México, Movimientos Sociales Por la Diabetes Tipo 1


 2019-07-15

 

 

Mi nombre es Sandra Guadalupe López González. Nací en la ciudad de Morelia Michoacán el día 30 de enero de 1992 y fui diagnosticada con diabetes Tipo 1 en el Hospital Infantil de esta capital en enero de 1995, cuando tenía tres años.

He vivido 24 años con diabetes Tipo 1 que me han permitido conocer todo tipo de circunstancias comenzando por la carencia económica para adquirir los medicamentos indispensables, la falta de educación integral para el paciente con diabetes Tipo 1, las negligencias y omisiones médicas, la inexistente preocupación de las autoridades cuando en las familias hay niños con diabetes Tipo 1 pero también he tenido la valiosa fortuna de conocer a personas quienes sí les interesa, con las que he podido aprender, quienes me han brindado su mano y que nos apoya para hacer llegar auxilio a quienes lo necesitan.

Actualmente, tengo 27 años de edad y disfruto al máximo mi vida. Procuro, en todo momento, llevar una vida muy sana  alimentándome bien, haciendo deporte y desenvolviéndome dentro de diversas actividades como abogada litigante y conferencista en temas de derechos humanos. Hoy colaboro con humildad y orgullo como “embajadora” por el estado de Michoacán de Ocampo dentro del Movimiento Por una Sola Voz. 

Las necesidades en mi país

En mi país se necesita Educación en Diabetes. Las personas con diabetes la población en general necesita saber qué es esta condición, cuál es el tratamiento requerido, qué avances tecnológicos puede haber para su tratamiento. La diabetes Tipo 1 necesita además orientación nutricional teniendo en cuenta valores que motiven y animen al paciente a cuidarse (amor, responsabilidad, generosidad, solidaridad, paciencia, tolerancia, etcétera) y dejando atrás la antigua escuela de miedos, restricciones y limitaciones., entre otros.

México necesitas más Clínicas de Especialidad que trabajen de forma multidisciplinar,  en donde vayan surgiendo más espacios de trabajo para profesionistas del área de la salud y donde nosotros, como pacientes tengamos una atención más adecuada. En este sentido necesitamos capacitar a nuestro personal médico de diferentes niveles para poder realizar diagnósticos oportunos e intervenciones efectivas que garanticen tratamientos adecuados para asegurar nuestra buena calidad de vida. 

Necesitamos la garantía de los insumos para el manejo de la diabetes Tipo 1, incluyendo medidores de glucosa con tiras reactivas, lancetas, jeringas y microinfusoras.

Educación jurídica

Hablamos con mucha frecuencia sobre la educación en diabetes pero esta tendría que incluir también educación jurídica. De esta forma el paciente y sus familiares tendrían  el conocimiento suficiente para actuar ante la violación de sus derechos humanos. Tristemente, muchas de estas violaciones no son atendidas. Tenemos que enseñar a quienes viven con diabetes sobre las instituciones a las que pueden acudir, qué órganos jurisdiccionales son competentes para intervenir en caso de violación de éstos derechos, qué recursos se pueden interponer, qué autoridades están obligados a cumplir para garantizar sus derechos y la forma en que dichas autoridades deberán de gestionar tanto a nivel nacional, como internacional la ayuda humanitaria para no desproteger a el sector vulnerable de  quienes viven con diabetes tipo 1. 

La motivación y mi participación en el movimiento

Mi decisión de unirme a este movimiento, ha sido bajo la certeza de que trabajando  juntos en equipo, se pueden lograr cambios positivos y trascendentales en la sociedad mexicana, aportando para un sector vulnerable como lo son niños, jóvenes y adultos con diabetes Tipo 1 quienes siguen teniendo  en la actualidad serios problemas para cubrir las necesidades de su tratamiento. La idea primordial es tratar de sumar día con día esfuerzos desde el conocimiento que se pueda aportar, la información que podamos llevarle a quienes están a nuestro alrededor para que conozcan y podamos ir erradicando la falta de información e ignorancia sobre nuestra condición de vida. 

Me he integrado al movimiento, porque en cada uno de nuestros Estados de la República coincidimos en las mismas problemáticas por  falta de insumos, una atención médica deficiente, falta de información y educación y la falta de un registro nacional. Al final, nosotros somos partícipes de éste movimiento, estamos listos para luchar y entregarnos para que las futuras generaciones no sufran las múltiples deficiencias de un sistema sanitario deficiente. Haremos, juntos que la sociedad  se dé cuenta y tome conciencia de lo que está pasando con este sector de la población. 

Mi lista de deseos

Espero que en México, haya una mayor comprensión sobre esta condición. Que el Estado Mexicano la conozca, que las instituciones de salud y la sociedad volteen a vernos, que se garanticen todos los derechos humanos a la salud, inherentes a personas con diabetes Tipo I, y resguardando su derecho a la vida.

Necesitamos, que quienes cuentan con ésta condición sean considerados sujetos que contribuyen a su nación como cualquier otra persona . Necesitamos un México solidario, responsable, incluyente y garante de derechos humanos, que invierta más en la salud y la educación, dejando de restar presupuesto a éstos rubros tan importantes estableciendo los mecanismos para no disminuir su presupuesto e incluir a los que se ocupa sean atendidos para mejorar su calidad de vida. La salud debe dejar de considerarse una bendición esperada y debe ser concebida como un derecho humano por el que todos habremos de luchar.

Ayúdanos, súmate y trabaja en abogacía

Puedes ayudarnos en la suma de tus esfuerzos a través del Movimiento por Una Sola Voz,  difundiendo y compartiendo las publicaciones, aportando ideas, haciendo sugerencias, siguiendo de cerca sus actividades así como comunicarlo con nuestras familias, amigos y conocidos. Quizá tu mensaje llegue lejos y también ayudes cuando menos lo esperes.

 

ESCRITO POR Sandra Guadalupe López González, PUBLICADO 07/15/19, UPDATED 07/15/19

Sandra nació en la ciudad de Morelia Michoacán el día 30 de enero de 1992 y fue diagnosticada con diabetes Tipo I en enero de 1995 a la edad de tres años. Ella ha conocido todo tipo de circunstancias comenzando por la carencia económica para adquirir los medicamentos indispensables, la falta de educación integral para el paciente, negligencias y omisiones médicas, la inexistente preocupación de las autoridades para con las familias que tienen a un niño con diabetes Tipo I, pero también la valiosa experiencia de conocer a personas quienes si les interesa.