¿Cuánto y cómo dormimos? Apuntes sobre el sueño y la diabetes


 2022-11-03

En la sesión “Impacto de la diabetes en la calidad y cantidad de sueño” de la Conferencia Anual de la Sociedad Internacional de Diabetes Pediátrica y Adolescente (ISPAD) presentada por Alice M. Gregory de la Universidad de Londres tratamos la importancia del sueño, no solo para los niños sino también para las personas adultas y mayores que viven con diabetes tipo 1, y sus cuidadores. Pudimos conocer cómo afecta la condición al sueño y abordamos algunos de los estudios realizados hasta la fecha.

La importancia del sueño para el desarrollo de los niños

Existen unas directrices que recomiendan el tiempo de sueño a través del curso de la vida son las reflejada en la siguiente tabla:

Edad Recomendaciones de sueño
0-3 meses
4-12 meses 12 a 16 horas
1-2 años 11 a 14 horas
3-5 años 10 a 13 horas
6-12 años 9 a 12 horas
13-18 años 8 a 10 horas
18-25 años 7 a 9 horas
26-64 años 7 a 9 horas
65 años y más 7 a 8 horas

Paruthi (2016) American Academy of Sleep Medicine. 

La importancia del sueño tiene un propósito evolutivo. De hecho, pasamos una tercera parte de nuestras vidas durmiendo. En las etapas tempranas de la vida, el sueño tiene una gran importancia para el desarrollo. Sabemos que la cantidad de sueño es importante, pero también la calidad del mismo. Esta es indicada por factores como el reposo en el inicio del sueño (cuánto tardamos en dormir), la eficiencia del sueño, las interrupciones y la disfunción durante el día que puede ser resultado de no dormir bien en la noche.

Existen 6 categorías de desórdenes del sueño: insomnio, respiración anormal durante el sueño, desórdenes de hipersomnolencia, desórdenes de los ritmos circadianos de sueño vigilia, parasomnias y movimientos e interrupciones del sueño.

La importancia del sueño está relacionada con el mantenimiento de un buen estado de salud mental, ya que las interrupciones del sueño podrían tomarse como bandera roja en el desarrollo de otros desórdenes, así como para prevenir la severidad y pronóstico de ciertas dificultades asociadas. De igual modo, pueden acentuar la posibilidad de afectar la salud emocional debido a una respuesta mayor de la amígdala a los estímulos emocionales y conectividad funcional disminuida entre la corteza cerebral prefrontal y la amígdala.

El sueño y la diabetes tipo 1

Hay que tener en cuenta que la diabetes tipo 1 requiere un monitoreo constante, que podemos quedarnos hasta tarde manejando nuestros niveles de glucosa, despertar durante la noche con la necesidad de inyectarnos insulina para corregir un nivel alto, levantarnos para tomar un snack porque nuestros niveles están bajando, tener dificultades para volver a conciliar el sueño nuevamente después de tratar hipoglucemias. También, realizar decisiones de tratamiento mientras lidiamos con la inercia del sueño, la falta del mismo o alteración de nuestros ritmos circadianos. Tener patrones de sueño irregulares y también, tener que manejar nuestra salud durante el día cuando la diabetes ha impactado cómo dormimos esa noche.

La ansiedad que produce la pérdida de “control” de la enfermedad durante el sueño es un factor de pérdida de descanso efectivo para las personas con diabetes y sus cuidadores o familia, así como traer consigo otras comorbilidades como depresión, necesitar orinar frecuentemente durante la noche, etc.

Investigaciones actuales y prioridades a futuro

Algunos estudios actuales han demostrado que los niños con diabetes tipo 1 duermen una media de 26 minutos menos por noche que los niños que no viven con diabetes tipo 1 y el 67% de los niños con diabetes tipo 1 tiene una calidad de sueño pobre. Asimismo, en un estudio de 2019, se señaló que los cuidadores han de verse frecuentemente privados del sueño y experimentaban preocupación relativa a la glucosa nocturna de sus hijos.

Sabemos que el sueño para los niños con diabetes, personas con diabetes y sus familias es esencial ¿Cuáles son nuestros desafíos?

  • Puede que levantarse para chequear los niveles de glucosa (azúcar) en sangre sea importante, pero dormir también lo es, por lo que hemos de tratar de encontrar el punto medio.
  • Las teorías estándar sobre el sueño no se aplican para la diabetes tipo 1.
  • Las terapias para mejorar el sueño podrían ser difíciles o inapropiadas para aquellos que viven con diabetes tipo 1.

Las prioridades a futuro serán la realización de investigaciones nuevas sobre las causas y consecuencias de las interrupciones del sueño, actitudes y prioridades del sueño y métodos mixtos de evaluación del sueño, teniendo en cuenta la arquitectura del sueño y las experiencias subjetivas, así como diseños epidemiológicos longitudinales que consideren la dirección de los efectos teniendo en cuenta variables como la glucosa, la A1c, etc.

Habrá de considerarse el sistema familiar y evaluar si sería útil, por ejemplo, establecer turnos, y necesitaríamos también la colaboración de la industria (optimización de la tecnología para evitar por ejemplo, errores del sensor) y estudios con intervención.

El futuro tendrá como protagonista los sistemas híbridos de circuito cerrado. Ya existen algunos estudios, como el de Wheeler en 2022 con el sistema Minimed Advance, en el que se concluyó que se mejoró la calidad del sueño de las personas con diabetes tipo 1, mientras que en el estudio de Cobry en 2020 sobre el sistema Medtronic 670G en comparativa previa y posterior a la inicialización del dispositivo, se encontraron mejoras reportadas por los padres en cuanto a la calidad del sueño. 

En conclusión, es importante señalar que la importancia de la cantidad y calidad del sueño citada en este artículo debe cobrar el protagonismo que merece en el tratamiento de las personas que vivimos con diabetes por sus efectos en la salud en general, salud emocional y física. El avance de las tecnologías y las nuevas investigaciones irán marcando un camino que, esperamos con ansias, mejore nuestra calidad de vida y la de nuestros allegados.

ESCRITO POR Lucía Feito Allonca de Amato, PUBLICADO 11/03/22, UPDATED 11/03/22

Lucy lleva 30 años viviendo con diabetes tipo 1 Tiene doble nacionalidad española y argentina y es Licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo. Es educadora en diabetes por la IDF, paciente experto en enfermedades crónicas cardio-metabólicas por la Universidad Rey Juan Carlos y apasionada defensora de la diversidad, equidad e inclusión.