Salud Mental e Insuficiencia Renal Crónica


 2022-05-16

Ser diagnosticado con alguna complicación relacionada con la diabetes implica un gran impacto emocional. Es por eso que el equipo de Beyond Type 1 se acercó a un experto para platicar sobre el tema y conocer estrategias para cuidar nuestra salud emocional si vivimos con insuficiencia renal crónica (IRC). 

Paulina Gámez es licenciada en Psicología por el Tecnológico de Monterrey. Es especialista en psicoalimentación, terapia cognitivo conductual, neuropsicología y psicología positiva. Actualmente, se enfoca en terapia integrativa hacia personas que viven con diabetes desde el cuidado de la salud física y mental desde Diabesmart, una clínica especializada en el tratamiento con este enfoque para personas quienes viven con diabetes. Lee aquí los consejos que tiene para nosotros.

BT1: ¿Cuáles son los problemas de salud emocional más frecuentes cuando se recibe el diagnóstico de enfermedad renal?

Paulina Gámez: Cuando se recibe el diagnóstico de enfermedad renal, en realidad se comienza un duelo. Y es un duelo, porque finalmente nos estamos enfrentando a la pérdida de la salud y de un estilo y calidad de vida a los cuales estábamos habituados. Un diagnóstico así siempre implicará cambios en nuestra vida como la conocemos aún viviendo con diabetes. Esto nos lleva a una etapa de adaptación, no es fácil, pues en cualquier caso, el cambio genera caos y estrés. El factor diferencial es cómo se maneja y se transita este duelo y estos cambios, pues si no tenemos las herramientas y recursos necesarios para afrontarlos de manera saludable, llegaremos a experimentar problemas de salud emocional como depresión, ansiedad, estrés y burnout.

¿Cuál es el impacto de las complicaciones de la diabetes en nuestra salud emocional?

Uno de los impactos más visibles de las complicaciones de la diabetes en nuestra salud mental es esta sensación de remordimiento, impotencia y frustración, pues cuando se presentan no se pueden revertir e inmediatamente recurrimos a buscar culpables ya sea en nosotros mismos, nuestra red de apoyo o hacia las circunstancias y actores ajenos a la enfermedad.

Nuestra salud emocional se ve impactada cuando lejos de tomar el control sobre las cosas, hábitos o acciones sobre las cuáles sí podemos actuar, nos estancamos en lo que no podemos controlar o revertir.  Esto puede llevarnos a un burnout físico y emocional, pues cuando hablamos de complicación, inconscientemente nos llega la idea de que la diabetes va ganando o ya nos ganó, cuando en realidad aún viviendo con complicaciones podemos vivir con calidad de vida por mucho tiempo y más si se tiene un cuidado adecuado de la salud.

¿Y durante el curso o empeoramiento de la complicación? ¿Cuáles son las estrategias más exitosas para mantener una buena salud emocional? 

En primer lugar, el fortalecimiento de la red de apoyo de la persona, desde el núcleo familiar o miembros que viven en la casa, hasta amigos, colegas y pareja. Otra estrategia más exitosa es poder trabajar con terapia psicológica orientada a la elaboración del duelo para llegar a la aceptación de la nueva condición, idealmente acompañado con un profesional de la salud mental. Y creo que en este punto es muy importante hablar de, ¿Cómo me estoy hablando a mí mismo (a)? ¿Qué creencias tengo de mí? ¿Qué palabras me estoy diciendo respecto a mi tratamiento o complicación? … Por lo que considero que otra estrategia importante es tener una terapia orientada al autoestima y autoconcepto.

¿Cómo puede el entorno (familia, amigos) apoyar a la persona recién diagnosticada con enfermedad renal? 

Lo más importante es no perder de vista a la persona… suena muy obvio pero en realidad cuando vivimos con cualquier enfermedad o padecimiento englobamos a la persona totalmente en ello, perdemos de vista su individualidad y esencia como persona y nos enfocamos generalmente en su tratamiento, lo que debe, o no debe o puede hacer, su cuidado, etc. Nos olvidamos quién es en verdad esa persona a quien estoy apoyando; para ello podemos procurar hablar y convivir de cuestiones ajenas a la enfermedad. Y para lograr esto, podemos empezar por escuchar a la persona, preguntándole lo que le gustaría o no respecto a su tratamiento, prestando atención y abriéndonos a sus emociones y entendiendo que es él o ella quien tiene el control y poder de sus acciones y decisiones.

Otra manera de apoyar es empapándose de información confiable, acompañando a citas médicas y haciendo las preguntas necesarias hasta disipar nuestras dudas. Al tener conocimiento de la enfermedad, tratamiento y necesidades de nuestra persona, podremos darle un mejor apoyo.

Finalmente, una manera muy simple y práctica de ser de ayuda para una persona con IRC es adecuando el ambiente físico en el que se desenvuelve para poder hacer más cómoda su estadía en casa, oficina, etc.  

¿Existe riesgo de depresión al cursar IRC? ¿Puede afectar a la gestión diaria de la diabetes? ¿Cómo? 

