Mi vida, mi diabetes y otras sorpresas


 2018-06-01

Mi nombre es Eugenia Araiza Marín, tengo diabetes desde los 16 años, es decir, cumpliré pronto 23 años con diabetes. Podríamos decir que he vivido con diabetes Tipo 1 prácticamente toda mi vida. Me diagnosticaron mientras cursaba un intercambio estudiantil en Estados Unidos. Caí en coma con 62.0 mmol/L1116 mg/dL de glucosa. Después del periodo de adaptación y de conocer mi nueva situación de vida decidí enfocar mis estudios a la nutrición, específicamente a la diabetes. Es decir, la diabetes cambió mi estilo de vida y mis planes. Me hizo más consciente de lo que quería y me impulsó a buscar y perseguir mis sueños.

Antes de mi diagnóstico mi estado de salud era muy óptimo salvo porque siempre viví con asma así que en realidad no me preocupaba mucho ese tema . Me alimentaba saludablemente y hacía ejercicio con regularidad. No conocía nada sobre diabetes ya que nadie en mi familia la tenía.

Correr, el mejor de mis pasatiempos

Entre mis hobbies se encuentra correr. Hace 4 años corrí mi primer maratón, el maratón de la Ciudad de México y tuve la oportunidad de documentar cómo fue el manejo de mi glucosa en los entrenamientos, estrategias para lograr los kilómetros que me tocaba correr y terminar el maratón completo sin morir en el intento.

Formo parte de una familia maravillosa. Soy afortunada de tener a mis padres, a mi hermano con su hermosa familia (tengo tres sobrinos) y a mi propia familia. Mi marido Luis Felipe a quien conocí justamente por la diabetes ya que, cuando aún daba consulta de nutrición fui recomendada para atenderlo por otros pacientes. Luis Felipe vive con diabetes tipo LADA, aunque originalmente había sido diagnosticado con  diabetes tipo 2, pero estudios de laboratorio posteriores indicaron que se trataba de tipo LADA.

El tener una pareja que viva con diabetes facilita muchos aspectos de la vida, ya que entendemos y nos tenemos paciencia cuando alguno tiene hiper o hipoglucemia. Comprendemos cómo es sentirnos mal y además, ambos sabemos qué hacer ante alguna circunstancia como llevar un estilo de vida saludable cuidando la alimentación, haciendo ejercicio, monitorizando la glucosa e incluso, aguantando aquellos piquetes que duelen más que otros al administrar insulina o checar la glucosa.

Diabetes en pareja y mi hijo

Este estilo de vida como pareja con diabetes le enseña a nuestro hijo Índigo a cuidarse. Índigo es un (ahora) adolescente que acaba de cumplir 13 años, conoce términos comunes en la diabetes, nos guarda los dulces que nos gustan para las hipoglucemias. Es un chico sano, con conciencia del autocuidado, una adecuada alimentación y ejercicio (ama jugar fútbol)

Mis más grandes dificultades con la diabetes son básicamente aquellos momentos en que estoy haciendo todo bien y mis glucosas no logran estar en los niveles que deberían. Son estos momentos los que  me son difíciles pues son muy frustrantes al no conocer la causa y dan ganas de desistir. Sin embargo, la diabetes me da la oportunidad de volverlo a intentar ya que estaremos juntas y nos conocemos mutuamente.

Otro momento complicado fue el embarazo ya que en aquel entonces no contaba con microinfusora ni monitores de glucosa, así que eran 5 inyecciones diarias y de 8 a 10 pinchazos en el dedo para conocer mis niveles, pero todo eso quedó solo en una complicación ya que al ver a mi pequeño confirmé que había valido la pena. Un momento pesado fue durante mi entrenamiento para el maratón ya que implicaba hacer balance entre consumir ciertos gramos de azúcar, monitorear cada 5 km o media hora mientras corría y sin detenerme, las hipoglucemias nocturnas como producto de los entrenos aunque afortunadamente solo fue al inicio, pero nuevamente, al terminar el maratón comprobé que valió la pena.

