Cuatro años después: reflexiones sobre la pérdida de Will


 2019-02-06

Nota del Editor: Para apoyo navegando por la vida después de una muerte a causa de la diabetes tipo 1, por favor visite Jesse Was Here, un programa único hecho posible por la Alianza JDRF – Beyond Type 1, que proporciona recursos a cónyuges, hermanos, abuelos y amigos que lo necesiten.


Antes

Con el cuarto aniversario de la muerte de Will aproximándose, me encuentro reflexionando sobre cómo es mi vida ahora en comparación a cómo era antes.

No puedo enfatizar en que a menos que se tenga la mala suerte de experimentar la pérdida de un hijo u otra persona importante en la vida, uno nunca entenderá lo difícil que es seguir adelante.  Levantarse cada mañana para seguir viviendo no es una pequeña hazaña. Ha sido lo más difícil para mí y estoy orgullosa de mí misma, de mi esposo, mi hijo y mi hija; todos nos hemos vuelto muy valientes, francamente, solo por levantarnos cada día. Odio cuando la gente me pregunta cómo lo hago porque saben que no podrían lograrlo si su hijo muriera. Luego quisiera preguntarles si es que piensan que no estoy sufriendo lo suficiente y quiero decirles: “Agradéceme que no entiendes”. Lo que digo es que tengo un esposo y una familia a quienes tengo que honrar y apoyar, y nada haría que Will estuviera más triste que ver cómo su muerte descarrila el futuro de sus hermanos. Si no hay otra opción, tratamos de vivir en honor a Will, de una manera en la que Will viviría.

Cuatro años, cuatro regalos

Entonces, al comenzar otro nuevo año sin Will, eché un vistazo a mi vida desde el 2 de febrero de 2015. ¿Cómo he cambiado? ¿Cómo ha cambiado mi visión del mundo? Me sorprende darme cuenta de que, aunque vivo cada día extrañando a Will más de lo que cualquiera podría imaginarse, esto me ha dado algunos regalos. El precio es demasiado alto y si pudiera devolver estos regalos para tener a Will aquí, lo haría. Son los siguientes:

1) PACIENCIA Y EMPATÍA: Soy más compasiva y comprensiva con los demás, sabiendo que ellos también tienen un reto por delante. Al igual que yo, todos estamos en el mundo en busca de amor, apoyo y amistades, para sentirnos conectados de manera significativa con el mundo que nos rodea. Trabajo duro para cultivar nuevas relaciones, para llegar a esa persona que parece sola o incómoda. Siempre he sido un poco más reservada, me lleva tiempo para abrirme, pero en los últimos cuatro años, he abierto mi corazón a muchos nuevos amigos, a los que ahora considero mi familia.

2) SABOREAR EL MOMENTO: También se me ha dado el don de vivir en el presente. Cada momento es fugaz, así que acéptalo con los brazos abiertos y disfrútalo. A Will le encantaba decir que cada día era un regalo y por eso es que lo llaman el presente. Solo puedes mantener este momento exacto en este momento, así que presta atención. Las listas de tareas se pueden atender más adelante. Sorprendentemente, casi nunca me preocupan las pequeñas cosas. Después de que sucede lo peor, hay muchas cosas pequeñas que ya no me preocupan.

3) ENCUENTRA LA LIMONADA: Como resultado de mi determinación de hacer que mi familia siga avanzando y encontrando la felicidad, he creado la capacidad de encontrar nuestra felicidad independientemente de muchos factores que de otra manera podrían afectar la búsqueda. Aprendí que celebrar los momentos de la vida, encontrar alegría en lo cotidiano no cancela el hecho de estar triste por perder a Will. La alegría y el duelo van juntos, al igual que el amor y el duelo. Está bien reír, divertirse y estar alegre porque siempre tendrás esa tristeza al acecho. ¡Acepta el duelo y acepta la alegría!

4) HABLA DE LA MUERTE: Lo que aprendí cuando sucedió lo peor, fue que las personas no quieren hablar sobre la muerte o sobre la persona que murió. Hace que todos se sientan incómodos. Se habla de multitudes de cosas para detener esa conversación. Sin embargo, es muy importante ser reales entre nosotros. Es nuestro momento más oscuro y difícil y necesitamos compartirlo con quienes nos rodean. He aprendido que presentarte y estar con las personas es importante. Estar ahí para el funeral importa. Vivir en el momento, tanto en los buenos como en los malos, importa. He trabajado muy duro para mantener viva la memoria de Will. Vivió y fue importante. Se debe hablar de él. Todos mueren, nadie sale de esta vida sin llorar por alguien muy importante para ellos, por lo que debería ser fácil hablar sobre el tema de la muerte y el duelo.

Aceptar lo peor

La muerte de Will fue el evento que más temía cuando di a luz a mis bebés. Cada cumpleaños, escribía en un papel lo agradecida que estaba por otro año de salud y felicidad para mis hijos. Will fue diagnosticado con diabetes tipo 1 cuando tenía 15 años. Este fue, en ese momento, el peor día de mi vida. Lamenté mucho que su vida despreocupada hubiera terminado. Cada día me preocupaba que uno de ellos fuera el día en que no se despertara. Imagina tratar de borrar el miedo a la muerte de un hijo todos los días. No compartía este miedo con nadie, pero lo vivía todos los días. Will manejaba su enfermedad increíblemente bien, tan bien que la mayoría de las personas ni siquiera sabían que vivía con diabetes tipo 1 y, los que sí sabían, creían que esta enfermedad no era gran cosa porque era muy activo y siempre era alegre y divertido. Le damos crédito al diagnóstico de diabetes tipo 1 por nuestra unidad familiar y lealtad. Dejamos de quejarnos de las pequeñas cosas porque no hay muchas cosas tan difíciles como vivir con diabetes tipo 1. Will no se quejaba al respecto, entonces, ¿cómo íbamos a hacerlo nosotros? Ese es lado positivo.

Con estos cuatro regalos, sé que la mejor manera de avanzar es vivir como Will: es la manera perfecta y absoluta de honrarlo por quién era él. Lo hablo con tanta frecuencia como puedo, pero lo más importante es que lo vivo. Mis dos hermosos hijos nos han dado el mejor regalo: son adultos compasivos, responsables, amables, y estoy muy orgullosa. A lo largo de 2019, viviré como Will, con alegría y amor. #strengthofwill (#fuerzadewill)

 


Lee la historia de Will Hauver aquí

ESCRITO POR Lyndall Hauver, PUBLICADO 02/06/19, UPDATED 08/01/23

Lyndall Hauver es una madre y defensora de la diabetes tipo 1, que ayuda a concientizar sobre los peligros de la cetoacidosis diabética y para la financiación de una cura para la diabetes tipo 1.