Una llamada de atención (diabetes gestacional)


 2016-08-05

Durante mi semana 27 de embarazo, tuve una revelación (no deseada): estar en forma no significa ser saludable.

No lo pensé dos veces antes de tomar la prueba de tolerancia a la glucosa que me hicieron en mi segundo trimestre. Yo era delgada y joven, hago ejercicio con regularidad y no tenía antecedentes familiares de diabetes. Así que cuando mi doctor me llamó con un diagnóstico de diabetes gestacional, mis emociones se dispararon por la sorpresa, el terror por mi bebé y la ansiedad por lo que esto significaría para mi futuro. No tenía sentido y no parecía justo. Ya había experimentado hiperemesis gravídica, “náuseas matutinas” severas, que se hizo famosa por la princesa Kate, y también sangrado debido a Placenta previa (la placenta muy baja), y sentí como si mi mundo se derrumbaba a mi alrededor. ¿Cómo era posible que todo esto saliera tan mal en un embarazo?

Después de hablar con mi médico, cometí el error fatal de hacer búsquedas en Google y en lugar de centrarme en el tratamiento y el control, me centré en los riesgos. Estos riesgos incluyen la diabetes tipo 2 después del embarazo; una mayor probabilidad de que el bebé sufra muerte intrauterina o que desarrolle diabetes Tipo 1; un bebé grande que complicaría el trabajo de parto.

Varias noches sin dormir y días llenos de ansiedad más tarde, me reuní con un nutricionista para discutir mi plan dietético. Empecé a comprobar mis niveles de azúcar en la sangre 4 veces al día (una vez después de despertar y una hora después de cada comida), a mantener un diario de alimentos y a leer sobre la vida con la diabetes. Comprendí rápidamente que el mayor riesgo de la diabetes gestacional es no controlar activamente los azúcares. Esto me dio poder. Pude controlar mi cuerpo por medio de comer bien y encontrar conexiones entre mi comida y mis niveles de glucosa después de comer, ajustándolos según fuera necesario. Me obsesioné con mis “puntajes” y me motivava cuando eran particularmente buenos. Mi padre, un cirujano de la retina que trata a personas con diabetes por degeneración macular, me animó: “Casey, ¡esta enfermedad fue hecha para una persona obsesiva por el control como tú!”

Tuve la suerte de que mis niveles de ayuno fueron siempre bajos y pude regular mis niveles de glucosa sin necesidad de inyectarme insulina. Más adelante, cuando estuve hospitalizada después de mi placenta previa y me enviaron a reposar en cama, puse la diabetes en perspectiva. Aunque era algo serio y que exigía mucha atención, era, a diferencia de la placenta previa, algo que podía controlar. Sin embargo, yo estaba sorprendida de que durante mi estancia en el hospital las enfermeras me decían que comiera sustitutos sin azúcar como ketchup o mermelada con Splenda o incluso muffins “bajos en carbohidratos”, en lugar de centrarme en la reducción de la adicción de mi cuerpo por todas las cosas dulces. En su lugar, decidí limitar los dulces a moderadas porciones de frutas y carbohidratos a granos enteros y verduras.

DSC_2955-472x660Mi yogur griego sabía mejor con sólo fruta, en lugar de que nadara en miel. Los panes integrales son más sabrosos y satisfacen mejor que el pan blanco. Me convertí en un apasionada por las comidas reales y por cocinar comidas que no solo fueran sabrosas sino que me hicieran sentir muy bien. Empecé a hacer un blog con mis recetas (pinkbrandywine.tumblr.com), dedicada a la idea de que la comida de mejor sabor también era lo mejor para mi cuerpo. Mi tolerancia al azúcar se redujo drásticamente.

Después de dar a luz a un hermoso niño sano, mi actitud hacia la comida y la salud se alteró irrevocablemente. He limpiado la casa del azúcar y los carbohidratos refinados o procesados. El ejercicio continúa siendo una parte muy importante de mi vida, con la importancia añadida del manejo de la glucosa. Mi nuevo hijo se benefició (igual que mi esposo) a partir de estos cambios y todos estamos más saludable por eso.

Cuando quedé embarazada de nuevo el año pasado, sabía que probablemente tendría diabetes gestacional de nuevo. Pero no me asustó como la primera vez. Tenía confianza en mi dieta y sabía que mi bebé sería saludable. Cuando mis amigas vienen conmigo ahora con un diagnóstico de diabetes gestacional, nerviosas y asustadas, les digo la verdad: esta es una importante llamada de atención. Ya no se puede pensar que eres saludable solo por el peso, sino que debes empezar a darle honor a tu cuerpo como nunca lo pensaste hacer antes. Va a ser más saludable para tu cuerpo. Y, lo más importante, también lo será para tu bebé

Nota del editor: del blog Pink Brandywine prueba la “ligera y saludable boloñesa con fideos de calabacín”, es deliciosa.


Para obtener más información acerca de la diabetes gestacional, visita nuestro resumen AQUÍ

ESCRITO POR CASEY TUNGUZ, PUBLICADO 08/05/16, UPDATED 03/16/22

Casey trabaja en Google, dirigiendo el programa Ad Grants que ayuda a miles de organizaciones sin fines de lucro en 50 países. Ella es madre de dos niños y es una yogui, cocinera, bloguera de comida y francófila ávida. Ella aprendió acerca de la DM1 a través de amigos, e inmediatamente quiso involucrarse. Su compromiso con llevar una vida sana se cataliza por su diagnóstico de la diabetes gestacional, y administrar los azúcares y aprender más sobre la diabetes se ha convertido en un tema de todos los días y la pasión en su vida.