Adolescencia o signos de alarma: ayudar a mi hijo con diabetes 


 2022-10-03

La adolescencia, esa etapa de la vida llena de cambios físicos y emocionales que nos lleva a preguntarnos muchas cosas y plantear estrategias para mantener en equilibrio la dinámica familiar. A ello, debemos sumarle el factor diabetes y lo desgastante que puede ser sobrellevarla para todos los miembros de la familia y también, saber derribar estas barreras cuando se tiene un adolescente varón.

Puede ser complejo diferenciar un signo de alerta emocional de un comportamiento “propio” de la adolescencia. Nos dimos a la tarea de contestar estas problemáticas y nos reunimos con René Buenfil, él es psicólogo educador en diabetes y forma parte de la comunidad de diabetes en el sureste de México. Conoce aquí todas sus atinadas respuestas.

Esta entrevista ha sido editada con fines de claridad en su lectura.


Principales repercusiones del diagnóstico de diabetes en los adolescentes

El diagnóstico entre hombres y mujeres en la adolescencia es muy diferente. Específicamente, los adolescentes varones se empiezan a conectar con estos conceptos de masculinidad que, quizás en la niñez, se nos imponen. Como adolescentes, el principal mandato o uno de los mandatos más importantes de la masculinidad, ahora sí que tóxica y no entre comillas, literal, tóxica es la fortaleza. Si yo como adolescente estoy construyendo mi identidad como hombre,  quiero construir una imagen de fortaleza, pero viene la diabetes, entonces es un shock, porque entonces, estoy enfermo, entonces soy débil, entonces ya no soy tan hombre. 

El concepto de la masculinidad no está ligado al apoyo, al autocuidado. Ir con un doctor implica debilidad. El hombre tiene que aguantar. No se puede quejar, no puede llorar, no le pueden doler las cosas. 

Al final la llegada de la diabetes a la vida de un adolescente varón implica que sí va a haber dolor, que sí va a ver sufrimiento, que sí va a haber duelo, que sí va a haber tristeza, que sí va a haber enojo y que en realidad sí se tiene que cuidar. Se está yendo en contra de ciertos mandatos muy fuertes de la masculinidad que tienen una influencia impresionante en nuestra vida diaria como varones.

Apoyo familiar

Cuando hay la presencia de niños y adolescentes con diabetes tipo 1 la familia se torna hacia la sobreprotección, porque no hay otra manera de cuidar a un niño o a un adolescente con diabetes tipo 1 más que con sobreprotección. Y muchas veces pueden surgir comentarios como: “lo consientes demasiado, es hombrecito, él se tiene que cuidar, tiene que depender por sí mismo; este niño me lo está haciendo muy débil…” Puede haber un choque que tiene que ver con el machismo en casa  y eso puede intervenir inclusive en los cuidados básicos o incluso, generar conflictos en la pareja.

Pensando en papás de hijos que viven con diabetes tipo 1, generalmente la mamá sabe más, aunque están involucrados hasta cierto sentido, pero no tanto. Porque al final existe ese mandato desde el estereotipo, en donde el cuidado es femenino y aunque yo sea un papá cuidador, quizás no voy a estar en el centro del cuidado, porque eso es de mujeres. Pueden pensar que las mujeres nacieron para cuidar y los hombres somos muy torpes para cuidar, cuando no es cierto.

¿Cuándo es la adolescencia? ¿Cuáles son los signos básicos de la adolescencia? ¿Qué es “normal” en el adolescente?

De entrada, la adolescencia es una etapa de transición, es una etapa de cambio, es una etapa hormonal. Hay una revolución hormonal en tu hijo adolescente, pero además entra o está en juego la diabetes, que también depende de otra hormona que es la insulina. Definitivamente la adolescencia de una persona con diabetes va a ser distinta a la de un chavo sin diabetes, porque esta cuestión hormonal le va a jugar un poquito más de trucos que a otra persona que no tiene diabetes. De entrada hay un factor que complejiza más la problemática adolescente. 

De igual modo no todas las adolescencias son iguales. Desde la psicología del desarrollo tradicional se dice que es una etapa de rebeldía, pero no todos los adolescentes necesariamente van a ser tan rebeldes o no van a pasar por esta etapa. Pero lo que sí se busca o que la mayoría sí tienen, es la búsqueda de la independencia.

