Diabetes y Disciplina: Mi Lucha Diaria


 2016-12-06

 

ariel-lawrence-2Ahora, más que nunca, me siento desesperada por un cambio profundo y duradero. Después de complacer en un sinfín de libros de autoayuda y una temporada sazonada con intentos de autovalidación, estoy cansada. No son los mantras para “avivarme” ni los recordatorios amables de perdón y amor propio lo que me deja agotada, en su lugar, es mi propia basura. Estoy cansada de mí.

Aunque frecuentemente he visualizado mi mejor yo, una persona con diabetes que toma decisiones de comida saludable, ama una buena sesión de ejercicios y alcanza un A1c debajo de 7, no estoy realizada aún. Cuando reflexiono en esta brecha entre mi ser actual y el que deseo, debo admitir renuentemente que, por momentos, yo misma obstaculizo mi propio progreso.

La vida con diabetes no es una tarea fácil. Durante la mayoría de mis temporadas atentas y entusiastas, los factores diarios de estrés, las fluctuaciones hormonales, las enfermedades y lo desconocido han ocasionado estragos en el azúcar en mi sangre. Aún con estos elementos fuera de mi control, estoy consciente de que estoy viviendo por debajo de mi potencial físico y mental.  Como muchas personas en su camino hacia el bienestar integral, he iniciado y me he detenido demasiadas veces como para contarlas. He pasado días trazando mi camino hacia la ascensión mental y física. He creado horarios exhaustivos asignando horarios de comidas, ejercicio e investigación y también he escrito y releído declaraciones de visión que describen mi ser una persona con diabetes ideal. Aun así, después de una o dos semanas, o un mes de cambios de hábitos y un progreso notable, retrocedo a mis modos anteriores.

Al intentar identificar qué es lo que ha estancado mi camino hacia la salud, he notado que mi falta de disciplina ha emergido como mi mayor tropiezo. Mi tendencia de dejar pasar una oportunidad de hacer ejercicio o darle privilegio a la comida para llevar “misteriosa” por encima de comidas caseras en familia, atestiguan mi lucha interna. Me resulta difícil comprometerme a lo incómodo para alcanzar mis resultados deseados de salud. Cuando pienso en cómo puedo resolver este problema de disciplina, los siguientes puntos vienen a mi mente:

Ser constante en mi visualización de este ser más saludable.

Con lo mucho que me gusta escribir declaraciones de visión y recitar afirmaciones diariamente, debo confesar que no he hecho esto de forma constante. Hubo un período de un mes de duración en donde hablé con convicción y autoridad sobre mi vida. Declaré que tomaba decisiones de comida saludable y me comprometía a hacer actividad física diariamente.

Por un momento, estas afirmaciones proporcionaron la motivación que necesitaba para “realizar el trabajo”. Empecé a registrar datos religiosamente y pasaba las tardes corriendo en el parque. Me comunicaba con mi educador y tomaba notas sobre mi manejo diario. Pero, conforme los días se tornaron más ocupados, mis afirmaciones crecieron con menos frecuencia. Pasé de recitarlas diariamente a decirlas rápidamente cada cierto tiempo. Con el tiempo, pasaron semanas sin que yo afirmara nada. Como alguien que ha sido testigo del poder de pensamientos y declaraciones positivas, recientemente me he vuelto a comprometer con dichas afirmaciones diarias y ahora leo la declaración de mi visión por lo menos una vez a la semana. Para aumentar la viabilidad de esta tarea, me he limitado a 3 afirmaciones al día.

Deja de planificar, sólo hazlo.

Me encantaba planificar; fiestas, reuniones, mi futuro. Especialmente, me encantaba planificar mi día. Anteriormente, yo reservaba tiempo para investigar sobre la diabetes, cocinar, hacer ejercicio y llevar un diario. Incluso reservaba momentos específicos para completar estas tareas y modificaba mi horario semanalmente. Sin embargo, cuando llegaba el momento de actuar, rara vez lo ejecutaba. Ya sea por asuntos urgentes inesperados que tomaban prioridad por encima de actividades programadas con anticipación o después de crear un horario meticulosamente, simplemente perdí el interés de comprometerme. Parecía que, en la práctica de planificar, me desgastaba. No tenía deseo de levantarme temprano ni de pasar media hora investigando recetas vegetarianas. Para remediar mi inhabilidad de cumplir con un horario y para asegurar mi productividad, he decidí dejar de invertir tanto tiempo en horarios rígidos de mi día. También empecé a repensar qué era realista para poder alcanzar dentro del tiempo de un día.

Acepta la realidad que no se sentirá bien, es decir, por lo menos, no al principio.

Hubo un momento en que Youtube era mi entrenador personal. Veía videos de ejercicio cardiovascular y levantamiento de pesas o por lo menos, intentaba hacerlo. Dentro de los primeros minutos de mi sesión de ejercicios mis rodillas inestables y un pecho caliente me tenían pidiendo “tiempo”. Algunas veces, saltaba de regreso y continuaba donde había parado y otras veces, me regresaba a mi habitación sin apenas sudar. Después de quejarme con mi novio, él rápidamente me recordaba que yo necesitaba superarme. Si realmente quería un físico más tonificado, entonces tenía que estar dispuesta a empujar por encima de mi inconformidad. Aunque inicialmente lo encontré muy difícil, he notado que se vuelve fácil con el tiempo.

No permitas que la emoción disminuya tu avance.

Este verano hubo un período de tres semanas en donde religiosamente fui al parque a correr. Todos estaban impresionados, especialmente yo. Mis pantorrillas y bíceps se habían vuelto más visibles y mis rollos se estaban encogiendo en tamaño. De hecho, debido a que había progresado notablemente, empecé a sucumbir ante esa pequeña voz que me decía que merecía un día de descanso. Pronto, un día se convirtió en dos y dos, en cinco y ahí me encontraba luchando otra vez para llevar mi trasero de regreso al parque. Desde entonces he aprendido que, aunque el progreso me emocione, eso nunca me debería de frenar.

Bueno, no quiero que pienses que estas reflexiones significan mi exitosa adquisición de disciplina. Yo lucho diariamente. Aun así, mi recién encontrada conciencia me ayuda a cultivarla despacio, una realidad para vivir bien con diabetes.

 

 

ESCRITO POR ARIEL LAWRENCE, PUBLICADO 12/06/16, UPDATED 05/20/19

Ariel ha vivido con diabetes tipo 1 durante 10 años. Ella es una bloguera de la diabetes en Just a Little Suga’ (www.justalittlesuga.com), un blog personal con un amplio enfoque que busca esparcir luz en las experiencias de personas de color y comunidades marginadas afectadas por la diabetes.