LA ESTRELLA DE BROADWAY TAYLOR LOUDERMAN Y SU HERMANA HABLAN SOBRE LA DIABETES TIPO 1


 2018-04-17

Mean Girls (Chicas Malas), la popular comedia para adolescentes escrita por Tina Fey en 2004 regresa y ahora está en Broadway. Quizás recuerdes la trama, donde la protagonista Cady Heron se muda de África con sus padres científicos a los suburbios de Illinois para encontrarse incluida en “The Plastics” (las plásticas), el grupo popular del bachillerato al que acude. Ella tiene mucho que aprender en la escuela pública, como la forma de lidiar con las desagradables manipulaciones de sus nuevos amigos que encarnan lo que significa ser realmente pesada.

Taylor Louderman es la principal antagonista, Regina George, la abeja reina de la crueldad vengativa y calculadora hacia sus compañeros estudiantes.

Muy versado en comedias atrevidas, Louderman también ha protagonizado Kinky Boots y Bring It On. Esta chica originaria de Missouri, de 27 años, celebró el estreno del muy esperado show con sus padres y cuatro hermanas menores que volaron especialmente para el debut del espectáculo.

Para prepararse para el papel, Louderman habló con sus hermanas gemelas Morgan y Madison sobre lo que es ser estudiante de primer año en el bachillerato en estos días. Si bien ser adolescente nunca es fácil, Madison se enfrenta a retos adicionales para controlar la afección autoinmune llamada diabetes tipo 1.

 

Beyond Type 1 tuvo la oportunidad de hablar con las hermanas sobre el difícil diagnóstico de Madison y cómo ha cambiado a su familia. Además, aprendimos lo que significa tener como hermana a alguien con diabetes tipo 1 y cómo se le puede brindar apoyo a través de las pruebas y tribulaciones de esta afección crónica.

Hace siete años, la familia fue a Los Ángeles para ver a Taylor interpretar a Margot en Legally Blonde (legalmente rubia) y Madison se quedó dormida durante la presentación. En ese momento, Madison tenía 8 años y Taylor 20. Al principio, sus padres estaban irritados con Madison, pero cuando tuvieron problemas para despertarla, sabían que algo andaba muy mal.

Madison recuerda haber ido al baño frecuentemente en el viaje de regreso a su casa y la llevaron a la sala de emergencias poco después del aterrizaje.

“Para entonces, creo que mi madre sabía lo que estaba pasando”, dice Madison. “Corre en nuestra familia. Tenemos primos que la tienen (diabetes tipo 1)”.

Cuando se les preguntó si los otros miembros de la familia habían usado TrialNet, un examen genético utilizado para evaluar el riesgo personal de los miembros de la familia de desarrollar la enfermedad, Taylor dijo que aún no lo habían hecho.

“Hemos hablado de esto”, dice Taylor, “y creo que sería una buena conversación para volver a tener”.

“Ya no vivía en la casa de mis padres”, dice Taylor, quien estaba en medio de un estreno. “Fue mi primer gran movimiento en mi carrera, así que estaba abrumada con eso. Recuerdo que mi madre trataba de ocultarlo para que no me preocupara”.

Taylor describe la difícil llamada telefónica que recibió en Los Ángeles. “Mi madre trató de mantenerse fuerte. Ella explicó que las cosas realmente iban a cambiar. Madison era joven, así que mucho peso recayó sobre mi madre al principio”. Ella agrega: “Pero fue realmente agradable que mi madre les pidiera a mis dos tías que más o menos le dieran una idea de cómo sería su nueva vida”.

Su hermana menor, Madison, dice que estaba asustada por su diagnóstico y se preguntó: “¿Qué pasa conmigo? ¿Qué está pasando? ¿Que es lo que va a pasar?”

“No sabía mucho [sobre la diabetes tipo 1] antes de esto”, dice Taylor. “Sabía que mis primos la tenían. Sabía que tenían que administrarse inyecciones. Sabía que sus cuerpos ya no producían insulina por sí mismos. Pero eso era todo lo que sabía. Realmente no entendía el cambio de estilo de vida que conllevaría”.

