¿Diabetes tipo 1? Respira profundo y conoce mi historia


 2023-03-06

Nota del editor: La siguiente historia fue originalmente publicada en la edición Enero- Febrero 2021 de la revista Diabetes Hoy de la Federación Mexicana de Diabetes.


Sabrina y su diagnóstico de DT1

¡Hola! Me llamo Sabrina y vivo con diabetes tipo 1 desde hace 16 años. Desde pequeña solía enfermarme muy seguido, pero al ser muy inquieta, podía tener fiebre y aun así seguir dando piruetas mientras me perseguían con el termómetro. Sin embargo, un día tuve una infección que me tumbó a la cama. Tras esta infección mi mamá notó síntomas extraños: comencé a bajar de peso rápidamente, a tener náuseas y estar tan cansada que mis papás ya no tenían a quien corretear. Pensaron que podría seguir enferma, así que me realizaron estudios de laboratorio. ¡Oh, sorpresa! Mi glucosa en sangre estaba altísima. Su pronta acción e insistencia fueron lo que evitaron mi diagnostico de diabetes tipo 1 fuera en CAD. 

Las semanas siguientes fueron confusas, viajábamos a distintas ciudades y veíamos diferentes médicos en busca de alguien que nos explicara qué sucedía, pues la diabetes en niños era algo nuevo. Finalmente, un día me confirmaron que sí, que tenía diabetes tipo 1  y mi vida tenía que dar un giro de 180 grados.

En ese entonces tenía 8 años, por lo que mis padres fueron quienes vivieron el duelo de la diabetes por mí. Todas las historias tienen un lado bueno, nosotros encontramos al médico que nos abrió los ojos: tenía y tengo diabetes, pero no había que sufrir por ello. Como mi cuerpo ya no producía insulina por sí mismo, tendría que revisar mi glucosa e inyectarme insulina varias veces todos los días; pero mi vida no terminaba ahí, sólo tenía que aprender a manejarla integrando mi diabetes. Podía seguir haciendo deportes, riendo con mis amigos, comiendo mis sándwiches de crema de cacahuate o avellana en el recreo, pastel en mi cumpleaños y hasta galletas en navidad.

La adolescencia

El problema real apareció en la temible adolescencia, cuando afronté verdaderamente mi condición. Tuve tantas peleas con mi mamá porque me rehusaba a ir al médico, a cargar con mi glucómetro al salir, a enfrentarme a glucosas altas o bajas mientras yo sólo quería jugar fútbol sin importar cómo estuviera. Pasó mucho tiempo hasta que “me cayó el veinte” y fue porque no me sentía bien. Tener glucosas elevadas todo el tiempo no sólo es riesgoso, altera tu estado físico y emocional. Estaba enojada, frustrada, cansada, con sed y un hambre feroz; me sentía culpable y deprimida por malgastar el dinero que mis papás invertían con esfuerzo en mi salud. Comprendí que el apoyo de tu entorno es importante, pero si tú no participas en tu cuidado, no hay un futuro y ni siquiera un presente que disfrutar. Poco a poco y con dificultad fui cambiando mis hábitos, valorando mi salud y asimilando que la diabetes no era mi culpa, pero sí mi responsabilidad.

Un mensaje

Tener diabetes es un camino largo y lleno de obstáculos, pero cada paso vale la pena porque tu bienestar es lo más importante. Cuando la aceptas como parte de tu vida, tu mundo cambia.

¡No te desilusiones! Todos tenemos días buenos y malos sin saber por qué, pero es normal. No estás solo, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte. Recuerda que hasta lo que parece malo siempre tiene algo bueno, aunque no sea tan sencillo de ver.

Sabrina nos comparte sus pensamientos ahora a casi 18 años de su diagnóstico:

Mirando hacia atrás, agradezco mucho a mi mamá por notar mis síntomas a tiempo y decidir tomar cartas en el asunto. A pesar de no saber que dichas señales eran de diabetes, sabía que no eran normales. Gracias a ella, es que no tuve una cetoacidosis como muchos al ser diagnosticada. Ahora, cada que puedo comparto los síntomas con otros. Realmente podemos salvar muchas vidas simplemente compartiendo esta información.

ESCRITO POR Sabrina Sosa , PUBLICADO 03/06/23, UPDATED 03/27/23

Sabrina vive con diabetes tipo 1 desde el 2005, cuando tenía 8 años. Estudió nutrición con orientación clínica en la Universidad Anáhuac México Norte y se convirtió en educadora en diabetes gracias a la Federación Mexicana de Diabetes, A.C con quienes sigue contribuyendo como vocera y escritora ocasional para la revista Diabetes Hoy. Es co-autora de Dos de Azúcar Podcast y apasionada por la educación en diabetes en todas las edades.