El punto número uno que te impide tener una buena comunicación, una buena relación con tu adolescente es que lo sigues viendo como tu bebé, eso es algo que como mamás, papás tenemos que trabajar e ir aceptando. Es un proceso incluso hasta de duelo, de ir aceptando que ya no es un bebé, ya no es un niño, ya está buscando su independencia y el error más común que se comete es que la mayoría no hacen un cambio, una transición, digamos, suave, hacia esto. 

Un adolescente está buscando su independencia, ya no quiere estar tan pegado a nosotros, pero simplemente los papás generalmente de la noche a la mañana deciden: “mi hijo ya está grande, entonces voy a sacar las manos y mañana ya te vas a empezar a cuidar tú solo…” Pero no hay un proceso de preparación. Desde los manuales se dice que tenemos que hacer una lista de las tareas de cuidado del adolescente y que habría que ver cuáles domina, cuáles no, cuáles están a cargo de mamá o de papá o de otras personas, e ir en una transición progresiva. Pero generalmente lo que sucede es que simplemente de la noche a la mañana te dicen: “bueno, ahora todo esto es tu problema, ya estás grande…” Los adolescentes se estrellan con su diabetes. No la pueden manejar y hay obviamente una sensación de impotencia, porque todavía no tienen todavía ni la educación en diabetes adecuada o completa, ni las habilidades socioemocionales ni relacionales para hacerlo, o la inteligencia emocional. Es ahí donde entra la labor del psicólogo, la labor de la salud mental y mi labor como psicólogo es que la calidad del autocuidado de un adolescente con diabetes dependa de la inteligencia emocional.

Los adolescentes con diabetes siguen estando dentro de la estadística que los adolescentes en general. En México, quizás la realidad en otros países de Latinoamérica sea parecida, tenemos más riesgo de suicidio en adolescentes varones, también está presente el fenómeno del bullying. Sabemos que la última Encuesta Nacional de Sexualidad aquí en México nos dice que las personas empiezan a tener vida sexual activa a partir de los 12 años. La diabetes no quita que los adolescentes caigan dentro de estas estadísticas en cuestiones de salud mental, de más propensión a ciertos problemas, al uso de sustancias y a todo esto que caracteriza también a la adolescencia.

¿Cuáles son los signos de alerta de un problema emocional? ¿Cómo identifico burnout, depresión o ansiedad?

Creo que hay una dificultad de papás y mamás de hacerlo porque no conocen a sus adolescentes. El tip número uno para que sepas, si tu adolescente está teniendo problemas o no, es qué tanto te tiene la confianza para contarte. La mayoría de los adolescentes sienten que no pueden confiar en sus papás. Tú puedes ver que él está guardando las apariencias, sobre todo si son varones. Van a tratar de hacer como si no pasara nada. Ni cuenta te vas a dar. 

Quizás mamás y papás se dan cuenta porque está más enojado, más distante, quizás ya no quiere hablar, hay ciertos cambios. Si tú estás viendo esos cambios, hazle caso a tu intuición como padre y como madre. Hay adultos que no estamos tan conectados con nuestra intención y lo podemos dejar pasar y bueno, al contrario, no digas: “es de adolescencia”. No, no, no. Hazle caso a tu intuición.

Si estás viendo que algo no te gusta en la conducta de adolescente, te invito a que agendes una cita con algún profesional de la salud mental para asegurarnos de que va a desarrollar una relación de confianza con un profesional de la salud mental y si está teniendo alguna conducta de riesgo y que obviamente no quieren que papá y mamá se entere.

Ahora, supongamos que tú no quieres ir con un psicólogo, con un psiquiatra. Bueno, pues el tío, el maestro, incluso el primo, el hermano, alguien que sabes que ya le tiene confianza. 

Algún miembro de la familia, algún amigo, igual eso no quita que no lo lleves a terapia, pero también te puedes ayudar de personas que tienen una relación distinta a la tuya y que quizás les cuenta más cosas que a ti.

Muchos papás me llegan a consulta diciendo: “yo ya quiero tirar la toalla, por eso te lo traigo…” Pues es que si quieres tirar la toalla con tu hijo adolescente, eso se llama burnout y tú necesitas terapia

El estigma de la salud emocional en los hombres. ¿Cómo ayudar a dar ese paso al autocuidado emocional?

