Poner Límites, un Gesto de Amor hacia uno Mismo y hacia los Demás


 2022-02-01

“En realidad, nunca pensé que nos íbamos a contagiar”, fueron las palabras de mi esposa cuando llegó esta mañana a casa con un diagnóstico positivo de coronavirus. Había indicado que en su burbuja familiar vivía yo, con diabetes tipo 1. “Considerense ambas con coronavirus positivo”. Lidia explicó que mis valores de glucosa (azúcar) en sangre estaban más rebeldes y altos de lo que era común en mí, a lo que los profesionales sanitarios asintieron, diciendo que era común durante COVID. Nos sugirieron que tomásemos paracetamol y procediéramos a realizar el aislamiento.

“A mí no me va a pasar”

Esta situación, esta incredulidad, este creer que no le va a tocar a uno no es nuevo. He visto estas reacciones y este sentimiento es común en muchas personas que por primera vez se enteran que son diagnosticadas con diabetes tipo 1. “No puede ser”. Pero al final sí puede ser, y cuanto antes lo aceptes mejor empezarás a vivir.

Otro escenario que he podido vivir con esta sensación de que a uno no le iba a pasar es el de las complicaciones de la diabetes. Viviendo con diabetes desde el año 1992, las complicaciones eran una amenaza omnipresente que si bien siempre temida, era patrimonio “de otros”. No de uno. Pero también llegó el día de la abrupta bofetada de la realidad cuando recibí mi diagnóstico de retinopatía diabética no proliferativa en fase avanzada. Desde entonces, traté de cuidarme lo más posible para detener el avance de esta complicación progresiva y degenerativa.

Si bien no fue hasta 2016 gracias al primer sistema de monitoreo continuo de glucosa y a ser candidata para microinfusora de insulina en 2017, todo ello unido con nuevos conocimientos en educación diabetológica, que pude reducir mi hemoglobina glucosilada a niveles adecuados y comenzar a vivir una vida nueva, con diabetes, pero “saludable”.

Aún hoy me sorprendo de lo que pude lograr en hiperglucemia crónica, incluyendo terminar una exigente carrera universitaria, la Licenciatura en Derecho. Me llevo muchos aprendizajes, mucha empatía para los que hoy están luchando la lucha que yo atravesé, mucha comprensión, mucha humildad y sobre todo la certeza de que “no soy invulnerable”.

La Importancia de Saber poner Límites

Hoy, me gustaría compartir con ustedes algunas reflexiones. En primer lugar, al pensar en la posible causa del contagio, no me deja de venir a la cabeza el haber pasado un tiempo mayor a 15 minutos con una persona que no usaba correctamente el barbijo o facemask. 

Y si bien es imposible determinar de dónde se puede contagiar uno cuando todo alrededor es un hervidero de COVID y se siente como una bomba de tiempo, pienso que reflexionar sobre la importancia de ser más inflexible a la hora de establecer límites puede ahorrarnos más de un disgusto, aplicándose esto a todos los factores de nuestra vida.

Cuando llegamos, la persona en cuestión no llevaba barbijo y sabíamos que había estado contagiada. Le acerqué un barbijo a lo que me dijo “no no, por favor, ahora mismo me pongo el mío”. Y sí, se lo puso, pero sin cubrir la nariz.

Imagínense la situación, pese a estar en un espacio cerrado, nosotras teníamos barbijos y había ventilación, además de estar puertas y ventanas abiertas ¿y si la otra persona no podía respirar bien? Además, ya se había puesto barbijo a nuestro requerimiento.

Establecer Límites Cuando sea Necesario

No hay duda de que establecer límites es complejo pero necesario. En estos tiempos más. Es una lección aprendida. Uno a veces teme ser incorrecto o importunar sin darse cuenta de que las consecuencias de no hacerlo pueden ser aún peores. Otra cuestión que muchos aborrecen es ser tachados de “exagerados” o “paranoicos”. 

La situación es compleja a nivel mundial, es nuestra primera pandemia. Estamos viviendo una situación inédita, en la que llevamos desde el año 2020, ya hace más de dos años. El agotamiento se hace sentir. El miedo fue evidente en una primera etapa de la pandemia, y agradezco profundamente el haber llegado a este punto con dos dosis de vacuna y una mutación (Omicron) que afecta más las vías aéreas superiores y no compromete tanto los pulmones, por lo que es supuestamente más leve.

En este contexto, muchos aún no respetan las medidas de seguridad o no se aíslan para cuidar a otras personas, al suponer su contagio sólo un “resfriado fuerte” para ellos, siguen haciendo vida normal pero ¿no es ésta una visión egoísta? Lo es si consideramos que se puede contagiar a una persona que requiera hospitalización o pueda cursar con compromiso de vida. 

Creo que muchos aún no se dan cuenta de esto, por ello es nuestro trabajo aprender a poner límites. En mi caso, pese a hacerlo no fue suficiente y si hay que parecer “exagerados”, es mejor eso que la visita del COVID-19 cuyos efectos a largo plazo aún están por descubrirse ¿no creen?

Y como la experiencia es una maestra dura pero que enseña muy bien, les comparto estas sugerencias, por si se ven en una situación similar.

  1. Tener claro el nivel de riesgo: En primer lugar, concienciarse de la gravedad de la pandemia y salir de casa ya con la idea de que una situación así se nos puede presentar: que no nos “pille” de sorpresa. Tener claro el nivel de riesgo de la enfermedad para nuestra salud y la de nuestros seres amados con diabetes tipo 1 u otras condiciones.
  2. Expresar nuestra necesidad: Si alguien no respeta la distancia de seguridad o desea hablar sin barbijo, (o con el barbijo mal colocado), resaltarlo inmediatamente y retirarse del lugar si no cesa en esta actitud. “No pasa nada” “qué paranoico” “exagerado” “si yo no veo a nadie” no son excusas válidas. Es vergonzoso que las personas utilicen estas excusas. Creo que si lo hacen es por ignorancia, o negación. Ser inflexible. No es agradable, pero el COVID lo es menos. También brindar lo mismo al otro. 
  3. Aplicar nuestros límites: Hacerlo nos va a servir también en nuestra vida personal. A veces toleramos situaciones incómodas o con las que no estamos a gusto para no desentonar, por seguir el ejemplo de lo que hace nuestro entorno y mantener un perfil bajo. Error.

Espero que encuentres útil esta reflexión. Cuídate mucho, bebe mucha agua, mantén tu actividad en la medida de lo posible, sigue disfrutando de tus hobbies y de tu familia. 

No te pierdas los geniales artículos que se publican en Beyond Type 1 y pon límites lindos, claros y estrictos. Es un gesto de amor hacia uno mismo y hacia los demás.

 

ESCRITO POR Lucía Feito Allonca de Amato, PUBLICADO 02/01/22, UPDATED 04/13/22

Lucy lleva 30 años viviendo con diabetes Tipo 1, tiene doble nacionalidad Española y Argentina y es Licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo. Forma parte activa de la comunidad en línea de diabetes, temática en la cual se mantiene permanentemente actualizada. También es paciente experto en enfermedades crónicas cardio-metabólicas por la Universidad Rey Juan Carlos y activista por los derechos de las personas del colectivo LGBTQ+.