Las citas románticas y diabetes
Mi primera cita la tuve justo después de que cumplí 15 años; mi mamá nos llevó a mí y a mi enamorado al cine y vimos la película La gran aventura Lego. No hace falta decirlo, fue muy romántico y cuando dejamos al chico en su casa, él me abrazó para despedirse y me preguntó si quería ser su novia; solo salimos por una semana antes de decidir que era mejor seguir siendo amigos. A partir de entonces, he tenido que analizar lentamente el “asunto” de las citas. Entre mariposas y primeras experiencias, también tuve el reto adicional de explorar mi diabetes y cómo afectaría mi vida sentimental.
Algo que comprendí rápidamente fue que la diabetes era muy importante en mi vida. Cuando salía en una cita, a veces me preocupaba de hablar demasiado sobre ello. Solía iniciar por hablar sobre mi vida con la diabetes, campamentos para personas con diabetes, trabajo de voluntariado, insulina… diabetes, diabetes y diabetes. Rápidamente aprendí que hablar sobre mi enfermedad era bueno y que era algo que me hacía única. Si una persona no se toma el tiempo para conocerte (¡es decir, también a tu diabetes!), no merece tu tiempo y energía. Una buena regla general es hablar sobre la diabetes, de la misma forma que hablarías de tu pasatiempo favorito. A tu cita o pareja le gustará saber más sobre ti, pero tú no eres tu enfermedad.
Las primeras citas pueden ser, enfrentémoslo, aterradoras. Sin embargo, no importa donde estés o qué estés haciendo, tienes que ser consciente de cómo te sientes en cuanto al nivel de azúcar en la sangre y tomarte el tiempo para examinarte y para administrarte el bolos. Es mucho más fácil cuidar de ti mismo correctamente, aunque tardes un par de minutos, que tener que pasar el resto de la noche sin sentirte bien.
En cada relación, sin importar si tienes diabetes o no, la comunicación es clave y creo que esto aplica especialmente a las relaciones con alguien que tiene diabetes tipo 1. Es esencial para tu pareja saber lo que pasa cuando se te baja o se te sube el nivel de azúcar en la sangre, qué síntomas deben observar y cómo pueden ayudarte en esos momentos. Además, sé que cuando mi azúcar en la sangre no se encuentra dentro del rango, me podría poner un poco irritable; en ese punto tengo que decirle a mi novio que no estoy enojada con él, sino que simplemente no me siento bien. Ahora, en muchas ocasiones, mi novio puede detectar un nivel bajo antes de que yo lo sienta. En una ocasión, me despertó de una siesta y su primera pregunta fue: “¿Está bajo tu nivel de azúcar?” No lo sentí, pero cuando me hice la prueba, mi glucómetro indicó que estaba en 60.
La diabetes casi nunca es conveniente, por lo que debes estar dispuesto a comunicarte con tu pareja para que él o ella sepa lo que necesitas. Me ha sido difícil admitir que mi diabetes podría impedirme hacer algo (¡es así hasta que se corrige mi nivel de azúcar en la sangre!), pero mi novio siempre es el primero en prepararme jugos o insistir en que descanse. Estoy segura de que tu pareja quiere sentirse útil y servicial, ¡así que pídele que te consiga un jugo!
Como con todas las otras cosas, el manejo de la diabetes se vuelve muy rutinario y no es algo que incluso debas considerar si estás en una relación a largo plazo o en una cita. No tengas miedo de decirle a tus citas sobre la diabetes, pero recuerda que la diabetes no controla tu vida, tu eres más que tu enfermedad. También es importante que las personas que estarán en tu vida a largo plazo, ya sea amigos o tu pareja, sepan sobre tu enfermedad, síntomas y lo que necesitas.
Así que, la próxima vez que te estés preparando para una primera cita o una cita con alguien con quien has estado durante mucho tiempo, espero que puedas sentirte como una persona bella, que puedas rockear esa canción cliché de Taylor Swift y, sobre todo, estar seguro de ti y de tu diabetes. ¡Tú puedes hacerlo!