remedios para dormir mejor es hacer más ejercicio y tomar menos alcohol.
  • Alcohol: Reducir tu consumo de alcohol a las recomendaciones estándar puede tener un impacto tremendo en tu salud física y bienestar emocional en general.
  • Pide apoyo: ¡Habla con tu equipo de atención médica! Pide apoyo cuando lo necesites para el estrés y la depresión, la nutrición y el ejercicio, o para mejorar la salud de la glucosa (azúcar) en sangre ajustando tu régimen de medicamentos.

“Entonces, no puedes salirte con la tuya después de la menopausia”, dice la Dra. Gersh. “Tienes que hacerlo todo. Nutrición y estado físico y sueño y estrés. Cuanto más puedas”.

 

ESCRITO POR Ginger Vieira, PUBLICADO 05/19/22, UPDATED 02/24/23

Ginger Vieira es la gerente principal de contenido en Beyond Type 1. Es una autora y escritora que vive con diabetes tipo 1, enfermedad celíaca, fibromialgia e hipotiroidismo. Es autora de una variedad de libros, incluyendo “When I Go Low” (Cuando tengo un nivel bajo) (para niños), “Pregnancy with type 1 Diabetes” (El embarazo con diabetes tipo 1) y “Dealing with Diabetes Burnout” (Lidiando con el síndrome de burnout por la diabetes). Antes de unirse a Beyond Type 1, Ginger pasó 15 años redactando para Diabetes Mine, Healthline, T1D Exchange, Diabetes Strong y más. En su tiempo libre le gusta saltar la cuerda, andar en monopatín con sus hijas o caminar con su chico guapo y su perro.