VIENDO MI DIABETES TIPO 1 COMO UN MARATÓN


 2018-03-29

 

Como he contado en otras ocasiones, nací y crecí en Costa Rica en una familia amante del ejercicio, mi papá es maratonista, mi hermano mayor es ciclista de primera y mis hermanas son excelentes corredoras.

Durante toda mi niñez, mis herman@s y yo fuimos niños sumamente activos jugábamos o hacíamos, fútbol, porrismo, ballet, gimnasia, bicicleta, escondido, patines, lo que se les ocurra nosotros lo practicábamos.

De repente, de un día al otro en el cumpleaños de mi hermana mayor un 21 de marzo TODO cambió.

En aquel entonces tenía tan solo 10 años y de la “nada” fui diagnosticada con diabetes tipo 1.  Recuerdo que en aquel momento no entendía nada de lo que era esto, yo no sabía ni conocía a nadie que viviera con esta condición.

Mientras estaba en el hospital  (poco más de tres semanas), todos los días le preguntaba a mi mamá cuando podría volver a bailar ballet que en aquel entonces era lo que más practicaba, pero por alguna razón nunca obtenía una respuesta.

Después de esas 3 semanas, me permitieron volver a mi casa pero no sin antes escuchar al médico decirle a mis padres que no podía hacer ejercicio pues esto podría ser peligroso para mi salud.

 “¿Qué? ¿peligroso? ¿cómo? ¿qué está pasando?”  me preguntaba cada día después de esta noticia. Nada de esto hacía sentido para mí.

Realmente no podía entender nada de esto, ¿cómo se suponía que debía de estar quieta todo el día? Y yo lo único que quería era poder salir a jugar y hacer ballet y aparentemente, esto ya no era una posibilidad. Ni siquiera me permitían llevar a cabo mis clases de educación física y ya no podía jugar con mis hermnos o amig0s.

 ¡Estaba atrapada y yo lo detestaba!

 Después de algunos meses de vivir así, de ver cada día que mis glucemias estaban lejísimos de ser “ideales” (estaba alta todo el tiempo), empecé a desesperarme, estaba molesta todo el tiempo, triste, enojada, y sobre todo ¡cansada!  Definitivamente ya yo no era la niña que solía ser antes de mi diagnóstico y esto empezó a pesarme a mí y a toda mi familia.

De repente, un día entró mi papá al rescate. Aún puedo verlo sentándose en mi cama, diciéndome que él entendía el porqué yo estaba así de molesta , de triste y sintiéndome tan mal. Pero luego dijo “Dani, he estado pensando acerca de tu diabetes y el ejercicio y creo que deberíamos de pensar en ellos como una maratón, aunque todas las maratones son de la misma distancia, ninguna es igual a otra. Cada una demanda esfuerzo, entrenamiento, disciplina, inteligencia, positivismo, requiere que pongamos atención al cuerpo y ocupamos de un entrenador, y creo que lo mismo aplica para tu diabetes”.

A partir de esta conversación, mis papás y yo estábamos determinados a encontrar un endocrinólogo que nos permitiera entender bien esta nueva condición y que nos ayudara con el plan que teníamos de “recuperar mi vida.” Por suerte después de unas semanas de busqueda, encontramos mi nuevo médico, quien era fiel creyente de la importancia de la educación, la independencia y el apoyo y una vez que conversamos con él, también se convirtió en un fiel partidario de la metáfora de la maratón de mi papá. Él estaba de acuerdo en que si éramos cuidadosos (en especial acerca de las hipoglucemias) y disciplinados yo podría hacer lo que me dispusiera a alcanzar.

Han pasado más de dos décadas desde esa primer cita con mi doctor y hoy sigo creyendo que eso ha sido una de las mayores cosas que me han pasado, ya que esta cita me liberó de todo ese temor y ese enojo que tenía. Ya no estaba atrapada ni atascada y tenía en mis manos la posibilidad de recuperar mi vida.

En los últimos años, tal como le he comentado antes, el hiking se ha convertido en una de mis grandes pasiones, tengo la suerte de vivir en Costa Rica, un país con unas montañas maravillosas para descubrir y una de las razones por las que me encanta es que de alguna manera cada vez que estoy afuera en la montaña recuerdo la metáfora de mi papá, cada una de ellas es un reto distinto, pero con la actitud y las medidas apropiadas, tengo la oportunidad de aprender y crecer de cada una de ellas.

Hoy puedo decir que del hiking de las cosas que más valoro es cuanto este deporte me ha enseñado de mí misma, pues me ha dado la oportunidad de entender la forma en que trabaja mi cuerpo, como mi diabetes tipo 1 reacciona a distintos alimentos, distancias, alturas, dosis de insulina y mucho más. De alguna manera el hiking y todo el ejercicio que mi familia ha motivado en mí me ha permitido vivir sana después de 25 años de haber sido diagnosticada y sana no solo al respecto de mi condición pero también de mis emociones, mis relaciones, el estrés y el de mi cuerpo en general sin mencionar lo feliz que me hace.

En ocasiones, el miedo, la falta de educación, los mitos e inclusive las experiencias personales nos hacen creer que “no podemos,” si en algún momento te has sentido así, trata de pensar que NO estás destinado  a vivir atrapado en tu propio cuerpo, que por el contrario, tienes la posibilidad de escoger ir tras tus sueños y metas. Recuerda creer en ti y pelear a tu favor cada día. Si necesitas ayuda pídela pero no te des por vencido.


Este artículo fue originalmente publicado en el blog Diabética Solutions

ESCRITO POR DANIELA ROJAS JIMÉNEZ, PUBLICADO 03/29/18, UPDATED 10/26/20

Daniela es Psicóloga especialista en diabetes tipo 1, tipo 2 y demás condiciones crónicas. Ella es bloguera y activista en diabetes. Puede leerse más sobre ella y su historia en www.diabeticasolutions.net (blog). Daniela vive en Costa Rica.