La dieta mediterránea le dio a mi hijo su mejor A1c
Nota: Al ofrecer un lugar para que la comunidad comparta experiencias de la vida real, esperamos que encuentres inspiración y nuevas formas de pensar sobre el manejo de la enfermedad. Te animamos a que te acerques a estas opciones como lo harías frente a un buffet: revisa las opciones, prueba un par de cosas y regresa por lo que mejor funcione para ti. ¡Buen provecho!
Ingredientes frescos que encontramos en el mercado y seleccionamos cuidadosamente, sabores intensos, aromas y salsas que hierven a fuego lento durante horas han sido los elementos básicos del placer que experimentamos por las noches y los fines de semana en nuestra casa, tanto antes como después del inesperado diagnóstico de diabetes tipo 1 que recibimos en junio de 2011. Sin embargo, mi esposo y yo tomamos algunos desvíos después del diagnóstico, asumiendo que las delicias de la cocina en casa y la comida gourmet definitivamente eran cosa del pasado. Luego del diagnóstico, mientras asimilábamos un nuevo estilo de vida contando carbohidratos, haciendo mediciones y revisiones de los niveles de glucosa (azúcar) en sangre tarde por las noches, nuestra familia experimentó con distintas versiones de dietas conocidas y bajas en carbohidratos. Algunos de estos experimentos fueron una dieta de proteínas a base de carne, una dieta de vegetales crudos y un cóctel de levadura de cerveza: el resultado de nuestra desesperación, falta de experiencia e ilusiones de poder curar la diabetes de Roman por medio de la nutrición durante el período de luna de miel de la enfermedad, cuando las inyecciones de insulina no eran necesarias (en nuestro caso particular durante 12 a 18 meses).
Desarrollamos teorías con posibles explicaciones para el hecho de que Roman no se volviera dependiente de la insulina: ¿diabetes tipo 2, diabetes tipo 1 ½, diabetes de inicio lento o MODY? Después de más o menos 12 meses de pensamiento mágico (que la aparente remisión a largo plazo de Roman estaba relacionada con un cóctel de jugos de verduras que estimulaba al páncreas para que produjera insulina), los niveles de glucosa en sangre de Roman de nuevo empezaron a aumentar gradualmente. Nuestro endocrinólogo se dio cuenta de que el crecimiento de Roman también se había desacelerado.
En enero de 2013, 18 meses después de ese fatídico diagnóstico original, Roman empezó (de nuevo) un régimen diario de terapia de insulina. Para acelerar su aumento de peso, inmediatamente incorporamos pastas, carne, salsas marinara y legumbres. Pudimos ver que nuestras comidas más satisfactorias y nutritivas, y los mejores resultados de A1c de Roman, estaban vinculados a un régimen diario de ejercicios. Nuestra dieta mediterránea incorporaba a diario vegetales de colores vibrantes (entre ellos ensaladas y frijoles), tomates y ajo, hierbas frescas, aceite de oliva extra virgen, proteínas livianas y normalmente pasta seca.
Aunque los éxitos y fracasos de varios enfoques nutricionales y dietas son altamente personalizados, nosotros experimentamos que después de cinco años de cocinar para una persona con diabetes tipo 1, el hecho de incluir menos proteínas provenientes de la carne y aumentar las proteínas provenientes de las legumbres ha ayudado a bajar los niveles de A1c de Roman a los que tenía antes de la diabetes. No cambiamos las comidas de Roman más allá de medir cuidadosamente su pasta a 3 onzas, o 60 carbohidratos de pasta, asumiendo que se trate del plato principal, y siempre, sin excepción, terminamos la comida con una porción de verduras de hoja y tomates ligeramente cubiertos con aceite de oliva extra virgen.[1] Con frecuencia le servimos la pasta como un acompañamiento más pequeño. Nuestra experiencia a menudo ha sido que luego de una entrada de pasta de 60 carbohidratos, nuestro hijo necesita una corrección de insulina 2 a 3 horas después de la comida.
Abajo encontrarás una sencilla comida mediterránea para un domingo en la tarde a principios de mayo. Mi esposo, Tom, es el yin creativo que complementa mi yang. Él comparte algunas recetas de nuestro libro de cocina. Simplemente regresamos a las comidas italianas mediterráneas que la familia de Tom ha estado preparando desde que salieron de Nápoles y Sicilia.
[1]Los requisitos recomendados por los endocrinólogos en cuanto a la ingesta de carbohidratos para niños, pre-adolescentes y adultos varían. El artículo refleja la ingesta recomendada para un niño de 11 años que es activo en los deportes.
Camarones y vieras asados y marinados en pesto
Pesto
El secreto de mi receta de pesto es el jugo de limón. Lo que he descubierto a lo largo de muchos años es que algunos chefs subestiman el poder del ajo crudo. Un poco de jugo de limón no solo le quita lo fuerte al ajo, sino que que la salsa sea más fresca. Pruébalo.
