Sólo necesitas las ganas y la preparación necesaria para hacerlo
Mi nombre es Tomàs Fuertes Pardo, tengo 40 añitos recién cumplidos (7 de agosto) y vivo en Sant Llorenç d’Hortons, un pequeño pueblo cerca de Barcelona. Tengo diabetes tipo 1 desde enero de 1989, el debut fue con 11 años, a las puertas de la adolescencia y no fue fácil aceptar mi nueva compañera, ni el tratamiento con pinchazos de insulina y dieta.
Con Laura, mi esposa, fuimos papás de Arnau en 2006 y Carlota en 2010, y fue tras el nacimiento de Arnau cuando empecé a aceptar mi diabetes. Trabajo de Administrador IT en una empresa química, adoro la informática y la tecnología, sobretodo cuando no falla 😉 y me encanta el deporte, que empecé a practicar junto con mi padre, que era maratoniano, cuando yo iba a cumplir 12 años, acabado de diagnosticar de diabetes.
Y hablando de deporte, en 2006, por primera vez hacía una toma de contacto con otras personas con diabetes tipo 1, fuímos 20 personas que participabamos en un estudio de deporte y diabetes, se trataba de correr en un medio maratón (La Mitja de Granollers, Barcelona). Allí conocí a mi otra familia, la familia con diabetes, habían tantas cosas en común con ellos, la familia Diatletic. Por primera vez, hablaba con otras personas que conocían mi condición, sabían de qué hablaba cuando les explicaba; el hambre feroz de una hipo nocturna, a resistirme a hacer una glucemia cuando mi esposa me lo pide porque ve que no coordino, al enfado cuando ves una cifra de más de 11.1 mmol/L200 mg/dL pero sabes cuál es la causa, y todas y cada una de las situaciones que había tenido, siempre hay otra persona con diabetes, que ha pasado por ello y te hace sentir menos diferente.
Y con esta “familia” continuamos reuniéndonos cada primer fin de semana de Febrero en Granollers, y nos continuamos explicando anécdotas, pasamos varias horas juntos compartiendo comidas, pinchazos y finalmente corremos el medio maratón, que es la excusa para vernos de nuevo.
El deporte es mi forma de vida: Desde ya hace más de 15 años que practico “running” regularmente, también MTB y de vez en cuando algún duatlón de montaña. Al introducir regularmente el deporte, me empecé a encontrar mejor, no sólo físicamente, sino también en el manejo de mi diabetes.
Recuerdo el día que le dije a Laura, mi esposa, que iba a salir a correr, vivíamos en un 4º piso sin ascensor, al llegar a la calle, empecé a correr como si no hubiera un mañana, a los 150 metros, me dí la vuelta y volví a subir a casa, con cierto desánimo, pero Laura insistió que no era trabajo de 1 día, qué lejos quedaban mis carreras de 10km, con 20 años y casi 40kg menos.
Así que volví a salir al día siguiente, sin abandonar al primer síntoma de cansancio, trotando más que corriendo, pero conseguí hacer mi primer km, corriendo y caminando, arrastrando mis casi 100kg.
Y día tras otro llegó el día que corrí mi primera carrera, consistía en una carrera de 2 vueltas de 5km, en las que hay un video grabado por Laura en que hacia el km 3, su comentario fue, hará sólo 1 vuelta, después de haberme animado como si fuera el mejor de los atletas. Al finalizar la carrera, y llegando en última posición, vi que no había nada imposible, y como en aquella carrera, debía ser en el control de la diabetes.
Mis HbA1c entre 9-10% de entonces, fue bajando pero no lo suficiente, y unos años más tarde me diagnosticaron retinopatía diabética no proliferativa. Fue cuando decidí que la regularidad del deporte (1 hora, 3 días por semana) debía aumentarla, y así pasé a hacerlo a diario, descansando un día a la semana (menos tiempo y más regular).
Aun así, con mis conocimientos sobre diabetes, me era imposible tener bajo control absoluto la condición y volví a pasar por segunda vez por los impactos de láser Argon, para mi retinopatía y cuando entró el trabajo de Natalia Mingorance, la enfermera de mi centro de salud, que me abrió los ojos y una puerta a la mejoría de mi diabetes. Me derivaron a otro centro hospitalario (Hospital de Bellvitge) con un nuevo equipo de endocrinos, y después de un ingreso de 9 días, había cambiado mi pauta de insulina y recibía el alta con la formación y herramientas suficientes para saber contar carbohidratos. 3 meses más tarde conseguía tener una A1c de 7,0%, cuando venía de un 8,2% y nunca había conseguido bajar de 7,8%. Al cabo de 3 años con esa pauta, conociendo mi ratio con glicosiladas correctas, en 2015 se me ofreció la oportunidad de cambio a terapia con bomba infusora de insulina, desde entonces mis A1c han sido entre 6,0% y 6,7%.
Actualmente la pauta de ejercicio que sigo es que cada mañana antes de ir al trabajo, tomo un café y algún HC, dependiendo de la cantidad y tipo de ejercicio que vaya a hacer, con una glucemia antes (en ayunas), dependiendo de la intensidad o las sensaciones, alguna glucemia durante el ejercicio y al acabar este. Esta pauta se consigue con ensayo-error, la diabetes sabido de todos nosotros, no son matemáticas, pero vas tomando notas de la rutina y finalmente consigues “unos standard”, eso no quita de que siempre salga con una riñonera (cinturón con bolsillo) con unas glucosas y algún gel de glucosa, por si hay una hipo inesperada.
Me encanta correr, y siempre ha sido mi padre mi referencia. Él empezó con 41 años a correr, poco después de nacer yo y hizo muchos 10k, bastantes medios maratones y consiguió correr varias maratones.
Hace años, yo veía el maratón, como la distancia imposible, 42km y 195m corriendo, pero después de varios años corriendo alguna carrera de 10k y varias medias maratones, le dije a Laura que quería probar de hacer un maratón, creía que me iba a tomar por loco, pero ella me apoyó, y finalmente acabé mi primer maratón, en Zaragoza en el 2008 con 5h14’, conseguía mi mayor logro corriendo, finalizar con lágrimas en los ojos de la mano del atleta más veterano de aquel maratón. Después vinieron el Maratón de la Costa Dorada en 2010 y 2011, Maratón de Barcelona en 2011, 2016 y 2017 y mi último maratón en Empúries (Girona) en 2017, mi mejor maratón con 4h29’ y con unas glucemias que no superaron en ningún momento los 10.0 mmol/L180 mg/dL ni llegué a hacer ninguna hipoglucemia.
Tras estas carreras, junto con la carrera diaria con la diabetes, he conseguido ver que no hay nada imposible, que sólo necesitas las ganas y la preparación necesaria para hacerlo.
Y con esto me gustaría animar a todas esas personas con diabetes, que en algún momento se han echado atrás a la hora de hacer cualquier cosa por el hecho de sufrir la enfermedad, por supuesto, con más motivo en el deporte, las animo a plantarle cara y que no hay diabetes que pueda frenar nuestras ilusiones.
Mi actual ilusión es conseguir correr un maratón en menos de 4 horas, y no será la diabetes la que me frenará a conseguirlo. ¿Cuál es tu ilusión?