Consejos para hacer preguntas inteligentes
Para quienes vivimos con diabetes puede ser muy agotador recibir preguntas. Algunas personas aprovechará para convertirse velozmente en educadores en diabetes, pero otros simplemente preferirán pasar desapercibidos. Si eres cuidador o amigo de alguien que vive con diabetes antes de preguntar te sugerimos hacerte las siguientes preguntas.
¿Por qué preguntas?
Detente a analizar cuál es la intención de tu pregunta. ¿Esperas aprender? ¿Podrías encontrar la respuesta en internet? Ayudarás de otra forma si te explican? ¿Necesitas hacer esa pregunta? Sentir curiosidad por algo que no conocemos es normal pero cuando hablamos de condiciones de salud primero tenemos que detenernos a pensar si quien tendrá que responder nuestras preguntas las recibirá amablemente.
¿Cuál es mi relación con esa persona?
Si es alguien muy cercano a ti seguramente no habrá problema en preguntar pero si es alguien a quien acabas de conocer la pregunta podría ser incómoda. Con mucha frecuencia nos encontramos gente en entornos públicos y, particularmente si utilizamos tecnologías para el manejo de la diabetes no faltará uno que otro curioso que preguntará “Qué es eso que traes ahí”. Si la persona que vive con diabetes es cercana a ti seguramente podrás hacer cualquier tipo de pregunta. Si no lo es quizá valga más la pena investigar de qué se trata en otra fuente.
¿Podría sentirse incómoda la persona?
¿Me sentiría incómodo si me hicieran alguna pregunta sobre cualquier condición de salud?
Evita:
Comentarios como: “Todo va a salir bien” o “Todo pasa por una razón”
Sabemos que cuando decimos esto no buscamos hacer sentir mal a nadie pero, no siempre pareciera que todo va a salir bien y en especial cuando somos diagnosticados con algo tremendamente complejo como la diabetes tipo 1 al principio todo parecería ser cierto menos que todo va a salir bien. Sabemos que pasó por algo y ese algo no tuvo nada que ver con nuestras decisiones así que mejor pensar que como muchas condiciones autoinmunes aún no conocemos la causa pero sabemos que hay tratamientos que pueden ayudarnos a tener una vida larga y feliz.
Exceso de empatía
Ponerse en los zapatos del otro es siempre muy benéfico. Pero muchas veces contamos nuestra historia de inmediato, es natural pero no siempre es la mejor estrategia. Permite que la otra persona hable sobre él o ella y después cuando tengas oportunidad y si el contexto lo permite habla de ti. Escuchar primero siempre es importante.
Consejos no solicitados
No hay nada más incómodo que un consejo no solicitado. Particularmente cuando hablamos de diabetes de cualquiera de sus tipos confiamos en nuestro equipo de profesionales al cuidado de la salud. Sabemos que la intención de todos los consejos es buena pero no siempre es oportuno. Espera a que pidamos tus consejos.
Culpar
Con mucha frecuencia nos preguntan (o a nuestros padres) si no hacíamos ejercicio o si nos alimentábamos de forma poco adecuada. En el caso de la diabetes tipo 1 no hay nada que pudiéramos haber hecho para evitar la destrucción de las células que producen insulina en nuestro cuerpo. En el caso de la diabetes tipo 2 la genética y la raza es algo en lo que tampoco tuvimos participación. Evita señalarnos como culpables, estamos cambiando la forma en la que vivimos y navegar con culpa no es útil.
En conclusión
Sabemos que algunas preguntas surgen realmente de tu curiosidad, pero es mejor que te tomes un momento a reflexionar de qué modo puede afectar un comentario desatinado. La diabetes de por sí exige mucho de nuestra atención, los comentarios desafortunados pueden ser muy dolorosos y una carga extra para tu amigo con diabetes. Sé amable.