- 4 tazas de albahaca fresca
- 2 cucharaditas de ajo picado o 6 dientes de ajo
- 1 taza de piñones
- 1 taza de queso pecorino romano recién rallado
- 1 taza de aceite de oliva extra virgen
- una pizca de sal y pimienta al gusto
- 1 cucharadita (el secreto) de jugo de limón
- Pasa las hojas de albahaca por el procesador de alimentos hasta que estén bien picadas. Añade el ajo y los piñones y mézclalos. Añade el aceite de oliva hasta que se incorpore bien y se forme una pasta espesa y suave. Retira la pasta de albahaca del procesador y colócala en un tazón para mezclar. Agrega el queso y el jugo de limón. Mezcla bien. Sazona con sal y pimienta al gusto.
- ½ libra de camarones grandes, pelados y limpios
- ½ libra de vieiras medianas, limpias
- Marina los camarones y las vieiras en 1/3 del pesto, utiliza un tazón grande y revuelve. Cubre el tazón con plástico transparente y déjalo reposar a temperatura ambiente durante 1 hora. Coloca los camarones y vieiras marinados en pesto sobre una placa para hornear. Enciende el horno para asar y coloca la placa con los camarones y vieiras marinados en el anaquel del centro. Ásalos hasta que los bordes de los camarones y las vieiras se doren, aproximadamente durante 20 minutos.
- En el plato donde los vas a server, coloca los camarones y las vieiras y agrégales lo que haya quedado de jugo y pesto. Adórnalo con rodajas de limón y perejil fresco.
Pasta Fazool
Este platillo no es Pasta e Fagioli. Yo preparo la pasta Fagioli como sopa y la pasta Fazool (jerga) como platillo de pasta. La primera vez que probé este platillo fue mientras estaba en la universidad y visitaba la casa de un amigo en Franklin Avenue en Hartford, Connecticut. La mamá de mi amigo Steve era italiana y preparaba la pasta fazool al minuto para el almuerzo. Quedé enganchada.
Llamé a mi mamá y le pregunté por qué nunca nos había hecho la pasta fazool. Mamá me dijo que cuando era niña, Nan preparaba la pasta fazool con regularidad, y ya se había aburrido. Bueno, definitivamente fue nuestra familia la que se lo perdió, pero tú no debes perdértelo. Esta es una comida genial para el clima frío.
- ½ libra de pasta ditalini
- 1 lata de 16 onzas de cento (si está disponible) – frijoles blancos a la toscana, enjuagados
- 1 taza de aceite de oliva extra virgen
- ½ libra de panceta, cortada en cubos pequeños
- 1 cucharada de ajo picado
- 2 tazas de salsa de tomate
- 1 ½ taza de queso pecorino romano rallado
- Sal y pimienta negra al gusto
- En una olla grande, cocer la pasta Ditalini en 0,5 galón de agua con sal, cocer al dente. Pásala por un colador y déjala aparte; no le pases agua.
- En un sartén grande para saltear o en una cacerola coloca ¾ taza de aceite de oliva extra virgen y ponlo a fuego medio. Cuando esté caliente, agrega la panceta en cubos.
- Saltea la panceta hasta que esté crujiente y luego agrega la cebolla en trozos.
- Cuece la cebolla hasta que se vuelva transparente y añade el ajo.
- Mueve y saltea la panceta, la cebolla y el ajo hasta que tus vecinos toquen a la puerta (10 minutos) con una botella de Chianti en mano; así será. (Mantén las cucharas y los cubiertos lejos de los nuevos invitados ya que sin duda tratarán de probarlo).
- Agrega los frijoles a la Toscana y la pasta Ditalini a la salsa de tomate y cocínalos a fuego lento durante 15 minutos.
- Agrega 1 taza de queso pecorino romano rallado y lo que te quede del aceite de oliva extra virgen.
- Agrega sal y pimiento negra al gusto.
- Mantenlo caliente en la estufa; ya está listo para que lo sirvas. Sírvelo en un tazón grande decorativo de pasta y adórnalo con ½ taza de queso pecorino romano rallado.
Antipasto griego
- ¼ de cabeza mediana de radicchio, en rodajas finas
- 1 cabeza de lechuga romana, en rodajas finas (se deben desechar las hojas externas)
- 1 tomate grande en cubos medianos
- zucchini en cubos medianos
- aceitunas Kalamata, deshuesadas
- 1 cebolla roja mediana; se parte a la mitad a lo largo y se corta en dirección opuesta a la punta
- chiles pimientos rojos asados
- salami o sopressata seco (o ambos, ¿por qué no?). Piensa en cortarlos en “media luna”
Aderezo
- 1 taza de aceite de oliva extra virgen
- ½ taza de vinagre de vino tinto
- 1 cucharada de jugo de limón
- ½ cucharada de stevia líquida
- 1 cucharada de polvo de ajo
- ¼ taza de queso feta, deshecho
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra
- En un tazón para mezclar, colocar el radicchio, la lechuga romana, los tomates y el zucchini en ½ aderezo.
- En un plato grande para ensaladas, colocar la mezcla de lechuga al centro.
- Colocar las aceitunas Kalamata, los chiles pimientos asados y la cebolla en tres puntos distintos del plato.
- Coloca el salami seco o la sopressata entre las aceitunas, los chiles pimientos y la cebolla, y cúbrelo con más aderezo.
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