Confesiones de hipoglucemia


 2022-09-14

Nota del editor: Esta semana, Beyond Type 1 se centrará en la hipoglucemia y la hipoglucemia severa durante nuestra campaña Let’s Talk Lows (Hablemos de los niveles bajos). Estamos analizando las causas, los síntomas, los miedos y las opciones de tratamiento. Síguenos usando el hashtag #LetsTalkLows y comparte tus experiencias de hipoglucemia con la comunidad.

Los niveles bajos de glucosa (azúcar) en sangre son terribles. Sientes que cada célula de tu cuerpo se está muriendo de hambre. Y en cierto modo, es así. Los niveles bajos crean una sensación de ansiedad profunda que solo una gran cantidad de azúcar puede curar. Llamo a este sentimiento “los antojos por pánico”.

La mayoría de los endocrinólogos recomiendan tratar un nivel bajo con 15 g de glucosa. Son tres tabletas de glucosa. Cuando escucho esto, me quedo en silencio, recordando todos los pasteles, panes y totopos de maíz que me he comido durante los episodios de hipoglucemia. 15 g de glucosa es una dosis prudente. El tratamiento moderado es la mejor opción. Los niveles altos de glucosa (azúcar) en sangre que son el resultado del tratamiento excesivo pueden ser tan malos como los niveles bajos originales. Pero los antojos por pánico se apoderan de la prudencia, la machacan y la untan en una tostada con mantequilla y mermelada.

Me gustaría decir que me puedo limitar a 15 g de glucosa, pero la verdad es que cuando tengo un nivel bajo de glucosa (azúcar) en sangre, las cosas se vuelven una locura. Me vuelvo loco. He intentado tratar la hipoglucemia de maneras que son verdaderamente, asombrosamente tontas.

Aquí hay cuatro ejemplos.

JULIO DE 2005: HOJAS DE SASAFRÁS

No tengo diabetes tipo 1 todavía, pero mi hermano sí. Estamos jugando en el bosque cuando ocurre una hipoglucemia severa. Se come todas las tabletas de glucosa pero no le sube la glucosa (azúcar) en sangre. Me pide que suba corriendo la colina hasta nuestra casa y traiga algo de glucosa. Mientras troto cuesta arriba veo un pequeño árbol que me hace detenerme. Es un retoño de sasafrás. Recientemente aprendí que la cerveza de raíz se hacía originalmente con raíces de sasafrás, y sé que si masticas hojas de sasafrás, saben a cerveza de raíz y son ligeramente dulces. Tengo el cerebro de un niño. Mi corteza frontal es débil. Agarro un puñado de hojas y troto de regreso hacia mi hermano. Le ofrezco las hojas y me llama imbécil. Las hojas de sasafrás no pueden tratar un nivel bajo de glucosa (azúcar) en sangre. En el camino de regreso subiendo la colina (habiendo recibido instrucciones de regresar con jugo de manzana y Starbursts) me como las hojas, que saben a cerveza de raíz y son ligeramente amargas.

SEPTIEMBRE DE 2013: FINGIENDO SER UN TORO

Hace tres años que tengo diabetes tipo 1. Ahora asisto a una universidad en la zona rural de Michigan. Mientras paso el rato con amigos en nuestra casa fuera del campus, tengo un nivel bajo de glucosa (azúcar) en sangre. Es uno de esos niveles bajos inesperados. Que yo sepa, no me he administrado un bolo excesivo ni he hecho ejercicio en las últimas horas, y es un nivel muy bajo, por debajo de 50. A veces, los niveles bajos inesperados me ponen eufórico y risueño. En estos momentos soy propenso a actuar como un tonto. En lugar de comer mis ositos de goma y sentarme tranquilamente en el sofá, galopo hacia el patio a cuatro patas. Mis amigos me siguen, riendo. Suponen que he bebido mucho. Comienzo a embestirlos, resoplando como un toro. En mi estado disminuido, esta parece una forma perfectamente aceptable de tratar un nivel bajo de glucosa (azúcar) en sangre. Pero pronto queda claro que la vida cuadrúpeda no curará mis males. Pido mis ositos de goma y me acuesto en el césped.

ENERO DE 2014: COCA COLA CONGELADA

Estoy paseando en trineo en la zona rural de Michigan. La temperatura está entre 0 y 5 grados Fahrenheit. La nieve es ideal: seca y como polvo. Corro colina arriba una y otra vez. Como suministro de glucosa he traído una sola lata de Coca Cola. Muy pronto, tengo un nivel bajo. Un amigo me trae la lata de coca cola, pero no puedo tomarla porque la gaseosa está congelada. Estoy en una mala situación. La fuente de azúcar más cercana está a kilómetros de distancia y mi medidor no funciona bien debido al frío. Mis amigos me llevan a un McDonald’s y me compran una Coca Cola de 16 oz. La tomo rápidamente y se me congela el cerebro.

MARZO DE 2015: PAQUETES DE AZÚCAR

Me hospedo en una cabaña en la zona rural de Michigan. La hipoglucemia ataca dos veces en una noche. Durante la primera hipoglucemia me como todos mis ositos de goma. Cuando llega el segundo, no tengo azúcar. ¡Otra mala situación! Voy a la cocina de la cabaña y encuentro paquetes de azúcar en la encimera. Ahora, no los abro y me como los gránulos. No soy un animal. No: como un hombre de cultura y sobrino de un químico, meto en el microondas una taza de agua y le agrego un poco de azúcar. (El azúcar se disuelve fácilmente en agua caliente). La mezcla resultante es repugnante, pero me la trago. Mientras me deshago de los paquetes rotos, veo la palabra Stevia impresa en el papel. Acabo de consumir una suspensión de agua y azúcar falso. Pobre de mí. Desato un huracán de malas palabras. Luego repito el proceso con paquetes de azúcar de “caña” real. La segunda suspensión también es repugnante, pero cumple su función.

Estos cuatro episodios son solo una muestra de mis travesuras hipoglucémicas. He chupado miel de un osito de plástico, le he puesto glaseado de queso crema a un pastel que no me pertenecía, le he pedido barras de granola a excursionistas asustados y mucho más.

Entonces, antes de que te avergüences de tus actos nefastos, recuerda que todas las personas con diabetes tipo 1 se vuelven locas cuando les da hipoglucemia. Lo importante es que trates el nivel bajo. Claro, apégate a 15 g de glucosa si tienes el poder de la templanza. Pero cuando te encuentres comiendo tres bolsas consecutivas de totopos de maíz, recuerda que no estás solo. Alguien con diabetes tipo 1, en algún lugar, está haciendo algo aún más desagradable. Probablemente sea yo.


El contenido educativo relacionado con la hipoglucemia grave es posible gracias al apoyo de Lilly Diabetes (BAQSIMI), y el control editorial recae únicamente en Beyond Type 1.

ESCRITO POR Forester McClatchey, PUBLICADO 09/14/22, UPDATED 09/14/22

Forester McClatchey es un escritor de Atlanta, Georgia, y recién graduado del Programa de maestría en Bellas Artes de University of Florida. Puedes encontrar su poesía en http://www.forestermcclatchey.com/ y escuchar su música en https://qcurius.com.