“Te sientes como impotente en momentos como ese. Me preguntaba, oh Dios mío, ¿cómo? ¿Qué puedo hacer? Estoy lejos de casa. Ella solo tiene 8 años y tiene una hermana gemela pequeña, que no va a tenerla. ¿Qué cosas puedo hacer para ayudarla? ¿Para ayudar a mi madre? ¿Para ayudar a mi familia?”.

Sin embargo, Taylor dice que investigó por su cuenta para comprender mejor la enfermedad. También participó en dos actuaciones benéficas para recaudar fondos para encontrar una cura.

“Hablar con ellos y regresar a casa tan seguido como pude”, dijo Taylor, fue otra forma en que trató de apoyar a Madison y su familia.

Ella recuerda un incidente aterrador cuando Madison estaba experimentando un nivel bajo grave.

“Madison no quería sostener la pajilla [por su jugo]”, dice Taylor, “y me sentí frustrada, y le dije: ‘¡Despierta! ¡Toma la pajilla!’ Mi madre me dijo: ‘Taylor, ella está casi inconsciente; ni siquiera sabe lo que está haciendo'”.

“Fue un momento”, dice Taylor, “donde me di cuenta de que tenía que ser un poco más compasiva porque no sabía cómo era tenerla”. Para mí, fue un punto importante en el que comprendí lo crucial que era que ella se cuidara y que todos la cuidáramos”.

Cuando se le preguntó si alguna vez experimentó momento en que otros no fueron compasivos con respecto a tener la diabetes tipo 1, Madison mencionó el Día Pi, un día de fiesta escolar en el que los estudiantes aprenden sobre 3.14 y comen pay.

“Mientras comíamos pay”, dice Madison, “la gente decía, ‘Oh, siento que ya me va a dar diabetes. Estoy comiendo demasiada azúcar'”.

Madison dice que ella les explicó que no funcionaba de esa forma. “Creo que se dieron cuenta que realmente me dolió”, dice, “pero era importante que supieran que no deberían decir eso”.

“Es tan fastidioso que haya una connotación negativa de que ‘tienes diabetes porque haces malas elecciones de estilo de vida'”, dice Taylor. “Así no es la diabetes tipo 1 y tampoco necesariamente la diabetes tipo 2″. Eso es definitivamente algo por lo que quiero trabajar: cambiar la mentalidad o la percepción sobre la diabetes. No importa cómo te da algo. Sigue siendo un obstáculo para cualquiera. Nosotros, como sociedad, necesitamos trabajar en educarnos y ser más compasivos”.

Ahora que Madison tiene 15 años, está tomando más las riendas de su propio cuidado. Ella también está jugando muchos deportes. “A veces, durante la práctica”, dice ella, “tengo que tomar un jugo, pero luego vuelvo y sigo adelante”.

Taylor dice que admira a su hermana por todo lo que hace para manejarla. “Su terquedad es un poco molesta a veces”, dice y se ríe, “pero realmente me gusta que tenga su propia opinión”. Ella es una jovencita fuerte. Y eso es aparte de tener que pincharse el dedo o tener que cambiarse el sitio de una bomba”.

“Pero tú haces cosas frente a mucha gente y actúas todas las noches”, le dice Madison. “Yo nunca podría hacer eso… y recordar todas estas líneas. Eso es muy aterrador”.

“Incluso a mi me da miedo algunas veces”, dice la hermana mayor.


Aprende más sobre TrialNet y lee La Guía de Diabetes Tipo 1 para Hermanos

ESCRITO POR MICHELLE BOISE, PUBLICADO 04/17/18, UPDATED 04/17/18

Michelle cree que una sola historia tiene la capacidad de remodelar el mundo. Michelle tiene un título de grado en literatura inglesa y español y una maestría en bellas artes en escritura de la Universidad de San Francisco. Como escritora, editora y gurú de contenido, ha trabajado tanto en revistas literarias como en plataformas de comercio electrónico. Antes de unirse al equipo Beyond Type 1, desarrolló artículos orientados para la salud en Fitbit e implementó la estrategia SEO para plataformas de comercio electrónico. Cuando no está escribiendo, puedes encontrarla pintando con acrílicos (se secan rápido).