Ver los síntomas + Aprender a vivir al máximo con DT1


 2020-07-24

Nota del editor: Las señales de advertencia tempranas de la diabetes tipo 1 incluyen: sed excesiva, micción frecuente, pérdida de peso inexplicable y agotamiento. Busque atención médica inmediata si usted o alguien que ama tiene estos síntomas. Comparte este gráfico para ayudar a crear conciencia.

Para obtener más información sobre las señales de advertencia de la diabetes tipo 1, CAD y ayudar a correr la voz para salvar vidas, consulte nuestra campaña de CAD.

 

Parece que la mayoría de las historias de las personas con diabetes tipo 1 tienen comienzos similares. Una sensación abrumadora de fatiga, pérdida de peso intensa y repentina, una sed insaciable y viajes extraordinariamente frecuentes al baño. El comienzo de su nueva vida.

Mi nueva vida siguió un camino casi idéntico.

Mi nombre es Eoin Costelloe. Soy de Dublín, Irlanda, y me diagnosticaron diabetes tipo 1 a la edad de 19 años. Como la mayoría de los chicos de 19 años que son “deportistas” y están en forma, no sabía casi nada acerca de la diabetes, y mucho menos pensé en que yo mismo sería diagnosticado.

La mayor parte de la “educación” que había recibido sobre la diabetes consistía en escenas de películas o programas de televisión. Todos hemos visto la representación estereotípica de una persona con diabetes: el personaje con sobrepeso, con mala salud y que no está en forma. El mensaje parecía ser que un diagnóstico de diabetes era el resultado de consumir “demasiada azúcar” y una grave falta de ejercicio. Algo de lo que nunca tendría que preocuparme.

Que ingénuo.

Mi diagnóstico

En el apogeo de la temporada de vacaciones de 2012, aprovechaba al máximo mi tiempo libre de la escuela. Comía fuera de casa, iba a bares con amigos (es legal a los 18 años en Irlanda) y pasaba tiempo con mi familia. ¡Era grandioso! Lo único que me preocupaba era la cuenta regresiva de días hasta que tuviera que regresar a la escuela.

Pareció suceder casi de la noche a la mañana. Empecé a tener sed excesiva. Inicialmente pensé que se debía a la deshidratación como resultado de un par de cervezas la noche anterior. Pero no lograba satisfacer mi sed. Me paraba junto al lavabo, bebiendo vaso, tras vaso, tras vaso de agua. Sentía como si no estuviera bebiendo nada en absoluto.

Mi cuerpo estaba cansado. No es el tipo de cansancio en el que digo “me voy a acostar y mirar una película”. Era diferente. Era un cansancio que nunca supe que existía. Era como si todo mi cuerpo se estuviera apagando, como si tuviera una roca en la espalda.

A lo largo de mi vida siempre he sido muy activo. He jugado casi todos los deportes que se te ocurran: fútbol, ​​rugby, natación, baloncesto, boxeo, kickboxing, etc. Naturalmente, soy de figura delgada, pero me había fortalecido un poco haciendo ejercicio en el gimnasio. Le daba prioridad a mi salud y quería mantenerme en forma de manera constante.

Durante esas vacaciones, me topé con una amiga que no había visto en mucho tiempo. Apenas nos habíamos saludado cuando ella, casi alarmantemente, me soltó el hecho de que me veía muy diferente. No entendí muy bien a qué se refería, así que le pedí que me explicara. Me respondió: “No sé, solo te ves diferente”. En retrospectiva, está claro que había notado mi repentina pérdida de peso, pero tal vez no me lo quería decir directamente. Puede ser que haya pensado que me ofendería.

Perdí 25 libras en aproximadamente 2 semanas.

Como me veía a mí mismo todos los días, no noté la pérdida de peso tanto como cabría esperar. Aun así, constantemente bebía agua, corría al baño y me quedaba dormido en casi cualquier lugar donde me sentara. Mi yo despreocupado de 19 años no escuchó las alarmas. Pensé que estaba “bieeeeen” y simplemente cansado por estar fuera hasta tarde. Mis padres, por otro lado, habían estado preocupados silenciosamente.

Me sugirieron de cierta manera que fuera al médico de la familia inmediatamente para que me hiciera un análisis de sangre. Esta fue una instrucción urgente, sin hacerla sonar demasiado urgente, para no preocuparme demasiado. Una vez más, sin preocuparme demasiado, fui a hacerme un análisis de sangre. En mi opinión, era solo algo para ayudar a tranquilizar a mis padres de que estaba bien. Claro… ¿qué podría salir mal cuando tienes 19 años?

Un par de días después me despertó una llamada telefónica del médico.

“¿Hablo con Eoin?”

“Sí.”

Luego el médico me dijo: “Tienes diabetes y es necesario que vayas al hospital lo antes posible”.

Casi ni escuché lo que dijo. Sentía como si todavía estuviera soñando. ¿Cómo podría yo, un chico de 19 años, que estaba constantemente activo, practicando deporte y comiendo bien, tener diabetes?

