Rocking Sneakers: una historia de deporte y diabetes Tipo 1
Mi nombre es María tengo 24 años y, este diciembre cumpliré 21 años viviendo con diabetes. Soy la mayor de 5 hermanos y una de ellas también vive con diabetes (sólo que ella debutó cuando era adolescente).
En mi día a día deporte y diabetes van unidos de la mano. La diabetes me ha enseñado que los obstáculos son en realidad motivaciones para darlo todo y el deporte me ha enseñado a ser una mujer fuerte y segura de mi misma.
En mi mini carrera deportiva, he practicado taekwondo durante cinco años, jugado al baloncesto durante ocho y he corrido, y mucho. Con 19 años completé mi primera media maratón (mis piernas ya llevan 10) y con 22 mi primera maratón.
Empecé a hacer crossfit y los hierros me enamoraron y en la actualidad he cambiado los dorsales por el magnesio y me dedico a levantar pesas muy pesadas, es decir soy powerlifter.
Tengo un récord de España en peso muerto y voy a por más (menos mal que no dan premios por motivación porque me los llevaba). Me encanta lo que hago y quiero que el resto del mundo lo disfrute tan bien.
Vivo sola desde hace 2 años y trabajo en Marketing, aunque me gustaría, sin lugar a dudas, dedicarme al mundo del deporte.
Mi mayor pasión es, precisamente, el deporte y es lo que transmito a través de mis redes sociales.
Hoy, quiero platicarte sobre disciplina o motivación ¿qué es más importante?
Curiosamente, es una pregunta que nunca antes me había hecho. La pregunta surge cuando al preguntar que qué “te mantiene motivada”, muchas chicas respondieron que era más importante la disciplina.
Para mí, la disciplina siempre ha sido tan intrínseca a mi persona, nunca he necesitado darle más vueltas, ni pensarlo demasiado. Quiero algo, sigo una serie de pasos para conseguirlo. (ojo que tengo que quererlo de verdad que si no…no muevo ni un dedo).
En este punto igual estás pensando, pues menuda sobrada, ¿siempre la apetece ir a entrenar?¿nunca se queda en casa? ¿nunca se hace la remolona? Espera, retrocedo… y te explico.
He vivido con diabetes desde los 3 años, es decir esta navidad hago 21 años de vivir con diabetes. Desde muy pequeña lo he tenido claro, si quería jugar, aprobar, disfrutar con mis amigos, ir a cumpleaños, al cole, practicar deportes había una serie de “responsabilidades” que tenían que formar parte de mi vida: no comer sin pincharme, comer a mi hora, llevar siempre “por-si-por-sis” (azúcar para las hipoglucemias).
En resumen si yo quería llevar una vida normal, necesitaba ser disciplinada.
La diabetes ha moldeado desde muy pequeña mi forma de ser, mis responsabilidades y mis objetivos. Muchas veces me he quejado de lo complicada y molesta que es esta enfermedad, pero también la debo muchas cosas y una de ellas es el hecho de no entender la disciplina como una obligación. De esta manera y empezando tan pequeña, la disciplina se ha convertido en parte de mi vida.
Me explico, siempre que quiero correr una maratón, un peso en sentadilla, sacar adelante algo, sé que necesito seguir los pasos a, b y c.
Mi cabeza, para los objetivos, funciona exactamente igual que para la diabetes. No es una obligación, no es una carga… son los pasos que tengo que seguir para conseguir la meta. Y da igual cuanto tiempo tenga que hacer a, b y c … al igual que la diabetes me va acompañar toda mi vida, me da igual lo lejos que estén mis objetivos.
En esas estamos, sé muy claro lo que quiero y eso hace que no falle ningún día a entrenar. La pereza no puede conmigo pero… a veces hace falta mucha motivación.
No es lo mismo llegar a entrenar reventada, sin ganas, quitárselo rápido… que ir motivado, darlo todo y exprimir a lo máximo el entrenamiento.
Por eso a la pregunta que es más importante ¿disciplina o motivación? Si no le diese vueltas y te respondiese rápido diría que motivación, pero si lo pienso… de nada sirve un día de motivación frente a meses de disciplina.
¡Felices agujetas!
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