EL ACTIVISMO DE NIÑOS Y EL PODER DE LAS MONEDAS SUELTAS
En noviembre de 2015, Henry y Rose Jensen (ambos de 8 años de edad) quisieron ayudar a recaudar dinero para Beyond Type 1 en su Campaña de un millón de dólares para la diabetes Tipo 1. Cada uno llevó un frasco a su escuela a fin de recolectar monedas sueltas, y la clase que más dinero recaudaba se ganaba una fiesta de pizza. La escuela primaria Friday Harbor, ubicada en la pequeña isla de San Juan, Washington, tiene una población estudiantil de tan solo 389, así que la meta de $500 provenientes de donaciones estudiantiles parecía ambiciosa.
Sin embargo, los estudiantes lograron superar esa meta; recaudaron $800 para la organización sin fines de lucro que se dedica al financiamiento de investigaciones de vanguardia y de nuevas formas de educar a las personas alrededor del mundo respecto a la enfermedad crónica de la diabetes Tipo 1. Beyond Type 1 fue fundada en febrero del año pasado por la estrella del pop Nick Jonas, el chef Sam Talbot, la filántropa Sarah Lucas y la capitalista de riesgo Juliet De Baubigny; la organización superó su meta inicial de un millón de dólares no solo al conseguir donadores importantes, sino también a través de esfuerzos comunitarios como este.
La madre de Henry y Rose, Sara Jensen, quien también es la directora creativa de Beyond Type 1, explicó lo siguiente: “A menudo se deja fuera a los niños de aquello para lo cual están recaudando dinero, pero en este caso, ellos contribuyeron de su propio dinero”. Henry, quien padece de diabetes Tipo 1, es más que el rostro de la causa: él es su compañero de clases y su amigo.
La competencia recaudó fondos y también creó conciencia sobre la enfermedad entre los estudiantes que hacían preguntas acerca de la enfermedad de Henry.
“La iniciativa de recaudación de fondos fue idea de Henry y Rose”, dijo Jensen, “y ellos tuvieron que presentársela al consejo estudiantil para que la aprobaran. Cuando Ella Raichlen (una estudiante de cuarto grado que funge como tesorera del consejo estudiantil y ayuda a contar y entregar los fondos) se enteró de que se trataba de una campaña de un millón de dólares, se sorprendió mucho. ‘¿¡Quién va a contar el millón de dólares?!’, preguntó.”
Y por supuesto fue mucho más fácil contar $800 que un millón de dólares, y con la ayuda de una máquina de monedas del Islanders Bank, los niños se sintieron súper emocionados por los resultados. Aunque la clase de Henry había ganado la competencia y la fiesta de pizza, Jensen pensó que era necesario recompensar los esfuerzos de todos los estudiantes, así que contactó a Lopez Island Creamery para darles una fiesta de helados en la escuela. “Él dijo que no nos podía hacer un descuento, pero que quería donar los 40 galones de helado para toda la escuela primaria, porque su historia había sido tan inspiradora”.
Jensen y su familia, quienes han vivido en la comunidad durante seis años, se sintieron conmovidos por las contribuciones de todos, tanto grandes como pequeñas. Hemos aprendido que los niños también pueden abogar por aquellas causas en las que creen”, dijo Jensen, “y también que prefieren el sabor de chispas de chocolate con menta y no de fresa. Quién lo diría”.
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