Condiciones autoinmunes en mi vida

Vivo actualmente con varias enfermedades de origen autoinmune, hace tiempo comprendí, y lo platicaba con mi doctor, que tendría que estar atenta a algunos trastornos autoinmunes ya que mi principal problema de salud tiene su origen ahí.

Antes de la diabetes fui diagnosticada con asma, la cual fue controlada con vacunas (en mi familia, me decían que me habían gustado tanto las inyecciones que llamé a la diabetes para continuar). A mis 24 años fui diagnosticada con Guilliain Barré, condición autoinmune en que el sistema inmunológico ataca parte del sistema nervioso ocasionando parálisis. Pasé más de seis meses con parálisis en extremidades inferiores así como debilidad severa en las superiores. No podía comer sola ya que no tenía la fuerza para detener una cuchara. Afortunadamente, después de mucha terapia física y control médico recuperé mis habilidades motrices, pude volver a caminar y a tomar control de mi cuerpo y vida nuevamente.

A los 34 años, después de haber corrido el maratón comencé a notar ciertas manchas en mi rostro (la exposición al sol las hacían más evidentes) y otras manchas muy blancas en la axila (donde no tenía relación con el sol) fue entonces que, mientras acompañaba a mi papá con una dermatóloga le pregunté y confirmó mis sospechas: VITILIGO. Actualmente, me encuentro en espera de resultados de laboratorio para confirmar una sospecha de otra enfermedad autoinmune, la enfermedad de Hashimoto o tiroiditis crónica y, en caso de confirmarla, habré de necesitar medicamento para controlarla.

El diagnóstico de Guilliain Barré me causó mucha frustración, pues no solo era la enfermedad sino era detener mi vida por completo y afectar la dinámica de mi familia. En el caso del Vitiligo o incluso de la posibilidad de la enfermedad de Hashimoto es solamente preguntar: ¿qué debo hacer? ¿cómo me debo cuidar? ¿qué cuidados debo tener?

Siendo honesta, a pesar de ser padecimientos no agradables me siento afortunada de que son enfermedades que con cuidados y control no afectarán tanto a mi día a día, Hay enfermedades que aún si uno quisiera no puede controlarlas porque no dependen de uno.

Sigo estudiando e investigando, soy parte de grupos de pacientes y médicos de las diferentes enfermedades y así voy conociendo los avances, inquietudes y soluciones que se tienen a cada uno de ellos.

Vitiligo y diabetes Tipo 1

El vitiligo es un trastorno en la piel en la que algunas zonas pierde su coloración debido a la destrucción de la melanina (sustancia que da color), no hay cura sin embargo hay formas de atenuar. Uno de los principales atenuantes es la disminución de estrés y evitar la exposición al sol, hay cremas que apoyan pero no hay algo definitivo, aún se está estudiando. Por un momento me significó preocuparme y tapar las manchas, pero descubrí que esa misma preocupación me causaba estrés que hacía a su vez que se marcaran mas las manchas, así que decidí no pelearme conmigo, el vitiligo es parte de mi tanto como la diabetes, habrá que aceptar las manchas, identificar que si son más notorias aunque yo no lo sienta es que estoy estresada y disminuir la exposición al sol, emplear bloqueadores (que además es bueno para la salud de la piel) pero no uso alguna crema especial o algún tratamiento que me elimine las manchas, son parte de mi.

Dos consejos sencillos para identificar vitiligo y otras condiciones.

  1. Observa: Analiza cualquier diferencia en coloración de la piel, no solamente en la cara, pueden aparecer en las plantas de los pies o en las axilas
  2. Pide consejo: ante cualquier duda ir al médico especialista, ellos al final, son los que están mejor preparados y nos pueden dar solución en caso de presentar Vitiligo o alguna enfermedad.

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ESCRITO POR EUGENIA ARAIZA, PUBLICADO 06/01/18, UPDATED 05/05/22

Eugenia es Nutrióloga y Educadora en Diabetes. Ella vive con diabetes tipo 1 desde 1995. En 2019, comenzó Healthy Diabetes, un proyecto que incluye recursos educativos para apoyar y empoderar a las personas que viven con diabetes. Es autora del libro “Soy diferente y me gusta” que aborda el tema de la aceptación cuando se vive con Diabetes.