Sí, existe un riesgo alto de depresión en una persona con IRC. Y de hecho, este diagnóstico debe ser realizado por un especialista que pueda separar los síntomas físicos relacionados con la enfermedad que en ocasiones se pueden confundir con síntomas físicos de la depresión. Por ejemplo, la falta de apetito, sensación de malestar general y fatiga, dolor de cabeza y pérdida de peso. Afecta el manejo de la diabetes pues cuando tenemos depresión nuestro estado físico y emocional se ve deteriorado, por lo que será muy difícil ser capaces de tener una buena adherencia al tratamiento.

¿Qué consejos podríamos seguir para conservar una buena salud mental al diagnóstico de IRC o durante su evolución?

Lo que yo considero más importante es…

  •     Estar acompañado en todo el proceso por un profesional de salud mental, no es necesario atravesar por todo nosotros solos.
  •   No tener miedo de estar en contacto con nuestras emociones. Tenemos la creencia errónea de que si nos permitimos sentirnos tristes un poquito, nos vamos a dejar ir y vamos a deprimirnos… esto no es verdad, al contrario, estar en contacto conscientemente con nuestras emociones, nos lleva a una buena liberación emocional  y por lo tanto a la prevención de comorbilidades emocionales como ansiedad y depresión
  • Tener una rutina de autocuidado: alimentación, higiene del sueño, tener movimiento físico en el día, periodos de descanso social y emocional, reconocer logros y tener estrategias de liberación emocional (por ejemplo, bailar, escribir, gritar, llorar, etc.)
  •     Trabajar con la relación que tenemos con la comida. Tomando en cuenta que al alimentarnos no solamente estamos nutriéndonos físicamente sino también de manera emocional, es necesario entender la nueva relación con la comida al presentar IRC para así poderle hacer frente a nuestra realidad y no perder una sana relación con nuestros alimentos.

¿Cuál es el principal desafío a superar al a vivir con varias condiciones crónicas de salud?

Desde mi perspectiva, el principal desafío sería no perder y mantener una sana relación con nuestro propio cuerpo y nuestra salud. Las condiciones crónicas de salud nos hacen sentirnos vulnerables 24/7, porque a la “enfermedad” la relacionamos con “menos salud” y “menos salud” la relacionamos con “debilidad, fragilidad o vulnerabilidad” y es un discurso que lejos de acercarnos a mantener una buena calidad de vida y empoderarnos dentro de la condición, en realidad nos hacen sentir mucho miedo, incertidumbre y desconfianza hacia nuestro tratamiento sea cual sea.

¿Existe algún tipo de terapia más efectiva que otra para cuidar de la salud emocional cuando se vive con IRC?

Uno de los enfoques de terapia más exitosos en estos casos es la terapia cognitivo conductual acompañada de terapia de aceptación y compromiso. Con este enfoque se trabaja en reconocer y aceptar la realidad que vive la persona, identificando los recursos internos con los que cuenta para hacerle frente a las situaciones actuales de su vida y tener estrategias de afrontamiento adecuadas. Aunado a esto, se trabaja desde la terapia cognitivo conductual para identificar creencias, experiencias y valores que nos llevan pensar y comportarnos o conducirnos de cierta manera. 

Otro enfoque con el que es posible trabajar herramientas efectivas cuando se vive con IRC es el Mindfulness o atención plena en el cual nos enfocamos en el presente sin juzgar, únicamente observando para ser más conscientes de la realidad. En este enfoque se trabaja mucho con sensaciones corporales, estímulos que vienen de nuestros sentidos y escuchando lo que el cuerpo tiene que decirnos.

¿Crees que el afectado por IRC secundaria a la diabetes ha de lidiar adicionalmente con algún tipo de estigma social?

Vivir con diabetes, lamentablemente sigue siendo un estigma social; y por lo tanto sus complicaciones, incluyendo IRC. Además, la falta de información y conocimiento acerca de IRC, coloca a la persona en un lugar vulnerable para sus relaciones, ya que es utilizado como ejemplo: “yo no quiero terminar como él/ella”. Son palabras que usan familiares o conocidos en las consultas, refiriéndose a alguna persona cercana que conocen con esta complicación.

La enfermedad, social y culturalmente a lo largo de los años, se ha considerado como una debilidad o signo de fragilidad. Actualmente, existen muchas campañas en pro de erradicar este estigma y han funcionado muy bien. Sólo que aún queda mucho camino por recorrer culturalmente hablando.

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ESCRITO POR Karime Moncada, PUBLICADO 05/16/22, UPDATED 06/08/22

Karime vive con diabetes tipo 1 desde 2010. Es licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas y mamá de un maravilloso ser humano y de dos hijas perrunas. Es creadora del blog, el podcast y la comunidad virtual Sin dos de Azúcar. Su diabetes la ha llevado a informarse y reconocerse. Cree firmemente en que las experiencias de las personas nos nutren y enriquecen, es por eso que comenzó a escribir su historia.