El primer consejo, que es un consejo que viene de Bill Polansky, él tiene este concepto de policías de la diabetes. Mi primer consejo es que no seas un policía de la diabetes. No estés como gendarme detrás de tu hijo. No permitas que la relación con tu adolescente pase a solo estar diciendo cosas de la diabetes, a estar regañando por las cosas que no está haciendo y que la relación con tu adolescente se reduzca a eso, por favor, evítalo a toda costa. Al contrario, es tener un objetivo o una manera de acercarte que se base en querer acompañar a tu adolescente.

A ayudarlo facilitando ciertas cosas,  acompañando sin atosigar y sin perseguir demasiado, pero sí ir midiendo un poco la distancia que voy a tener con mi adolescente. Y un tip muy, muy importante para no regarla, es preguntar: ¿de qué manera puedo ser útil?, ¿cómo te puedo ayudar? O sea, quizás el que tú te levantes a las 06:00 gritando: “¡ya levántate, vete a la escuela, vamos a llegar tarde!” Quizás eso no ayude, pero quizás tú tienes otras características de personalidad, otras virtudes, otros talentos, otras cosas que te salen bien y que son positivas y que pueden ayudar a tu hijo adolescente. Entonces concéntrate un poco en eso, pero no en como tú crees que lo puedes ayudar. Pregúntale directamente: ¿esto que estoy haciendo te ayuda?

Quizá entender la brecha generacional y entender la historia única o que en tu época pasaron cosas. Tu hijo está construyendo cosas diferentes. No le hagas la guerra ante estos cambios, incluso aunque te parezcan un poco escandalosos. Mientras no ponga en riesgo o en peligro su vida o su integridad, acompáñalo. Es preferible que tú seas un lugar seguro a que se tenga que esconder de ti.

Consejos prácticos diabetes y adolescencia 

Primero te lo tienes que echar a la bolsa, tienes que empezar a ser su mayor motivador y no ser alguien que está oponiéndose a cada cosa que está haciendo. Tienes que conocer su mundo, por ejemplo, si está muy metido en los videojuegos y tú no sabes nada de videojuegos, ¡ahí está tu tarea!: ¿qué videojuego está jugando?, ¿con quiénes está conectando? ¿está hablando con adultos? Te invito a que le tengas curiosidad y que tengas un poquito más de entendimiento de su mundo. Si no lo sabes, averigua.

Una vez que tienes la confianza ya tu adolescente va a hacer cosas, inclusive aunque no quiera, por la relación, por la confianza, por el afecto. 

Muchas veces vamos a chocar con nuestro adolescente porque somos igualitos, más bien él es igualito a mí mamá, a mí papá, a mí abuelito, a mí abuelita, tía o lo que sea. Tienes que entender que él es como tú porque imitó ciertas cosas o trae ahí una personalidad parecida a la tuya. Pero no pierdas de vista también las diferencias, no pierdas de vista que lo tienes que acompañar a escribir su propia historia, incluso aunque sean muy parecidos.

Polanski dice que no hagamos la diabetes solos o solas, que tu adolescente viva todas estas cosas para que sea parte de esta comunidad y puede encontrar una red social de apoyo muy importante, ya sean presencial u online. No dejes que pase por esto solo, intenta que se integre. 

Y mi última idea, el objetivo de la educación en diabetes es el empoderamiento de la persona. Que también sea tu objetivo como mamá, papá, cuidador, cuidadora. ¿Lo que estoy haciendo empodera a mi adolescente?, ¿le da herramientas para que él solo resuelva sus problemas? ¿Habilidades de negociación? ¿Habilidades de toma de decisiones? ¿Estoy fomentando su autonomía? Si necesitas ayuda, por favor. Habemos profesionales de la salud que te podemos acompañar en el camino tanto a tu adolescente como a ti.

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ESCRITO POR Karime Moncada, PUBLICADO 10/03/22, UPDATED 10/03/22

Karime vive con diabetes tipo 1 desde 2010. Es licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas y mamá de un maravilloso ser humano y de tres hijas perrunas. Recibió acreditación en educación en diabetes por la IDF y es creadora del blog, el podcast y la comunidad virtual Sin dos de Azúcar. Su diabetes la ha llevado a informarse y reconocerse. Cree firmemente en que las experiencias de las personas nos nutren y enriquecen, es por eso que comenzó a escribir su historia.