Colgué el teléfono, fui a la habitación de mis padres y compartí la noticia. No sabían cómo reaccionar; estaban aún más conmocionados que yo. Les expliqué que el médico había enfatizado la importancia de ir urgentemente al hospital. Fuimos y, a los pocos minutos de llegar a la unidad, me pusieron un goteo intravenoso y me informaron sobre lo que estaba por venir. El comienzo de mi nueva vida.

El equipo de diabetes me explicó que mi lectura de azúcar en la sangre en ese momento era de 684 (bien podría haber estado hablando un idioma diferente. No tenía idea de lo que significaban esos números). Luego, para ayudar a ponerlo en contexto, me informó que estaba a menos de 48 horas de un coma.

Estoy seguro de que, como la mayoría de las personas con diabetes cuando las acaban de diagnosticar, mis próximos días estuvieron llenos de pensamientos inciertos y confusos. ¿Qué significa esto? ¿Qué hice para causarlo? ¿Podría haberlo evitado? ¿Mi vida volverá a la normalidad algún día? Afortunadamente para el oscuro sentido del humor que compartimos con mis dos hermanos mayores, ambos llegaron al hospital con bolsas de dulces y botellas de cola. ¡Eso sin duda hizo que las cosas parecieran menos serias!

Mi vida había cambiado. Mi vida nunca volvería a ser la misma.

Vivir más allá

He tenido diabetes tipo 1 durante 8 años. De una manera extraña, es una de las mejores cosas que me han pasado. Sé que es una declaración audaz, así que tendrás que dejarme explicarte. Tener diabetes me ha dado un enfoque increíble en la vida. Sin ella, no estaría haciendo las cosas que estoy haciendo y no habría conocido a muchos de los amigos que he hecho. No estaría en el negocio en el que estoy y no hablaría con personas de todo el mundo todos los días. No sería tan fuerte, tan disciplinado ni sabría en qué dirección voy. ¡Ni siquiera estaría escribiendo este artículo en este momento! He aprendido mucho sobre mí mismo por esta condición médica. Me he vuelto más fuerte y definitivamente más motivado. Si se me diera la oportunidad de regresar en el tiempo y que nunca me diagnosticaran, no la tomaría. Lo que inicialmente parecía ser algo muy negativo se ha transformado en algo muy positivo.

Debido a la diabetes, he creado mi propia plataforma donde puedo compartir mis ideas y hablar con miles de personas con diabetes todos los días. Estoy en contacto con personas que han tenido diabetes por mucho tiempo y con personas que han sido diagnosticados recientemente. Los contactos son honestos, reales y a veces profundamente conmovedores. Publicando mis pensamientos, mis consejos, mis experiencia y simples hechos cotidianos como persona con diabetes, establecí una sólida reputación dentro de la comunidad de diabetes y fui nombrado el “Influyente masculino de fitness con diabetes del año” en la inauguración de los “Diabetes Awards” en Hollywood, California el pasado octubre.

Esta situación potencialmente negativa se ha convertido en uno de los aspectos más positivos de mi vida. Desde el momento en que salí del hospital después de mi diagnóstico, supe que las cosas siempre iban a ser diferentes, pero no iba a dejar que fueran diferentes de manera negativa.

Recuerdo navegar por las redes sociales y ver a las personas publicar sobre todo y cualquier cosa. Gente blogueando sobre zapatos, autos, fitness, maquillaje. Cualquier cosa que pudieras pensar. Sabía que necesitaba compartir mis experiencias, mis pensamientos, mis preocupaciones y temores en torno a la afección. No solo a otras personas con diabetes, sino a cualquiera que estuviera dispuesto a escuchar. La diabetes es una de las enfermedades más comunes, pero la persona promedio sabe muy poco al respecto. Quería intentar de alguna manera cambiar estos puntos de vista y opiniones estereotipados y mal informados sobre la diabetes. Así fue como me involucré en la comunidad.

No tienes control sobre tu diagnóstico de diabetes tipo 1. La tienes o no la tienes. Solo es mala suerte. Pero creo que una de las mejores habilidades que puedes aprender es la capacidad de convertir lo negativo en positivo. Siempre me han dicho: “No puedes controlar todo lo que te sucede en la vida, pero puedes controlar cómo reaccionas y respondes a cualquier cosa que la vida te arroje”.

Escucha a Eoin hablar más sobre su diagnóstico (y practica tu inglés al mismo tiempo)  + conoce sobre su inicio en el viaje que representa para él la DT1

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Lee otra historia inspiradora de otro de los miembros de nuestra comunidad  + entrenadora personal Janae Gray – <a href=”https://beyondtype1.org/finding-myself-again/”>Encontrarme otra vez</a>.

ESCRITO POR Eoin Costelloe, PUBLICADO 07/24/20, UPDATED 01/09/23

Eoin Costelloe es de Dublín, Irlanda. Fue diagnosticado con diabetes tipo 1 a la edad de 19 años y siempre ha estado muy involucrado en el deporte y el estado físico y nunca quiso dejar que la diabetes le impidiera hacer nada. Siempre se ha centrado en lo positivo de cualquier situación, y debido a esto, se involucró más en el entrenamiento físico después de ser diagnosticado.